Desde nuestro partido hemos repudiado la manipulación que quiere hacer el kirchnerismo con su denominada “democratización” de la justicia. Busca magistrados adictos para que avalen sus políticas, sus actos de corrupción y limitar las cautelares y el derecho de huelga. Nuestro rechazo nada tiene que ver con el que formulan Carrió, Alfonsín, Binner o De Narváez. Todos critican, pero pretenden mantener este Poder Judicial al servicio de los poderosos.
Hacen falta cambios de fondo para democratizar de verdad a la justicia. Por eso hay que debatir cuáles son las medidas necesarias para ello. Cristina Kirchner dijo: “se pueden elegir presidentes, gobernadores, diputados y senadores, ¿por qué no elegir a los jueces?”. Pero con su propuesta, los jueces no van a ser elegidos por el voto popular, salvo algunos miembros del antidemocrático Consejo de la Magistratura. Desde la izquierda proponemos echar a los jueces que vienen de la dictadura, que los magistrados sean elegidos por el voto popular, poner fin a sus cargos vitalicios con cargos revocables, que ganen el equivalente al valor de la canasta familiar y que se implemente el juicio por jurado.
A pesar que la Constitución Nacional prevé el juicio por jurado en tres de sus artículos (24, 75 inciso 12 y 118), en Argentina nunca se aplicó. ¿Por qué? Porque pondría en tela de juicio la llamada “la corporación judicial”, siempre amparada bajo la sombra del oficialismo de turno.
El juicio por jurado se aplica en Estados Unidos y otros países. Muchas veces se ve en películas norteamericanas a trabajadores o amas de casas pronunciándose sobre si un criminal es culpable o no. La más famosa fue “Doce hombres en pugna” (1957) con Henry Fonda.
¿Cómo funciona el juicio por jurado? Se eligen por sorteo doce ciudadanos que lo integrarán, el cual se debe expedir sobre si el hecho que se juzga realmente existió y si el acusado es culpable o inocente. Si el jurado decide que el acusado es inocente, por ejemplo, el juez no puede declararlo culpable y viceversa.
Son millones de personas las que anualmente participan como jurados en aquel país, teniendo que ser ciudadanos norteamericanos, residentes de la jurisdicción del tribunal, tener 18 o más años de edad, hablar inglés y no estar condenados por un delito grave. Personas que reciben una remuneración mientras duren las audiencias del fallo, que oscilan entre los cinco días promedio.
Especialistas en derecho señalan que el juicio por jurado “nació como medio para frenar el absolutismo de los reinos en los juicios penales, y hoy constituye el medio para frenar el absolutismo de los poderes democráticos” (según el jurista Guillermo Erbetta). Esto sería mucho más democrático que el proceso judicial actual. Así se le sacaría el poder de decisión a los Oyarbide y tantos otros jueces patronales y corruptos. Si se le diera la posibilidad a un jurado con representantes del pueblo de poder juzgar a los Schiavi, Jaime, Cirigliano en la masacre de Once… ¿usted cree que estos delincuentes aún estarían libres? Otro tanto ocurriría si pudieran dictar sentencia sobre el corrupto Boudou, Lázaro Báez o los responsables de las muertes por las inundaciones. ¡Un jurado así seguramente le hubiera dado perpetua a Pedraza!
Pero con estos jueces patronales, todo queda en la impunidad o a mitad de camino.
Estas propuestas deberían ser parte de un cambio de fondo, imponiendo leyes que dejen de proteger a los poderosos y hagan cumplir los derechos básicos de millones de trabajadores y demás sectores populares.