Si hay algo para reconocerle al kirchnerismo es su habilidad para hacer pasar gato por liebre. La presidenta y los funcionarios de la Casa Rosada han inventado otro eslogan de campaña: “la década ganada”. Según ellos, hubo diez años de gobierno que no tienen nada que ver con los anteriores. Comparan cifras con el saqueo menemista y el desastre que nos dejó la Alianza de De la Rúa-Chacho Álvarez en 2001. ¡Pero ojo con el doble discurso!
Hoy, los salarios y jubilaciones son de pobreza (el promedio de ingreso de los trabajadores es de 3.500 a 4.000 pesos, mientras la canasta familiar supera los 7.000 y el 80% de nuestros padres y abuelos cobra la mínima de 2.165 pesos). Se mantiene el robo al salario (Ganancias) implementado por Machinea. Cristina Kirchner se vanagloria diciendo que creó “cuatro millones de puestos de trabajo”, pero un 40% está en negro y precarizado. El modelo de “inclusión y distribución de la riqueza” siempre consistió en una feroz inflación que devora los ingresos populares. El gobierno que expropió a las AFJP usó la plata de los jubilados para pagar la deuda externa y se niega a implementar el 82% móvil. Mientras, no se hicieron las obras que hubieran evitado las muertes por las inundaciones.
No es cierto que haya una “reindustrialización” del país: sólo se puso en producción parte de la capacidad ociosa del período previo a 2001. Quienes más ganaron en estos años fueron los bancos. Se acentuó la concentración y extranjerización de la economía: de las 220 empresas que más facturaron en 2007, 128 son extranjeras. En 1997 eran 104. Siguen las privatizaciones y los pagos de la deuda externa. El kirchnerismo inauguró la megaminería en beneficio de la Barrick, subsidió a las automotrices como General Motors, pactó con Monsanto y sigue entregando el petróleo y el gas. Pese a la expropiación parcial del 51% de las acciones de YPF, el 83% del negocio petrolero continúa en manos de las multinacionales.
A su vez, la presidenta dijo “que no devaluó”, pero llevó el dólar de $2,90 en 2003, alos $5,20 actuales y a casi diez el “blue”. El kirchnerismo -que iba a dar “pluralidad de voces” con la Ley de Medios- creó un multimedios K que controla el 80% de la prensa. El gobierno de los “derechos humanos” terminó en el escándalo Bonafini-Schoklender, el Proyecto X, la Ley Antiterrorista y en la criminalización de la protesta social. No es cierto que Videla murió en la cárcel por obra de este gobierno, sino por la lucha popular.
Con la reforma política y las internas abiertas -PASO- se intenta proscribir a la izquierda. El “cambio” originario en la Corte llevó a la “democratización” de la justicia para poner jueces afines que le brinden impunidad y lo salven de la corrupción. El verso de la “transparencia” llevó a la enorme corrupción oficial y al lavado de dinero (Lázaro Báez, Jaime, Cicconne-Boudou). Del “tren bala” se pasó a la masacre de Once, provocada por el triángulo corrupto entre el gobierno, TBA y los burócratas sindicales. El “desendeudamiento” derivó en una deuda que es una bomba de tiempo.
La “década ganada” fue para los de arriba. Se ve mucho más ahora con la crisis mundial -que se suma a la que trae el “modelo”-, donde sus consecuencias se seguirán descargando sobre las espaldas del pueblo trabajador.
Para que las décadas venideras sean “ganadas” por los trabajadores y el pueblo, hace falta imponer otro “modelo” que cambie la estructura semicolonial del país: terminando con el robo al salario, las privatizaciones, los pagos de la deuda, el saqueo del oro, el petróleo y el gas, y nacionalizando la banca y el comercio exterior, entre otras medidas de fondo. Esas medidas estamos proponiendo desde el Frente de Izquierda.