El nuevo Tiranosaurio Rex

El drama de los refugiados sirios que está de rabiosa actualidad estos días en Europa, que de por sí constituye un motivo de preocupación, me sumió además en una triste observación.

La tragedia que traen de sus tierras de origen los exiliados se ve agravada cuando pasan por las manos de los criminales serbios, búlgaros y húngaros, que no dudan ante la posibilidad de ganar unos beneficios con el tráfico ilegal de personas.

Pero lo peor les espera al cabo de las mafias, los Gobiernos y la sensibilidad general de la población de estos países ex satélites de la URSS. En relación con la “solidaridad”, los derechos humanos, casi inexistentes, en tanto Austria muestra una sensibilidad y sobre todo una forma de actuar ejemplar.

La historia de la primera mitad del siglo XX nos demostró claramente que no es que los austríacos sean intrínsecamente bondadosos y que en cambio los húngaros, serbios o búlgaros sean cucos demoníacos por naturaleza.

Este es el resultado del perverso experimento muy inapropiadamente llamado “comunista”, ya que no cumplía siquiera con los basamentos que tal ideología propugnaba por entonces y que en el continente europeo tuvo lugar en los países de detrás del muro de Berlín, donde menor desarrollo capitalista existía. Continuar leyendo

American flag

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Esta foto me la hice en el monumento de las víctimas de Maine en el malecón de La Habana, un día de sol bueno y mar de espuma cuando Pilar quería estrenar sus zapatitos de pluma.

Unos minutos después una patrulla de policía se detuvo para pedirme identificación, porque según ellos yo estaba faltándole el respeto a un símbolo histórico; por suerte mis amigos cubanos no estaban encaramados y no tuve mayor problema para convencer al oficial de que al ser extranjero no lo sabía, y continuar nuestro paseo por el malecón silbándole a las caderas musicales habaneras y bajando uno de aquellos pomos de ron casero.

El monumento fue construido en 1926, originalmente tenía un águila imperial encima de las dos columnas y tres bustos de presidentes norteamericanos que tenían una relación histórica muy estrecha con Cuba. Continuar leyendo

Pasta de oca

Cuba ha entrado en un nuevo y alentador período de construcción del “nuevo socialismo”, con algunas sensibles diferencias con aquel socialismo real que intentó a toda costa introducir en el carácter sedado y festivo del caribeño.

¿Cómo hará el Comité Central del Partido para modificar ese conjunto de gustos tan arraigado en el espíritu revolucionario, austero, casi asceta, que según ellos se apoderó del deseo colectivo cubano de la pos-Revolución?

Durante más de medio siglo el cubano vivió depreciando las costumbres y los modos viciosos del mundo capitalista. Por tal razón, más que soportar, eran felices si tenían un solo par de zapatos, una estoica jarra de agua en el refrigerador, una cama que se caía a pedazos hacia abajo y a resortes hacia arriba, y una capacidad de convivencia y comunicación insólita con mosquitos y cucarachas en lugar del poco ecológico repelente.

Por ello es importante advertir al visitante, al incauto turista, al desconocedor de los parámetros estéticos y los límites del sacrificio del pueblo cubano, en pos de que no vaya a confundir el paisaje de ruinas en colores pasteles, los borrachos, la estética minimalista en el vestir, en el calzar, en el vivir, con drama alguno. Entienda que eso es una decisión soberana y meditada de los habaneros, que prefieren su ciudad desmoronándose, no obstante intensa y originalmente fotogénica, mil veces antes que verla desarrollada y confortable. Continuar leyendo

Los Castro y la corrupción política

En 1966, el conocido activista e intelectual de la generación beat norteamericana, Allen Ginsberg, fue invitado a Cuba por Haydeé Santamaría de Casa de las Américas. Al poco tiempo, lo expulsaron de manera fulminante por criticar la represión contra la homosexualidad que ordenaba practicar el tío y el padre de Mariela “Rainbow” Castromasov, y tal vez lo echaron también por ser homosexual él mismo.

Me pregunto: ¿No hay otras personas con más autoridad moral para ser los adalides de cualquier tipo de cambio en Cuba que únicamente los integrantes de esa familia?

¿No hay en toda Cuba ni un solo gay o lesbiana con más conocimiento de las necesidades de su colectividad y con más derecho que esta muchacha para dirigir ese movimiento? ¿Solo lo puede hacer ella?

Hoy Mariela nos muestra una faceta ya adulta de su personalidad, ligada cada vez con menor disimulo a los deseos de permanencia sempiterna en el poder, hablando de los opositores al feudo de sus padres como un manojo de ignorantes y de vendidos.

Resulta patético, además de increíble, que alguna persona de bien que en su momento simpatizó con aquella lejana revolución logre tras un esfuerzo encomiable establecer algún tipo de nexo entre aquella experiencia barbuda con esta ruina anquilosada y consiga sentir la misma simpatía por este cúmulo de despropósitos. Continuar leyendo

Welcome, Uncle Sam

Hoy se abrió la Embajada de Cuba en Washington y próximamente se abrirá la de Estados Unidos en La Habana.

Todo un hito.

Estos días que está de moda Estados Unidos en Cuba y viceversa, y tal parece la nueva amistad indestructible, como lo fuera la URSS en su momento o Venezuela hace un poco menos.

Ciertamente es para alegrarse, aunque luego sorprende ver que todavía siguen detentando el poder los hermanos Castromasov, desafiando toda ley natural y biológica.

Ahí es donde uno se queda totalmente despistado, hasta que de repente se percata de lo que puede haber pasado.

En mi caso creo que debo haberme entretenido durante este tiempo demasiado en mis asuntos, y del mismo modo que no recuerdo quién es el ministro de Economía en Polonia o se me escabulle el nombre del jefe de ejército de Eslovaquia, acaso se me haya pasado también por alto la noticia de que Estados Unidos dejó de ser el imperio que acostumbraba ser, y que ya convertido en un país socialista, ha concluido con éxito el desarme nuclear, condiciones sine qua non según Fidel Castromasov para siquiera sentarse a hablar con lo que ellos denominaban su enemigo natural. Continuar leyendo

La Perla del Caribe y su novio del pasado

La muchacha bonita, ya no tan lozana, aunque todavía bella, poco a poco retorna al regazo de su ora amado, ora odiado príncipe.

Desde el mismo descubrimiento de América, Cuba fue la novia preferida, la elegida de los magnates del momento.

En aquellos tiempos en que en Tordesillas el mundo nuevo se dividió entre propiedad de España o de Portugal, la Perla del Caribe ya tuvo un trato privilegiado: se construyeron palacios, fortalezas, casonas, ciudades que no se construían en el viejo continente, se mudaron nobles españoles a la isla.

Por Cuba pasaban ufanos los barcos con las riquezas sustraídas que iban a la metrópoli; de entre todas las amantes que tuvo el imperio colonialista durante esos siglos, Cuba recibía un trato especial.

En cuanto se soltó de la mano de la avejentada y empobrecida Corona española, a través de la enmienda Platt supo recalar en los tersos brazos del flamante magnate moderno, los Estados Unidos de Norteamérica.

Para cuando esa relación se hubo enfriado, porque la novia de los ricos y famosos decidió que iba a probar suerte en la aventura autónoma, cuando amagó con independizarse nuevamente, ya tenía nuevo pretendiente, si bien no de gran alcurnia, sí con inigualable poder.

A los dos años del triunfo de la revolución, ya sin ambages, sin un Fidel jurando que rechazaba de plano el comunismo, Cuba, la bella, se puso de novia oficialmente con la URSS, con la cual ya llevaba un noviazgo extraoficial, aunque conocido por todo el barrio.

Si bien en aquel momento la patria de los soviets era una de las dos potencias mundiales, y en ese sentido Cuba podía presumir de un novio poderoso, lo cierto es que el glamour y la sofisticación holgaron por su ausencia, la Perla se vio en los rudos brazos de la dictadura del proletariado. Continuar leyendo