Contar plata delante de los pobres es siempre algo obsceno. Ni hablar si esa plata proviene del lavado, el enjuague o el blanqueo de los fregaderos de la corrupción. Así corre este otoño despiadado, mostrando dinero que supo ser de todos pero ahora es de unos pocos. Redistribución de la riqueza, si las hubo. Plata “contante y sonante” o reconvertida en bienes muebles e inmuebles, registrables y registrados, o simplemente pasados de mano en boletos de compraventa cruzados por contradocumentos y sobrefacturación.
Silvina Martínez, la abogada de Margarita Stolbizer, sumará elementos en las próximas horas a la ruta del dinero K. Aportará a la causa datos para que se investiguen al menos dos propiedades en Tierra del Fuego. Con un boleto de compraventa a nombre de Alfredo Benjamín Zárate, un hombre sin recursos propios, y un contradocumento en el que se explicita que Zárate compró como apoderado de Badial S. A., una empresa del grupo Báez, o sea, él deviene el verdadero dueño de la Estancia La Violeta. Una operación que se realizó en 2012 por 800 mil dólares y no por 1.200.000, como figura en el acuerdo complementario que atribuye su titularidad a la empresa del santacruceño.