Por: Mónica Gutiérrez
Susana Malcorra es una mujer directa. A la hora de plantar definiciones no anda con vueltas. Es de las que comunica con crudeza y responde lo que se le pregunta.
Pondera sus declaraciones, es canciller. Sabe lo que pesa cada palabra en su boca y administra la información con la solvencia de una profesional.
La tragedia de Time Warp la encuentra en NY en el cierre de un debate de alto nivel sobre las drogas en la ONU. El encuentro hizo eje en un tema caliente: la despenalización.
Consultada por los periodistas la ministro fue clara: “No veo que la Argentina esté en ese punto, pero yo no descarto que con el pasaje del tiempo pudiera haber una conversación alrededor de este tema”.
La urgencia hoy para nuestro país pasa por el combate al narcotráfico. Los números que maneja el Gobierno no dejan margen.
Argentina está considerada como el el tercer exportador en el mundo de drogas. Si bien no somos productores de materia prima, está probado que somos un país de tránsito y que en el trayecto se incorpora a nivel local valor agregado. El tema es considerado prioritario a nivel de nuestra cancillería porque es imposible avanzar de manera unilateral. Es absolutamente indispensable coordinar políticas con los países limítrofes.
Para la Malcorra la cuestión narco está entre los temas prioritarios de la agenda del Mercosur. Lo que está en juego no es solo el impacto a nivel local.
Se sabe, de manera fehaciente que la ruta de la cocaína que sale del Río de la Plata hacia Europa atraviesa África Occidental por vía terrestre financiando a su paso a los grupos terroristas que operan en el norte. Boko Haram e ISIS entre otros.
Mientras estas cuestiones se debaten en la ONU, entre nosotros otras son las urgencias. La tragedia de Time Warp habilitó un debate acerca del control de calidad de las drogas sintéticas, una estrategia usada por algunos países. En el fragor de esta semana sensible fue la Ministro de Salud porteña la que salió a romper con el que parecía hasta aquí ser una posición cerrada, al menos por ahora, para el Gobierno.
Ana María Bou Pérez dijo que las drogas de diseño son “cada vez menos puras” y que hay que mirar a otras sociedades (Holanda) que disponen de ONG que ejercen un control de calidad sobre las pastillas que ingresan a las fiestas. Hacer lugar a esta estrategia supone de hecho una despenalización del MDMA (éxtasis).
Mientras el debate se da, no queda otra que combatir el negocio, concluyó la funcionaria.
La muerte de cinco jóvenes y la grave situación de otros cuatro es todavía un tema demasiado reciente. Mientras la Justicia intenta determinar qué pasó en la noche del viernes, las fiestas electrónicas están ahora en la mira.
Adrián Conci, el titular de Dell Producciones , empresa organizadora de la movida fatal permanece prófugo. Veintiocho personas han sido llamadas e indagatoria. Entre ellos varios responsables de la organización y seguridad y diecinueve uniformados de la Prefectura.
Tres jóvenes están detenidos bajo la sospecha de vender de pastillas en la fiesta. Entre ellos un argentino de 22 años, que vive con sus padres y en cuya casa se encontró drogas de diseño y en 210.000 pesos en efectivo.
Martín Gontad, considerado “el rey de la electrónica”, fue imputado en la causa y es convocado por el Juez Casanello.
El mediático abogado Víctor Stinfale, por el momento no figura en la causa.
La cara visible de la bebida energizante Speed Unlimited y de la embotelladora de agua corriente de red Block, de consumo desesperado en la noche empastillada está, por ahora, fuera de la investigación.
Entretanto en Córdoba se anuncia para el 8 de mayo la apertura de un boliche de música electrónica Club One, un proyecto en el que estaría asociado Stinfale.
Pase lo que pase, “el espectáculo debe continuar”.