Los cristianos en Medio Oriente, que representan un mosaico diverso de ritos, se encuentran bajo una grave amenaza de supervivencia ante asesinatos y la abierta hostilidad de islamistas radicalizados. Las persecuciones y discriminaciones en Irak y Siria son de tal grado que el Papa Francisco condenó en estas Pascuas el silencio internacional como “cómplice de la furia yihadista”. El Secretario General de Naciones Unidas, en el mismo sentido, ha indicado que los ataques a cristianos podrían “constituir un crimen contra la humanidad”. Ante un escenario de tal gravedad con el riesgo de extenderse a otras latitudes, resulta decepcionante que la Cancillería no se haya pronunciado con una condena categórica. Continuar leyendo
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El terrorismo internacional no descansa ni reconoce fronteras: ¿está preparada la Argentina?
La barbarie criminal ocurrida en París pone en evidencia que el terrorismo internacional no descansa ni reconoce fronteras. De la violencia abominable del integrismo islámico en Siria e Irak al horror del asesinato masivo de estudiantes en Pakistán, a rehenes en Sídney o en Nigeria, se suma este nuevo acto sangriento que expone al mundo ante la amenaza de una lucha irracional con riesgos de extenderse, como una epidemia, peligrosamente por otras latitudes ¿Está la Argentina preparada para evitar nuevas eventuales consecuencias tras los terribles atentados terroristas de la Embajada de Israel y la AMIA?
Desde hace tiempo me hago esa pregunta al observar que un número creciente de latinoamericanos participan de las acciones de grupos fundamentalistas en Medio Oriente. Oportunamente lo destaqué en una nota en este medio titulada “Yihadistas latinoamericanos”. Nunca supe si el gobierno ha tomado nota que un número de argentinos se encontrarían combatiendo en algunos de los grupos fundamentalistas más relevantes en Siria y quizás en Irak. Noticias provenientes de Europa han mencionado que en el 2012 murieron aproximadamente 24 de entre unos 200. En el 2013 un argentino y una chilena fueron abatidos en las puertas de Damasco por pertenecer a un grupo islámico checheno. Se los llamaría “yihadistas exóticos” por el origen geográfico. Continuar leyendo
Yidadistas latinoamericanos
La propaganda para reclutar combatientes en la Yihad, sea para Siria o Irak, se encuentra traducida a varios idiomas incluyendo el castellano. De acuerdo al Canciller sirio, son 83 los orígenes nacionales de las diversas fuerzas fundamentalistas. La propaganda de convocatoria ha recibido el nombre de “Turismo para yihadistas” sobre la base de que Mahona habría señalado que “el turismo es la Yihad en el camino a Ala”.
Los yihadistas latinoamericanos en Siria e Irak son poco mencionados pero constituyen una fuerza de hombres y mujeres de creciente significación. Según el Daily Telegraph, son considerados como “yihadistas exóticos” por provenir de Argentina, Brasil, Chile, Trinidad Tobago y México. Otros informes mencionan yihadistas de Colombia y Honduras.
La revistas de defensa Jane’s, sobre la base de informaciones del 2012, indica que 23 argentinos habrían muerto en Siria probablemente integrantes de Al Qaeda o Al Nusra. Un argentino y una chilena, muertos en las cercanías de Damasco, fueron mencionados como pertenecientes a un grupo fundamentalista islámico checheno. Asimismo, la publicación británica mencionaba sobre la muerte, entre otros, de 150 mexicanos y 36 brasileños.
Noticias proveniente de Madrid dan cuenta que un argentino fue detenido recientemente en España como integrante de una red que suministra combatientes a una brigada denominada Al Andalus, de las filas de la organización Estado Islámico en Irak y el Levante (ISIS por sus siglas en inglés).
Estos antecedentes públicos solo tienden a ilustrar que la problemática del yihadismo también podría eventualmente tener graves repercusiones futuras en América Latina. Para la Argentina, que ya atravesó dos criminales atentados terroristas, el tema no debería ser menor. En particular al conocerse poco de la conexión local.
Consecuentemente, es natural preguntarse sobre las medidas que el Gobierno argentino se encuentra adoptando para prevenir eventuales efectos del terrorismo internacional islamista. Un interrogante, entre otros, es que los yihadistas latinoamericanos mantengan centros de contactos activos en la región o en algún momento vuelvan a los países de origen.
Estas preocupaciones aumentan ante los vaivenes de una política exterior cuanto menos confusa con relación a los problemas centrales de Medio Oriente, en particular cuando el Gobierno siquiera se ha dignado a emitir un comunicado oficial condenando las terribles muertes de los periodistas norteamericanos brutalmente decapitados por el ISIS, como no lo hizo tampoco con los secuestros y asesinatos de jóvenes que originaron el conflicto entre Israel y Hamas.
Es hora de erradicar la violencia religiosa
Los cristianos en Medio Oriente, que representan un mosaico diverso de ritos, se encuentran bajo una grave amenaza de supervivencia ante la abierta hostilidad de islamistas radicalizados. Las persecuciones y discriminaciones en Irak y Siria son las más apremiantes. En la ciudad iraquí de Mosul, se produjeron quema de iglesias, crucificciones y la Diócesis ha quedado diezmada. El Papa Francisco hizo un reciente dramático llamamiento a la convivencia ante situaciones críticas en Irak pero que se extienden, en distinta forma, en toda la región. El Secretario General de Naciones Unidas, ha indicado que los ataques a cristianos podrían “constituir un crimen contra la humanidad”.
Preocupa a Obama el futuro del Reino Unido
La reciente visita del Presidente de Estados Unidos a Europa ha tenido un acento inédito al incursionar en algunas incógnitas sobre el futuro del Reino Unido. Por un lado, ha destacado insistentemente la importancia que reviste para Washington que el aliado histórico principal no deje de ser miembro pleno de la Unión Europea. Por otro, se mostró contrario a la independencia de Escocia que desmembraría una parte significativa de la Gran Bretaña conocida.
El énfasis pone de manifiesto la importancia que revisten ambas cuestiones en el pensamiento estratégico norteamericano. Ambos temas, que se resolverán por consulta popular, son percibidos como afectando la fortaleza y credibilidad de Londres como potencia europea y, en particular, el papel que ha ejercido de articulador pro americano en Europa. Ningún otro lo podría reemplazar con el mismo carácter, ni siquiera Francia.
Confianza y previsibilidad para evitar una nueva guerra fría
Las pujas de poder entre las principales potencias militares aumentan de manera preocupante y ponen a prueba la resistencia de la globalización que propiciaba un mundo más integrado, cooperativo y pacífico. La atmósfera actual es, en cambio, cada día más tensa y comprometida. Ya existe conciencia generalizada de que se está ante la perspectiva de un nuevo período de guerra fría. Los efectos de ese clima en el mundo contemporáneo pueden ser de mayor complejidad que la que primó en tiempos de la Unión Soviética. La existencia de una China más consciente del poder que posee, también hace la diferencia.
La variedad de focos de tensión en distintas latitudes empieza a sufrir los síntomas y consecuencias. La parálisis del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en temas candentes es un reflejo. Cada día es más difícil lograr soluciones diplomáticas negociadas en distintos conflictos, por el enfrentamiento entre las principales potencias del mundo. La guerra civil en Siria, es un ejemplo, escenario en el cual las diferencias entre Washington y Moscú no han facilitado formulas, ni siquiera humanitarias, para reducir los alcances del drama que se enfrenta. Ni que actúe la Corte Penal Internacional.
La rivalidad de Estados Unidos y Rusia, en aumento en los últimos años con motivo de la instalación del escudo anti misiles de la OTAN en Europa, adquirió intensidad con la grave crisis que afecta la integridad territorial de Ucrania. El clima de la relación entre China y Estados Unidos es también complejo. Las acusaciones en materia de espionaje cibernético es la última gota de una desconfianza mutua en aumento como lo demostró, hace un par de semanas, el viaje del Presidente de Estados Unidos por Asia.
Rusia y China parecen dispuestas a recrear el vínculo del pasado. Maniobras militares conjuntas para enfrentar amenazas comunes y acuerdos en materia de suministro de gas, son los mensajes para occidente. La reciente reunión en Shanghai de Vladimir Putin y Xi Jinpig, que profundizan la alianza, es también un desafío ya que intentan demostrar que hay alternativas al pívot de Washington en Asia Pacífico.
Ninguna de las actitudes promovidas por las tres principales capitales, Washington, Moscú y Beijing, fortalecen la confianza y la previsibilidad internacional ni facilitan a la globalización. Es lamentable que así sea cuando el mundo requiere de un comportamiento distinto para solucionar los problemas globales más apremiantes sea en lo relativo al cambio climático, los problemas de crecimiento de población, pobreza como respecto a un mundo económico global más equitativo.
El Papa Francisco, frente a esta situación, ha reclamado al Secretario General de Naciones Unidas, que promueva una movilización ética mundial. Es de esperar que ese llamado a la razonabilidad y responsabilidad internacional, sea tenido en cuenta. El mundo lo necesita.
El drama humanitario en Siria
Siria se ha sumergido en un espiral de crueldad y violencia con graves consecuencias humanitarias. Ante ese panorama desolador, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha adoptado por unanimidad una resolución destinada a impulsar asistencia humanitaria y detener los excesos condenables contra la población civil de los tres años de combates militares continuos e indiscriminados. Era hora que lo hiciera. El texto de la resolución 2139 (2014) insta a todas las partes, en particular al gobierno de Damasco, a permitir a las agencias humanitarias de la ONU acceso y transporte de ayuda humanitaria con rapidez, seguridad y sin obstáculos a cualquier zona conflictiva. Asimismo, llama a levantar los asedios en áreas pobladas y a detener toda hostilidad contra los civiles.
Resulta desilusionante y preocupante que una resolución de esta naturaleza fuera necesaria cuando lo que reclama la disposición es lo que ya prescribe expresamente el derecho internacional humanitario y en particular los Protocolos de Ginebra. Sin embargo, fue el grado dramático de violación de la normativa internacional lo que exigió al Consejo de Seguridad adoptar una reafirmación de conductas humanitarias elementales de todo conflicto armado.
Ginebra II no logró siquiera iniciar un tímido proceso de paz
La conferencia denominada Ginebra II para detener la guerra civil en Siria no logró iniciar siquiera un tímido proceso de paz y puso de manifiesto, en cambio, las diferencias casi irreconciliables entre todos los actores centrales. No hubo una sola idea diplomática que pudiera romper el enfrentamiento o extender el dialogo para establecer bases comunes para la conformación de un gobierno de transición. Damasco se opuso a cualquier hipótesis. Hasta los intentos de establecer un cese de fuego en zonas críticas y acordar corredores humanitarios para asistir a heridos y proteger a la población civil, enfrentó las mismas negativas rotundas. No hubo evidencias mínimas de voluntad negociadora.
Un resultado desilusionante aunque nada sorprendente a pesar de las expectativas generadas y de las dramáticas consecuencias humanitarias que vive Siria tras tres años de guerra civil. La reunión Ginebra II también ha dejado al descubierto las limitaciones diplomáticas de Naciones Unidas para destrabar un conflicto agudo. La confusión inicial sobre la invitación a Irán y la posterior anulación del convite, es una demostración de falencias de coordinación como de la reducida capacidad de la ONU para convencer voluntades en una situación de la magnitud de la crisis siria.
Sin embargo, la perseverancia diplomática tiene los ojos puestos en Ginebra III en la esperanza de continuar intentando destrabar la grave y compleja madeja que ha enfrentado a todos los países participantes. Es de esperar que se aprovechen los errores cometidos para enmendar conductas de gestión diplomática. La gravedad de la guerra en Siria exige urgentes respuestas de la comunidad internacional.
El hecho que los dos países centrales en la convocatoria de la reunión, Estados Unidos y Rusia, se sigan manteniendo distantes entre sí y otorguen mayor prioridad a la defensa de sus intereses individuales hace que la búsqueda de una solución negociada sea aun más difícil. Washington y Moscú tienen en gran medida el mango de la sartén. Ni uno ni otro han hecho o demostrado encontrarse a la altura de las circunstancias. Rusia, al seguir sosteniendo el régimen de Al Assad como si fuera una cruzada ideológica en aras de mantener influencia en Medio Oriente y en los recursos petroleros de Siria. Estados Unidos, por su parte, sigue dando señales confusas. Por un lado, se encuentra obnubilado por la presencia de Al Qaeda entre los combatientes rebeldes a punto de haber debilitado a la oposición moderada. Por otro, insiste en la apertura democrática. La breve conversación inamistosa entre los presidentes Obama y Putin, en las horas previas al inicio de Ginebra II, permitía ya pronosticar el desenlace de la conferencia.
Es lamentable el comportamiento de Washington y Moscú cuando los horrores de la guerra se multiplican cada día. Human Rights Watch ha denunciado, en las últimas horas, la barbarie gubernamental de destrucción de barrios enteros para castigar a la población civil. El desborde no tiene límite.
Ausencia argentina en convocatoria humanitaria internacional
La Argentina ha estado ausente de una reciente e importante convocatoria del secretario general de Naciones Unidas para paliar la dramática situación humanitaria que enfrenta Siria. Ban Ki Moon la ha calificado como “la peor catástrofe humanitaria del mundo”. El 50% de la población necesita ayuda urgente. El Programa Mundial de Alimentos ha señalado que un millón de sirios pasan hambre y 2,5 millones necesitarían de algún tipo de asistencia alimentaria. Este mes de enero se repartirán más de 4 millones de raciones de alimentos. Según la ONG People in Need, las necesidades de medicina y atención medica son aún más críticas. El 40% de los hospitales dejaron de funcionar.
Ante este cuadro, los países más representativos de la comunidad internacional se han reunido en Kuwait, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, en la segunda Conferencia de Donantes. El resultado de aportes fue mejor que la reunión previa del 2013 alcanzado 2400 millones de dólares además de otras ofertas de asistencia y cooperación en una variedad de áreas urgentes destinadas a reducir el sufrimiento de la población civil.
Entre los 69 países participantes solo se registraron dos latinoamericanos, Brasil y México. El primero con una donación simbólica de 300 mil dólares y el segundo con 3 millones de dólares. Lo importante, independientemente del monto del aporte, ha sido el gesto de ambos países como la señal política de compromiso con las responsabilidades internacionales.
Siria: las otras armas prohibidas
La incorporación de Siria al régimen de prohibición de las armas químicas no ha detenido el uso inhumano de otras armas prohibidas. Recientes anuncios dan cuenta del uso de las llamadas bombas racimo que actúan de forma indiscriminada afectando de manera inaceptable la vida de civiles. El peligro radica en ser un artefacto contendedor que puede ser lanzado desde tierra, aire o mar y que al abrirse durante la trayectoria expulsa entre varias docenas o cientos, según el modelo, de submuniciones o minifragmentos que estallan cuando tocan el suelo aunque en un 30% de los casos se transforman en minas que se entierran o permanecen en la superficie. El desastre humanitario que ocasionan es peor a las minas terrestres tradicionales.
La Convención sobre Municiones de Racimo, adoptada en Irlanda en mayo del 2008, significó un avance de desarme humanitario de enorme significación aunque lamentablemente no ha logrado el objetivo de la universalidad y es quizás por ello que no se ha producido una reacción internacional categórica de condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra el régimen de Al Assad por el uso inhumano de este tipo de armamento. En total, 112 países se han sumado a la Convención con las notables ausencias de Estados Unidos, Rusia y China.