Y un día sobró el petróleo

El petróleo habría encontrado su punto de equilibrio. Después de dos años de sobreoferta que hizo caer el precio de los más de cien dólares por barril de WTI a poco menos de 30 dólares, hoy respira y da alivio a muchas economías que dependen de su precio. Actualmente se encuentra estabilizado en torno a los 50 dólares por barril de WTI, su nivel máximo en siete meses.

Por distintos motivos, la caída de la oferta en Nigeria, Canadá, Estados Unidos y Libia y algo en China viene a contrarrestar la mayor oferta de Irán y la reactivación prevista por la recuperación de algunas economías emergentes como Rusia y Brasil hacia fines de este año.

Y un día, finalmente, sobró el petróleo: Goldman Sachs ya habla de un equilibrio entre la oferta y la demanda y una eliminación del exceso de oferta global. La Agencia Internacional de la Energía también cree que la sobreoferta de petróleo se está disipando y que la oferta y la demanda se están acercando al equilibrio. No es solamente un factor de demanda debido a la desaceleración de China y otros emergentes, sino que la producción de petróleo en Estados Unidos ha caído a 8,77 millones de barriles al día en mayo, un bombeo de crudo en su nivel más bajo desde septiembre de 2014, según el Departamento de Energía estadounidense.

El rebote que tuvo este año, que supera el 33%, aún no llega a revertir la caída acumulada en los últimos 12 meses, pero muestra una clara reversión de la tendencia. Continuar leyendo

Brasil aprovecha el momento

Con la baja del riesgo, algunas empresas brasileñas ya están encarando la refinanciación (rollover) de sus deudas en dólares.

Brasil se encuentra inmerso en una recesión y atravesó una profunda crisis institucional. Ya con Dilma Rousseff suspendida y apartada de su cargo por al menos 180 días, Michel Temer asumió con la prioridad de lograr que la economía recupere el equilibrio macroeconómico y vuelva al sendero de crecimiento. Habló de disminuir la inflación, recuperar la credibilidad y sanear el déficit público, aunque creemos que será difícil de lograr con tan sólo 180 días. Los inversores no están del todo seguros de la oportunidad de Temer para implementar los cambios y de su capacidad de controlar la difícil realidad del país.

Sin embargo, los mercados premiaron la salida de Dilma: impulsó al Bovespa 14% y al real brasileño 10%, a 3,50 reales por dólar. Además se redujo considerablemente el riesgo país, desde su pico de 570 puntos básicos a los actuales 400 pb.

Dilma aplicó reglas de corte populista en Brasil sin fundamentos sólidos. Las consecuencias están a la vista. Con un consenso de inflación esperada en el orden de 8,6% para 2016 y de 6,1% para el año que viene, y un PBI que volvería a caer fuerte (-3,7%) por segundo año consecutivo, los mercados también hicieron su apuesta en los primeros cuatro meses al incrementar los precios de los bonos corporativos brasileños luego de una liquidación pocas veces vista en los últimos dos años. Continuar leyendo

Se vienen 180 días muy difíciles para Brasil

La presidenta brasileña Dilma Rousseff ya fue suspendida de su mandato por un período de hasta seis meses. Dos tercios de los miembros del Senado deberán votar a favor de su condena para que sea considerada culpable y definitivamente separada del cargo, en este juicio político que se basa en la violación de leyes fiscales con el objetivo de esconder parte del déficit fiscal.  ¿Y ahora qué?

¿Cómo hará el nuevo presidente Michel Temer para encaminar una economía que se hunde mes a mes? Las ventas minoristas cayeron 7,9% interanual en marzo.

Temer asume sin luna de miel.  No hubo un proceso eleccionario que legitimase el voto, sino que es la primera vez que el PBMD se encuentra con el poder en su corta historia de vida política, y de rebote.

En realidad, fieles a su costumbre, los mercados se anticiparon: los activos brasileños han sido uno de los mercados globales de mejor desempeño en moneda local y en dólares del año tanto en el mercado de renta fija, como de tipo de cambio y renta variable.

El mayor problema es que las medidas iniciales para mejorar los números de Brasil son altamente impopulares y no darán frutos antes de los 6 meses.  Será necesario cuantificar una meta de superávit fiscal creíble y sin contabilidad creativa, que refleje mejoras que vendrán luego de una reforma fiscal, y dotar de mayor independencia del Banco Central. Eso es lo que le piden los mercados a Temer. Pero dudamos de que pueda cumplir su cometido con una economía que se hundiría nuevamente más de 3.5% este año. El año que viene apenas crecería 0,9% y en el 2018, 1,5%, tasas mediocres para la otrora niña mimada de América Latina.

Veamos los pasos a seguir por parte de la nueva administración, una gigantesca tarea en la que Temer se encuentra inmerso. Ya se delinearon algunas reformas necesarias.

  • Reducción del gasto público. Deberá reducir a 24 ministerios la estructura actual (eliminando 10) además de reducir el presupuesto de cada uno de ellos para intentar achicar un déficit fiscal del 9,5% del PBI este año nuevamente.
  • Aumento de impuestos.
  • Aumento de la edad jubilatoria.
  • Privatizaciones (imposible llegar en 6 meses).
  • El problema es que la mayoría del gasto público de Brasil tiene carácter cuasi Constitucional, es decir, debería pasar normas de reducción por el Congreso.  Pero esta sería una etapa preelectoral.  Ya que si no vuelve Dilma habría que llamar a elecciones.

Las altas tasas de interés (14,25%) se mantendrán para controlar la inflación pero los bancos estatales (BNDES, en el cual ya nombró una mujer al frente) seguirían dando tasas preferenciales a muchos sectores creando desincentivos y un mercado fragmentado.

Temer ya anunció una reforma del sistema de pensiones con un  aumento en la edad de jubilación (cualquier analogía con el caso griego es una casualidad).

Pero si hay algo que reduce la productividad interna es el mayor proteccionismo: se incrementarían las barreras al comercio y Argentina podría verse afectada. 

Brasil ya no puede dar pasos en falso ni dudar. Un juicio político exitoso y rápido sería visto positivamente por los mercados. 

Los nombramientos en el gabinete nos dan más pistas acerca de la dirección a tomar: Henrique Meirelles como el Ministro de Finanzas e Ilan Goldfajn como Presidente del Banco Central, han sido ampliamente bienvenidos por el mercado.

Sin embargo no creemos que durante su transición Temer tenga margen para las reformas planteadas, ya que el Congreso estará mirando las potenciales elecciones en caso que se confirme la destitución de Dilma. Dicen los politólogos que un ajuste dentro de los 9 meses previos a una elección es directamente suicida.

Si los expertos tienen razón, entonces el rebote de la economía  de Brasil se hará esperar un poco más.

 

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Estados Unidos: en busca de otro Rambo

Es difícil explicar el fenómeno de Donald Trump sin tratar de entender a su grupo de votantes. Uno de los principales atributos que le asignan es la capacidad de llevar las cosas a cabo. Cansados de votar políticos que quedan atrapados en la maraña burocrática y no logran avanzar.

Pero es muy importante entender que Trump logra interpretar las necesidades de los ciudadanos de clase media, aunque sus alternativas de solución no sean tan claras. Por ejemplo, habla de devolverle a Estados Unidos los trabajos perdidos como consecuencia de la globalización, entiéndase outsourcing y offshorización. Ataca permanentemente a China, Japón y México como responsables de esta situación y de manipular su moneda. Ha propuesto tarifas diferenciales a las importaciones y un control más estricto del tipo de cambio.

Sus votantes están felices. Trump entendió su problema. ¿Pero la solución sirve? Traer la industria de nuevo a Estados Unidos nos asegura dos cosas: mayores costos para los consumidores norteamericanos y desempleo a futuro, producto del avance de la cuarta revolución industrial y la salida inminente de mano de obra de tareas repetitivas o rutinarias a la robótica y la digitalización. Claramente, no se está anticipando al futuro, sino interpretando el malestar de los votantes. Continuar leyendo

Cinco sectores para invertir en Argentina

Si miramos las medidas tomadas a la fecha y el discurso presidencial, podríamos inferir cuáles son los sectores donde el Gobierno espera apuntalar la inversión en los años por venir. Estos datos son los que, en definitiva, guían en una primera instancia a los inversores de portafolio a tomar decisiones.

Cuando se acopla con mayor institucionalidad, regímenes fiscales y legales adecuados y una política expresa de tipo de cambio y variables monetarias (inflación, tasa, etcétera), las empresas desembarcan con mayor fuerza y retoma el crecimiento y la inversión. Acá las medidas de promoción vía préstamos blandos y beneficios fiscales toman un rol muy importante.

Veamos:

1.         El campo ha sido uno de los sectores que ha recibido el beneficio inicial de las medidas del Gobierno: el tipo de cambio de exportación no llegaba a los seis pesos por dólar (al computar las retenciones) en diciembre del 2015. Una de las primeras medidas fue llevar el tipo de cambio neto a catorce pesos, lo que supuestamente dará a toda la actividad agrícola (excepto a la soja) una enorme transferencia positiva de recursos. Se redujeron las retenciones a la soja del 35% al 30% y el recorte será gradual año a año, de aquí en adelante, hasta llegar a 0% en 2022. Pero se eliminaron totalmente las retenciones al trigo (de 23% a 0%) y al maíz (de 20% a 0%), además del resto de los cereales y las oleaginosas. En carnes, se eliminó también el impuesto a la exportación. Continuar leyendo

¿La Argentina está preparada para recibir inversiones?

Cada vez que un país sale de una crisis o entra en un esquema más amistoso para los inversores (tanto locales como extranjeros), pero en especial para las instituciones financieras y las corporaciones, se produce un proceso por el cual, primero, compran deuda soberana denominada en moneda dura, luego provincial y corporativa, y durante el proceso se van acumulando acciones de empresas cotizantes.

A posteriori, comienza la inversión directa, tanto extranjera como local, que es la que genera empleo y aumento de la actividad y del Producto Interno Bruto (PIB). Esta última es, por lejos, la más atractiva de todas las formas de flujo para un país, a pesar de que al principio puede tener un componente inflacionario.

Si miramos el mercado de capitales, vemos que luego de imponerse Sergio Massa, lo que dio por tierra las expectativas reeleccionistas de Cristina Fernández de Kirchner, la deuda y las acciones han ido subiendo. La pregunta es: ¿cuánto margen queda?

Si nos guiamos por los flujos, y siempre dijimos que apostar contra el flujo es un error, vemos que los emergentes han recibido influjos en los últimos meses y que sería lógico que Argentina formara parte de ese grupo receptor. Esto a pesar de que seguimos siendo un mercado fronterizo y que la reforma del mercado de capitales realizada por el Gobierno saliente todavía está vigente. Utilizar el mercado de capitales con fines políticos y para controlar empresas privadas dista de todos los principios y las mejores prácticas en la materia. Continuar leyendo

Argentina: Wall Street contra Main Street

Cuando uno viaja al exterior, las expectativas que genera el cambio de régimen en Argentina son asombrosas. Hay mucho interés en los avances y en ser parte del cambio, léase: como una oportunidad de inversión. Gran parte de esto se basa en que se entiende perfectamente la situación en que Argentina se había colocado en el mundo, una suerte de aislamiento, con errores no forzados, tanto en materia de relaciones internacionales como en el área económica.

Hay una clara visión de la herencia recibida y el costo de volver a la senda del crecimiento, pero no hay dudas de que se logrará. Esto se basa en las políticas no sólo económicas, sino en el trazado del marco institucional, que impacta más en los inversores que en el tipo de cambio o la expansión monetaria.

Por otro lado, cuando uno llega al país, si bien las expectativas por el cambio siguen altas, se siente más la erosión que provocan la inflación, las subas de tarifas, la caída de la actividad económica, etcétera. El impacto de la microeconomía es muy fuerte. Continuar leyendo

¿Volverá el ahorro en oro?

Los últimos escándalos sobre cuentas offshore y presión mundial sobre paraísos fiscales y cuentas no declaradas nos hacen pensar si la gente se podría volcar, como en tiempos remotos, a ahorrar en el metal precioso por excelencia en lugar de los activos financieros.

La piedra filosofal era una sustancia que, según los antiguos alquimistas, tenía propiedades extraordinarias, algo ansiosamente buscado y codiciado porque se le suponían virtudes maravillosas, como la de transmutar los metales vulgares en oro, lo que permitía no sólo curar algunas enfermedades, sino también otorgar la inmortalidad. El oro se oxida más lentamente que otros metales y si se descubría cómo formar oro a partir de otros elementos, tal vez podrían hacer que el cuerpo mortal se volviera inmortal.

En pleno siglo XXI son otros los motivos por los cuales una persona demanda oro. Ya no se demanda como símbolo de pureza y realeza; sí, obviamente, como reserva de valor. Hoy en día, el oro se utiliza en joyería, industria y electrónica por su resistencia a la corrosión, el calor y la humedad. Es un buen conductor del calor y de la electricidad, y no le afecta el aire ni la mayoría de los agentes químicos. Es por eso que es uno de los metales tradicionalmente empleados en la joyería y para acuñar monedas. Esto ayudado por el hecho de que es el metal más maleable y dúctil que se conoce: una onza de oro (31,10 gramos) puede moldearse en una lámina que cubra 28 metros cuadrados. Como es un metal blando, son frecuentes las aleaciones con otros metales como la plata o el cobre con el fin de proporcionarle dureza (fuente: Gustavo Neffa). Continuar leyendo

Panamá S. A.: ¡Mejor llamen a Saúl!

Cuando Walter White, en la serie Breaking Bad, necesita usar dinero para pagar la rehabilitación de su cuñado, pagando terapia dentro del circuito oficial (o sea, con recibo), compra un lavadero de autos. Hasta ese momento, el dinero que ganaba de cocinar metanfetaminas estaba fuera del circuito oficial. Origen del dinero: drogas. Y los gastos sólo en efectivo y sin bienes registrables ni recibos. No tenía forma posible de utilizar el dinero sin ser descubierto. Es decir, ¡el sistema legal estaba funcionando! Por supuesto, para llegar a este paso se asesora con un “simpático” abogado que se mueve en el submundo del delito: Saúl. Más allá de su simpatía, Dr. Saúl es tan delincuente como su cliente, esto debe quedar claro.

Relacionando con el Panamagate: Mr. White no podría haber abierto una cuenta en un paraíso fiscal porque las autoridades de Estados Unidos sancionaron una ley muy estricta, conocida como FATCA, con durísimas sanciones para aquellas entidades y personas que colaboren u oculten información sobre activos de ciudadanos o empresas de Estados Unidos fuera de su país. Y la consecuencia lógica: para abrir la cuenta es imperativo explicar el origen de los fondos y saber que va a ser reportada a los Estados Unidos.

La corrupción se reduciría mucho si desaparecieran las cuentas secretas, amén de la evasión fiscal. La transferencia de fondos no explicada sería virtualmente imposible, en especial si se usan dólares, ya que eso le daría cierta potestad a Estados Unidos de aplicar sus leyes, más no sea por el tránsito de la moneda norteamericana. Continuar leyendo

El juego de la deuda

Desde la crisis del 2008 hasta la fecha, la deuda de los países centrales ha crecido a un ritmo desproporcionado. La crisis justificó soportar déficits fiscales y políticas monetarias laxas, todo en pos de evitar que el mundo entrara en recesión.

El viejo dogma de que la deuda sustentable no debería superar el 60% del PBI y el déficit no podría estar por encima del 3% anual tuvo su baño de realidad. Queda claro que ante el aumento del déficit más allá de lo que sugieren los organismos multilaterales, no redujeron gastos, sino que, por el contrario, los aumentaron.

El crecimiento mundial también cayó a partir de la crisis. Previo a 2008 el mundo crecía cerca del 5% anual, lo que permitía duplicar el PBI mundial cada 15 años. A partir de entonces, crece apenas cerca de 3 por ciento.

La realidad es que con los niveles de deuda actuales, pero principalmente con las bajas tasas de interés, consecuencia de las políticas monetarias de los países del G7, la carga financiera sobre el PBI sigue siendo manejable. Continuar leyendo