Las metáforas son un recurso habitual y útil para abordar de un modo didáctico las complejidades inherentes a la tecnología, pero hay que mantenerlas bajo control.
Por ejemplo, desde el Manifiesto Cluetrain (1999), se viene utilizando la metáfora de la conversación para representar el recuperado estilo de relaciones entre las marcas y los consumidores en la red, tras la publicidad de masas. El límite de esta metáfora es la imposibilidad de escalar las conversaciones en los espacios que, por públicos y concurridos, han dejado de ser familiares.