Por: José Luis Orihuela
El cierre del lector de fuentes RSS Google Reader, efectivo desde el 1 de julio, revela la voluntad de Google de concentrarse en su apuesta estrella Google Plus y, podría augurar también, un replanteamiento de Google Noticias.
Más allá del aspecto estratégico de la decisión, y aunque las alternativas a Google Reader son numerosas, cabe preguntarse qué nos dice esta jugada acerca de los nuevos modos de consumo de información en línea.
Las fuentes RSS fueron popularizadas por los blogs, hace casi 10 años, cuando Blogger comenzó a ofrecer soporte para el formato de sindicación de contenidos Atom. Hasta 2005, con el lanzamiento de Google Reader, el agregador Bloglines fue el preferido por los superusuarios de la red, pero acabó destronado por la gran funcionalidad de la plataforma de Google.
La llegada de Twitter, que inicialmente ofreció y luego desactivó las fuentes RSS de sus cuentas, indudablemente transformó la dinámica del descubrimiento de noticias en la red al aportarle la dimensión social (qué es relevante para la comunidad) y el tiempo real (qué está pasando ahora mismo).
Frente al agregador, cuyo criterio de selección de fuentes se basa en las decisiones del usuario, emerge cada vez con mayor fuerza el timeline, que expresa el criterio de selección del grafo social del usuario.
Las redes sociales han rediseñado los caminos de las noticias, que han pasado de los gatekeepers a los usuarios y de los usuarios a las comunidades. Las noticias también se han hecho sociales.
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