Los dos errores económicos que debe pagar el kirchnerismo en el Congreso

Esta semana el Gobierno enviará al Congreso —la iniciativa entraría por la Cámara de Diputados— el proyecto de ley para derogar la ley cerrojo y la ley de pago soberano para poder acordar con los bonistas que no entraron a los canjes de 2005 y 2010. La derogación de estas dos leyes es fundamental para salir de un problema que Argentina arrastra desde que cerró el canje II, en septiembre de 2010.

Considerando los acuerdos que ha logrado el Ministerio de Hacienda y Finanzas con gran parte de los acreedores que no entraron a los canjes, el Gobierno necesita la derogación de esas dos leyes para reestructurar definitivamente la deuda en default originada desde el 2001 y que le ha traído grandes problemas a la Argentina, como los que detalló el presidente Mauricio Macri en su discurso para abrir las sesiones del Congreso de la Nación.

La ley cerrojo, aprobada en febrero de 2005, impide que el Estado argentino les ofrezca a los acreedores que no entraron en los canjes de 2005 y 2010 mejores condiciones que a los tenedores de bonos que habían aceptado la reestructuración de deuda. Establece además que el Poder Ejecutivo no podrá reabrir el proceso de canje de bonos después del 25 de febrero de 2005 ni efectuar cualquier tipo de transacción judicial, extrajudicial o privada respecto de esos bonos, y aquellos papeles que no se hayan canjeado hasta ese día serán retirados de todas las bolsas y los mercados de valores en los que estuvieran cotizando. Con esta ley, el Poder Ejecutivo se reservó también la potestad para negociar la deuda en razón de la delegación de facultades cedida por el Congreso de la Nación.

Lo curioso es que fue suspendida en octubre de 2010, cuando el ministro de Economía, Amado Boudou, logró la aprobación de un proyecto de ley enviado al Congreso para suspenderla transitoriamente y lanzar el canje II de la deuda con el que la Argentina llegó a un 93% de aceptación por parte de los bonistas, pero dejó un 7% afuera. Estos bonistas, los holdouts, empezaron a litigar contra la Argentina y lograron ganar un juicio en la Corte de Nueva York que condenó al Estado argentino a pagar unos 1.330 millones de dólares por la aplicación de la cláusula pari passu que implica un trato igualitario para los acreedores que no entraron en los canjes I y II.

El gran inconveniente es que, con esta ley, el Estado argentino trabó las reaperturas de canjes de deuda y es la principal culpable de los juicios originados por los holdouts a la Argentina, la mayoría iniciados en la Corte de Nueva York, en el Juzgado del juez Thomas Griesa. En caso de haber quedado abierto el canje II, más bonistas hubieran entrado, pero por orden de la presidente Cristina Fernández de Kirchner el canje se cerró definitivamente en octubre de 2010. Este fue el primer error del kirchnerismo en la reestructuración de la deuda iniciada con el canje I del 2005. Esto provocó que de una deuda no canjeada original de unos seis mil millones de dólares pasara a un valor de unos veinte mil millones de dólares.

No conforme con eso, el kirchnerismo logró, en septiembre de 2014, aprobar en el Congreso la ley de pago soberano, el segundo gran error del kirchnerismo. En particular, porque agravó el problema original. Esta ley autorizó al Gobierno el reemplazo del Bank of New York (BONY) por Nación Fideicomisos para el pago en Buenos Aires de la deuda reestructurada, pero fue un fracaso total. Ese reemplazo fue ideado para evitar una orden del juez Thomas Griesa que le impedía a la Argentina pagar a los bonistas en el exterior. Lo que se logró fue que quedaran depositados en la Argentina en cuentas del Banco Central unos tres mil millones de dólares que no pudieron ser pagados a los bonistas.

El cambio de la sede de pago y la salida del BONY, una idea del ex ministro de Economía, Axel Kicillof, no resolvió el  litigio que Argentina tenía con los holdouts. Muy por el contrario, lo agravó. Provocó que los bonistas que habían entrado a los canjes I y II, que estaban cobrando los intereses y las amortizaciones, los llamados holdin, dejaran de cobrar por no aceptar el cambio en la jurisdicción extranjera que establecía las condiciones de los bonos reestructurados en lugar de la jurisdicción local. Fue una iniciativa innecesaria, porque cambiar la jurisdicción y el banco pagador no resolvió el problema original, que es una sentencia definitiva para pagarles a los bonistas unos 1.300 millones de dólares por la aplicación del pari passu ordenada por el juez de Nueva York en noviembre de 2012. Por lo tanto, para resolver el problema que generó, una ley debe ser derogada por el Congreso de la Nación.

El peor momento de Axel Kicillof

Pocas veces en el Ministerio de Economía se vivió un día después de elecciones tan desesperanzador. Axel Kicillof perdió por segunda vez las elecciones en Capital Federal y lo grave es que fue por una gran diferencia frente a la candidata de Cambiemos, Patricia Bullrich, a quien caracterizó irónicamente como la ministra del ajuste de Fernando de la Rúa. Además, su segundo, el viceministro Emmanuel Álvarez Agis, también quedó muy golpeado, ya que era el elegido por Aníbal Fernández para conducir el Ministerio de Economía de la provincia de Buenos Aires.

Pero en los pasillos del Palacio de Hacienda la palabra que más se mencionó el día después de la elección fue “traición”. ¿De quién? De Daniel Scioli, tal vez por eso el ministro no concurrió al Luna Park y se quedó en el búnker de La Cámpora.

Desde el viernes pasado, cuando el Daniel Scioli anunció que aumentaría el mínimo no imponible de ganancias para los trabajadores a unos treinta mil pesos por mes, Axel Kicillof comenzó a hablar entre sus colaboradores más cercanos de traición. Se mencionan a dos funcionarios del Gobierno: el director general de la Administración Nacional de la Seguridad Social, Diego Bossio y el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray.

Estos dos funcionarios habrían sido quienes le sugirieron a Scioli que hiciera ese anuncio sin la venia del ministro de Economía, el principal defensor de ese impuesto. Continuar leyendo

Dólares cuidados contra dólares descuidados

En la medida en que la dupla Axel Kicillof-Alejandro Vanoli no comprenda que el aumento de la inflación es producto de una desmedida emisión de pesos del Banco Central (BCRA) para financiar un abultado déficit fiscal. Y que, por otro lado, el BCRA no puede seguir dilapidando sus reservas internacionales para vender dólares baratos a la gente, como el dólar ahorro y dólar turista, al Estado para pagar sus obligaciones de deuda pública y a algunas empresas para pagar sus importaciones, el rango de una futura devaluación del peso frente al dólar será cada vez mayor.

Basta comparar el saldo comercial del Indec, que se mide con exportaciones menos las importaciones, y las ventas de dólar ahorro del BCRA entre enero y julio de 2014 y 2015 para entender el problema. En el 2014 el saldo comercial fue de unos 4400 millones, mientras que las ventas de dólar ahorro llegaron a los 1000 millones de dólares, lo que deja una diferencia positiva de unos 3400 millones de dólares. En cambio, si comparamos el mismo período en este año, la diferencia es negativa de unos 1600 millones de dólares como consecuencia de un superávit comercial de unos 1400 millones contra ventas de dólar ahorro por 3000 millones. Esto refleja que el BCRA está vendiendo más dólares ahorro de los dólares netos que le quedan entre la liquidación que hacen los exportadores y las compras que hacen los importadores. La dupla Kicillof-Vanoli vende más dólares comerciales de los que entran y, para colmo, los dólares financieros que ingresan se evaporan con los pagos de deuda y de importaciones de energía que hace el Gobierno. Continuar leyendo

Kicillof, ideólogo de otro peligroso proyecto antiempresa

El proyecto de ley de creación de la Agencia Nacional de Participaciones en Estatales en Empresas (ANPEE), anunciado por la presidenta Cristina Kirchner el jueves pasado en cadena nacional, genera preocupación en el ambiente empresarial, particularmente en los principales operadores del sistema financiero y en los bancos. El objetivo de dicho proyecto, ideado por el ministro de Economía Axel Kicillof, que entrará esta semana al Congreso de la Nación, busca impedir que las próximos gobiernos pueda vender las acciones que están en poder de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES).

En caso de ser aprobado, se declarará de interés público la participación del Estado en las más de 40 empresas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES con una capitalización bursátil de unos 61.000 millones de pesos sobre un total de $540.000 millones que tiene el fondo. Pero también de otras empresas en donde el Estado tiene participación. El proyecto de ley excluye de los alcances de la norma a YPF e YPF GAS y aclara que las mismas se regirán por la Ley de Soberanía Hidrocarburífera. Esta agencia estará integrada por un directorio de cuatro miembros, elegidos cada cuatro años, en línea con los mandatos presidenciales y el presidente será el director ejecutivo de la ANSES que es elegido por el Poder Ejecutivo.

Si la ley fuese aprobada, hay que destacar que podria provocar una fuerte caída de la inversión privada, que se traduciría en una  baja del nivel de actividad económica y concecuentemente en la generacion de empleo. El proyecto genera varios inconvenientes queremos destacar. Primero, le restará liquidez a las acciones de las empresas que forman parte del FGS que cotizan en la Bolsa de Comerciro de Bs. As. y tambien los ADR de Nueva York, ya que frente a la posibilidad tener de socio a un accionista que no quiere vender -eso es lo que en definitiva busca el proyecto-, el valor de esa empresa en el mercado bursátil es probable que caiga ya que el valor de una empresa no solo se da por sus ganancias sino también por su liquidez. Al tener de socio a un Estado que depende de una decisión del Congreso para vender, le resta margen de maniobra al resto de los accionistas de la empresa en caso de querer venderla o recapitalizarla.

En segundo lugar, se reduce el retorno sobre los activos de la empresa, porque las ganancias operativas que pueden generar los activos de la empresa dependerán de un socio como el Estado que tiene directores nombrados por él mismo que pueden manejar la política comercial de la empresa.

Finalmente, sube la tasa de descuento por dos vías, por el daño institucional que produce un gobierno que aumenta el riesgo o pais y aumenta el riesgo de la empresa porque su funcionamiento se puede asimilar al de una empresa pública  como los casos de YPF o Aerolineas Argentinas o las viejas empresas del Estado de antes de las privatizaciones. Por lo tanto se podría reducir la capacidad de creación de valor de las empresas y se derrumbará la inversión privada y esto significará un menor stock de capital per cápita y menores salarios reales

El proyecto de ley aclara que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) seguirá como dueño de las acciones, cobrará los dividendos que le correspondan, y seguriá designado los directores en representación del Estado en las compañías que irán a las  asambleas de accionistas de las empresas en las cuales la ANSES tiene participación. Pero para vender alguna de esas acciones deberá contar con dos tercios de los votos del Congreso. Esta es la misma proporción que se necesita para reformar la Constitución Nacional y además se  traslada el poder de decisión desde el Ejecutivo al Legislativo.

Esto implica que los derechos políticos de las acciones que estaban en la Direccion de Empresas, que depende de la Secretaría de Competitividad del ministerio de Economía, se trasladarán a la nueva agencia. “Se crea una agencia para definir las políticas que los directores estatales pretenden de las empresas, que las obliguen a inviertir mas, que repartan dividendos, y que hagan una supervisión general de las empresas”, dijo Axel Kicillof este fin de semana. El futuro luce ominoso -y la Argentina, poco rentable.

El mejor alumno K de Durán Barba

Esta semana el ministro de Economía Axel Kicillof reconoció luego de mucho tiempo, en su raid de notas periodísticas, que el problema con los holdouts es un problema todavía sin resolver para el Gobierno. El candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria por primera vez reconoció que algo hay que pagar, pero con una cierta dosis de eufemismo. “Pagar es una trampa y no pagar nada a los holdouts es imposible”, y agregó: “Estamos trabajando en una negociación, que implica una correlación de fuerzas, como pasó con la negociación con  Repsol”.

Por primera vez menciona la palabra ‘holdouts’ para dirigirse a los acreedores en lugar de los fondos buitre como el Gobierno ha llamado siempre en forma despectiva a aquellos acreedores que no entraron en el canje I y II de la deuda. Al parecer el cambio discursivo que Jaime Durán Barba impuso a Mauricio Macri en el PRO ha generado modificaciones en el discurso de Kicillof para ganar votos. Pero quienes seguimos día al día la agenda del ministro como periodistas acreditados en su sala de prensa podemos afirmar que hace bastante tiempo Kicillof se muestra como un muy buen alumno de Durán Barba, que le ha recomendado a los dirigentes del PRO que no digan lo que van a hacer. Kicillof ha seguido esa teoría desde que entró al Palacio de Hacienda el 10 de diciembre de 2011 como viceministro. Continuar leyendo

Kicillof y Vanoli transitan una peligrosa bicisenda financiera

Pocas dudas quedan que en la economía argentina, luego de las elecciones presidenciales, habrá que hacer un ajuste. El interrogante es si será con una política gradualista o heterodoxa – o lo que denominan los economistas de Daniel Scioli, “sinceramiento” o “normalización” de algunas variables. La otra sería la que proponen en privado los economistas de Mauricio Macri. Esta consistiría en un ajuste -o shock ortodoxo- donde no se puede descartar una mega devaluación del peso en el mercado oficial y el final del cepo y del desdoblamiento cambiario. El dilema de política de shock contra gradualismo frente a las elecciones presidenciales ha dejado a los economistas enfrentados en las últimas discusiones en congresos, encuentros informales y reuniones con empresarios como la reciente del IAEF. Pero ninguno de ellos se anima a decir qué hay que hacer y se habla ambiguamente sobre una mezcla de ambas políticas para no exponerse ante la sociedad y el gobierno antes de las elecciones.

Lo cierto es que no hay muchas posibilidades de mantener la actual política fiscal monetaria y cambiaria, que conduce inexoralmente a esa mala palabra que se llama “retraso cambiario” o, dicho de otra forma, una fuerte apreciación del peso frente al dólar o al euro. Esta política consiste en emitir una gran cantidad de pesos sin respaldo en reservas del Banco Central de la Republica Argentina (BCRA) para financiar el exagerado déficit fiscal que llega a unos 6 puntos del PBI pagando altas tasas de interés a los bancos por sus títulos en cartera. A esto se suma mantener el tipo de cambio oficial semifijo que no ajusta con la inflación vendiendo dólares baratos al Estado para pagar deuda pública y a los particulares a través del dólar ahorro. El Gobierno debería estar atento a las PASO de agosto ya que las elecciones del 2011 y el 2013 marcaron importantes subas en la cotización del dólar.

La política monetaria muestra que su hacedor, el BCRA, está quebrado en términos patrimoniales. Por lo tanto no podrá pagar a los bancos tasas del 28 % anual como la que paga por la renovación de las LEBACs, cuyo monto total llega a los 320.000 millones de pesos. Hay que sumar un Tesoro Nacional deficitario que no podrá pagar mucho tiempo mas tasas del 24% anual por sus bonos aunque su bajo nivel de endeudamiento le permitiria seguir colocando deuda en el mercado.

En lo que respecta a la política cambiaria, podemos decir que no será fácil mantener la política que privilegia un dólar barato subsidiado de 9 pesos para que compre la gente a través del dólar ahorro, el Gobierno para pagar los intereses de la deuda pública y con el que se hace mas difícil poder exportar frente al súper dólar del mundo. Al respecto, se puede mencionar un reciente trabajo presentado por el economista Martín Redrado a los equipos técnicos del Fremte Renovador. Redrado puntualiza que las reservas internacionales del BCRA llegarán a unos 25.000 millones de dólares a fin de año. Pero a eso le suma que la institución está cuasi quebrada. Los pasivos monetarios llegan a unos $ 750.000 millones dice el informe, y puntualiza que se trata de una relación 22 a 1 contra las reservas internacionales, mientras que en el 2009, cuando él presidía el BCRA, esa relación llegaba a solo 4 veces las reservas internacionales.

El trabajo destaca además que el BCRA tiene un patrimonio neto negativo de $470.000 millones, ajustado por el valor de las letras intransferibles que el Tesoro colocó en el BCRA, los adelantos transitorios al Tesoro y las utilidades del ejercicio 2014 recientemente aprobadas y que distribuirán. Redrado plantea modificar la Carta Orgánica del Banco Central para terminar con la práctica que en los hechos implica ser la chequera del Gobierno, es decir, fijando límites precisos a las transferencias de dólares y pesos a la Tesorería. En este caso, debe quedar claro que el BCRA no tiene mucho tiempo más para pagar los intereses que le paga los bancos mientras mantiene el valor del dólar oficial cuasi fijo.

Analizando la política monetaria, un trabajo de la consultora Ecolatica indica que el stock de plazos fijos subió a una tasa anual del 26,5% desde fines de diciembre hasta abril pero en mayo ese valor pasó al 35,5%. Pero gran parte de esa suba está explicada por los depósitos a menos de 90 días de plazo y 60 días o menos. Esto indica que los inversionistas no están dispuestos a dejar el dinero en los bancos más allá de setiembre próximo. La suba de las tasas de interés impulsada por el BCRA alienta colocarse en pesos en lugar de comprar dólares en el mercado libre pero solo se ha logrado que el vencimiento de los plazos fijos no superen los tres meses. Las tasas del 25 % anual que pagan algunos bancos parecen rentables, pero no lo son frente a una inflación del 25% anual. En la actualidad el rendimiento del plazo fijo es nulo si lo medimos contra la inflación y de casi un 2 % si lo medimos contra un dólar cuasi fijo. Esta especie de bicicleta financiera transita a gran velocidad por una bicisenda que al parecer no está preparada para soportar ese sprint al que la somete la dupla Kicillof y Vanolli. Con gradualismo o con shock habrá que salir de ella.

Kicillof contra los eunucos neoliberales

El ministro de Economía Axel Kicillof, en un seminario de AEDA celebrado la semana pasada, calificó de “eunucos” a los economistas ortodoxos -o como él los llama, los profetas del liberalismo de los noventa. “Los economistas ortodoxos son eunucos de la teoría económica, los hemos dejado sin instrumentos para comprender lo que pasa y siempre auguran un futuro peor para justificar la incomprensión que tienen de lo que sucede en el presente” manifestó Kicillof.

Kicillof fue más allá al asegurar que “la teoría económica ortodoxa no ha tenido avances desde 1870”. A diferencia de lo que afirma el ministro, la ciencia económica se consolidó a partir del siglo XIX y tuvo una gran evolución en particular con el capitalismo o la ortodoxia como denomina el ministro. En lo que respecta a la ortodoxia se puede calificar como ortodoxa a la persona que actúa de acuerdo a una doctrina que considera verdadera, pero una doctrina, a su vez, es un conjunto de ideas, sean filosóficas, religiosas o económicas, cuyo rasgo es la coherencia de sus fines y de sus medios. En cambio un heterodoxo, como podriamos definir a Kicillof, es aquella persona que no respeta a una doctrina. Este combina medios o fines que no respetan la debida coherencia. La heterodoxia. como definen algunos expertos, puede responder al intento de satisfacer objetivos inmediatos aunque sean en última instancia excluyentes, o bien puede ser consecuencia de la ignorancia. Tambien puede resultar del escepticismo sobre la validez de las distintas doctrinas.

En la ciencia económica hoy se toman como doctrinas económicas al capitalismo y al socialismo pero ninguna se aplica en estado puro. Lo cierto es que el sistema capitalista que Kicillof llama “ortodoxia económica” para descalificarlo se ha extendido como el único sistema compatible con la democracia en los últimos tiempos. Se debe destacar que una política económica ortodoxa requiere instituciones públicas sólidas e independientes de grupos de interés y un estado que no intervenga tanto en la economía junto a una clase política bien formada. En su exposición Kicillof destacó que “ahora tenemos una realidad distinta, aquella ortodoxia ecnómica choca con un obstáculo que es la realidad, incluso reconociendo las dificultades que se presentan en el terreno económico y tomando medidas para resolverlas en beneficio de la gente, siempre con una mirada de inclusión social”. Kicillof no explica es que los ciclos económicos expansivos no son eternos tanto desde la ortodoxia como desde la heterodoxia.

Los principales teóricos ortodoxos y heterodoxos han notado el desarrollo de etapas más o menos fijas en la evolución de las sociedades y esas etapas vista del lado clásico, neoclásico, keynesiano, capitalista, neoliberal o marxista no cambian. Estas se denominan ciclos económicos o ciclos comerciales y son las oscilaciones de la economía, en las que se observa una fase de auge o expansión económica, seguida de otra contracción o recesión, que luego se transforman en una depresión y finalmente desembocan en una crisis. Se pueden modificar las formas de frenar una fuerte expansión económica como lo ha hecho China en los últimos años, o salir de una crisis financiera mundial como la originada en el 2008 por la crisis de la hipotecas subprime en los Estados Unidos. La Argentina utilizó una forma heterodoxa de salir de la crisis del 2001 que fue el desendeudamiento. Este le significó un gran rédito económico entre 2003 y 2010 pero ese proceso finalizó. Con el mismo criterio que el ministro considera a los economistas otortodoxos o neolibelares como eunucos de la teoría económica se podría considerar al ministro como una especie de eunuco de la Teoría del Crecimiento Económico.

Vale recordar que Kicillof tuvo que volver a la ortodoxia al recurrir al mercado de capitales como lo hizo recientemente. Lo grave es que Kicillof se queje de la ortodoxia del neoliberalismo cuando él mismo la aplica. La única diferencia es que todavía no se produjo el tan temido ajuste o una corrección. Esto no es mas que equilibrar las cuentas públicas deficitarias y a la larga habrá que hacerlo.

Para finalizar, quiero referirme a una última frase de Kicillof: “Los economistas ortodoxos que alentaron las políticas neoliberales de los noventa siempre auguran un futuro peor para justificar la incomprensión que tienen de lo que sucede en el presente y esta es parte de su teoría económica que no sirve para explicar porque con este modelo se pude crecer como crece la Argentina”. Lo que se le olvidó mencionar Kicillof es que desde el 2011, cuando asumió como viceministro, la economía dejó de crecer. Debería reconocer entonces en la última parte del kirchnerismo los eunucos del liberalismo ortodoxo acertaron con sus pronósticos.

Kicillof planea quedarse en Economía si gana el oficialismo

En los últimos días, algunos movimientos del ministro Axel Kicillof indican que podría quedarse en el ministerio de Economía (MECON) en caso de que el oficialismo gane las elecciones. El ministro ya ha manifestado a varios de sus funcionarios que él estaría mas cómodo allí que como vicepresidente de Daniel Scioli como se lo menciona últimamente. La reciente  y sorpresiva restructuración de ese ministerio con la incorporación de unos 15 funcionarios de alto rango junto al nombramiento tres  directores de su confianza el Banco Central de la República Argentina (BCRA)  sirven como antecedente.

Los cambios en el organigrama del MECON a partir del decreto 741/2015 no son sólo funcionales sino también tienen que ver con lo ideológico. En total se crean unos 15 puestos nuevos de funcionarios de alto rango, todos con la categoría de subsecretarios, que cobrarán salarios superiores a los 40.000 pesos mensuales y que serán cubiertos por profesionales que pertenecen a La Cámpora. Hay modificaciones en tres de las seis Secretarías. Continuar leyendo

Con o sin Cristina, Kicillof quiere quedarse en el BCRA

Las recientes designaciones de tres nuevos directores en comisión en el Banco Central de la República Argentina (BCRA) no solo reflejan la incidencia del ministro de Economía en el BCRA, quien ahora cuenta con siete directores propios, sino que marca un cambio sustancial. Por primera vez desde enero del 2010, cuando Martín Redrado fue obligado a dejar su puesto en el BCRA por negarse a utilizar las reservas internacionales de esa institución para pagar deuda pública y privada, con la entrada de Alejandro Formento, Mariano Beltrani y Bárbara Emilia Domatto Conti, todos jóvenes funcionarios kirchneristas allegados al ministro de Economía, Axel Kicillof, y a la agrupación La Campora, se ha completado el directorio de 10 miembros de esa institución. Continuar leyendo

Los tres cepos: problema para los presidenciables

El cepo según la definición del diccionario de la Real Academia Española “es un artefacto ideado para sujetar, retener o inmovilizar algo, o alguien, como consecuencia de alguna determinada conducta del inmovilizado, para la que ha sido ideado, y de la que deriva su forma o el estado de sujeción, la cual puede ser planificada o espontánea, incluso sorpresiva y pícara. En ese sentido expresa la Real Academia “hay, y los ha habido, de diversas clases, surgidas a raíz de las finalidades o del origen de los mismos, entre los cuales destacan aquellos que se destinaban históricamente a la tortura, o a la caza, a la seguridad de la conservación de algo”.

Aunque el ministro de Economía Axel Kicillof o el presidente del Banco Central Alejandro Vanoli nieguen la existencia del cepo lo que deberían entender y analizar son los problemas que éste genera. Kicillof afirmó que “el término cepo para describir las restricciones a la compra de divisas fue instalado con intencionalidad y que sería sensato que aquellos que hablan de levantarlo expliquen qué significa”. Además agregó que “no hay cepo cambiario porque se pagan importaciones, se giran utilidades y se vende esa moneda a la gente que quiere”. En tanto que Vanoli optó por la ironía diciendo que “el cepo es un elemento de tortura abolido por la Asamblea del año 13 y llamar a las cosas con ese nombre tiene toda una significación, que tiende a desnaturalizar cualquier intento de un Banco Central de establecer regulaciones financieras y cambiarias mínimas”. Continuar leyendo