Dólares cuidados contra dólares descuidados

Carlos Arbia

En la medida en que la dupla Axel Kicillof-Alejandro Vanoli no comprenda que el aumento de la inflación es producto de una desmedida emisión de pesos del Banco Central (BCRA) para financiar un abultado déficit fiscal. Y que, por otro lado, el BCRA no puede seguir dilapidando sus reservas internacionales para vender dólares baratos a la gente, como el dólar ahorro y dólar turista, al Estado para pagar sus obligaciones de deuda pública y a algunas empresas para pagar sus importaciones, el rango de una futura devaluación del peso frente al dólar será cada vez mayor.

Basta comparar el saldo comercial del Indec, que se mide con exportaciones menos las importaciones, y las ventas de dólar ahorro del BCRA entre enero y julio de 2014 y 2015 para entender el problema. En el 2014 el saldo comercial fue de unos 4400 millones, mientras que las ventas de dólar ahorro llegaron a los 1000 millones de dólares, lo que deja una diferencia positiva de unos 3400 millones de dólares. En cambio, si comparamos el mismo período en este año, la diferencia es negativa de unos 1600 millones de dólares como consecuencia de un superávit comercial de unos 1400 millones contra ventas de dólar ahorro por 3000 millones. Esto refleja que el BCRA está vendiendo más dólares ahorro de los dólares netos que le quedan entre la liquidación que hacen los exportadores y las compras que hacen los importadores. La dupla Kicillof-Vanoli vende más dólares comerciales de los que entran y, para colmo, los dólares financieros que ingresan se evaporan con los pagos de deuda y de importaciones de energía que hace el Gobierno.

Lo llamativo es que en el mismo período se registra una suba de unos 2100 millones de dólares de las reservas internacionales del BCRA. ¿Cuál es la explicación? Además de vender más dólares de los que entran a las arcas del Central, la dupla Kicillof-Vanoli ha decidido maquillar las reservas internacionales, lo que puede costarle muy caro al país en el futuro. El atraso cambiario, tarde o temprano, este o el próximo Gobierno lo terminará pagando. El dólar oficial barato a un “precio cuidado” de 9,30 pesos es solo para algunos trabajadores que lo pueden comprar, para el Estado y para algunos importadores. En tanto que el dólar paralelo a “precio descuidado”, que va de 13,50 a 15,50 pesos, según la modalidad que uno elija, entre el contado con liqui y el dólar blue o ilegal, es difícil de adquirir por los controles del Gobierno.

En los últimos meses la gran ayuda para mantener las reservas internacionales en su actual nivel llegó por el lado de los llamados dólares financieros provenientes de ingresos netos del sector público y del BCRA. Estos surgen de la utilización del swap con China por unos 8000 millones de dólares, por lo que quedan todavía disponibles unos 3000 millones de dólares más que son un pasivo. En segundo término, lo ingresado por la colocaciones de Bonar 2024, cerca de 2000 millones de dólares, emisiones de deuda de YPF por 1500 y colocaciones de las provincias por unos 1000 millones de dólares y otros 1000 millones de dólares por la licitación de la banda 4G. En tercer lugar, 1500 millones de dólares más producto de la imposibilidad de pagar la deuda del canje con legislación extranjera que el BCRA computa como un activo y deberían contabilizarse como un pasivo. En total, 15.000 millones de dólares ingresados entre enero y julio, de los cuales unos 9500, como el swap y lo que no se pagó a los bonistas, deberían contabilizarse como deuda del BCRA.

Si al total de 33.800 millones de dólares de las reservas que mostraba el BCRA al cierre de julio le descontamos esos 9500 millones, 7000 millones de dólares de encajes de los ahorristas y otros 600 ingresados por el blanqueo de capitales, las reservas brutas del BCRA llegarían a los 16.700 millones de dólares. Esta suma solo alcanza para pagar cuatro meses de importaciones, que es la relación técnica adecuada que utiliza el FMI para medir la capacidad de pago de un país. Tal vez por ese motivo la semana pasada llegó esa especie de sincericidio del presidente del BCRA al afirmar: “No hay reservas suficientes para abrir el cepo cambiario”. Luego, el ministro de Economía manifestó: “Es relativo si las reservas del Central son muchas o pocas y depende para qué se usen”.