Por: Carlos Arbia
Luego de la salida del default, el presidente Mauricio Macri buscará materializar ese hito en la historia argentina con un fuerte ingreso de dólares, lo que daría gran énfasis a las inversiones extranjeras directas, que son las que pueden generar más fuentes de empleos en el futuro. Macri confía en la canciller Susana Malcorra y en el ministro de Producción Francisco Cabrera para encarar el trabajo, pero a su lado hay varios ministros que pelean por las inversiones. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Argentina fue en 2014 el único país con inversión extranjera negativa en América Latina y pasó al puesto 13 entre 2013 y el año pasado. En una reunión con los empresarios de IDEA, Cabrera anunció que hay identificados proyectos de inversión por unos veinte mil millones de dólares.
La puesta en marcha de una agencia para captar inversiones es crucial para que se consoliden los planes de inversión extranjera. Pese a anunciar su lanzamiento en tres ocasiones, todavía no se publicó un decreto del Poder Ejecutivo para crearla. El 23 de marzo pasado, en el AmCham Argentina Sumit 2016, Cabrera declaró que se crearía la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional (AICI).
Malcorra y Cabrera están de acuerdo en compartir el manejo de ese organismo, pero hay un gran problema que señalan varios empresarios, en particular algunos que forman parte del Directorio de la Fundación Exportar, un ente mixto constituido por el sector público y el sector privado. Esta sólo se dedica a fomentar las exportaciones, pero no las inversiones, que es lo que debería hacer la agencia. El Gobierno pretende transformar esa fundación en una agencia, pero sus socios privados no están de acuerdo. En diciembre pasado, el economista Marcelo Elizondo estaba a cargo de armar la agencia, pero se retiró del proyecto por las pujas internas que había. El problema que marcó Elizondo fue que no se podría montar la agencia sobre la estructura de la Fundación Exportar.
Curiosamente, cuando entramos al sitio de esa fundación, hay un logo de Agencia de Inversiones y Comercio Internacional, que todavía no ha sido creada por ningún decreto del Poder Ejecutivo. Además, figura como una página conjunta del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Producción y están las fotos de Malcorra y Cabrera. Se informa sobre la creación de la agencia, lo que nunca ocurrió. Entre las autoridades de la agencia figuran las de la Fundación Exportar, todo muy desprolijo. En la actualidad, el presidente ejecutivo de la Fundación Exportar es el economista Juan Procaccini, que trabajó en el Fondo Pegasus, que creó el vicejefe de Gabinete Mario Quintana. Como presidente figura el ex titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez.
La confusión dentro del Gobierno, para manejar las inversiones, es el factor común del problema. El ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, armó una Secretaría de Mercados Externos, el secretario de Comercio, Miguel Braun, que depende de Cabrera, tiene una Subsecretaría de Comercio Exterior para buscar inversiones y el ministro de Comunicación, Oscar Aguad, creó una Secretaría de Promoción de Inversión Internacional para manejar las inversiones de las empresas de telefonía. La Unidad Presidente dentro de la Casa Rosada diseñó una agencia para promover el comercio internacional y las inversiones donde fue nombrado Horacio Reyser como asesor especial para inversiones extranjeras directas. El interés de los ministros por tener su propia agencia de inversiones es porque desde allí se pueden negociar líneas de crédito del Banco Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial o de otro organismo financiero internacional para proyectos de infraestructura.
La historia de desencuentros comenzó en diciembre, cuando Cabrera había logrado llevarse la Fundación Exportar a Producción, a través de la ley de los ministerios. Pero en enero pasado, Malcorra hizo un movimiento y recuperó todas las atribuciones que antes estaban bajo la órbita de Cabrera, sobre las negociaciones internacionales y la promoción del comercio exterior, gracias al decreto 223, publicado el 20 de enero pasado, para quedarse con ese organismo que antes estaba en manos de Cabrera.