Toda manifestación comunicacional exhibe mucho más que el mero discurso que quiere mostrar. De tal modo, es en los silencios, las flexiones y las disrupciones donde el psicoanalista explora la conformación psíquica del paciente; o son las geografías del chiste las que pueden señalar, además del centro hilarante, la esencia de quien lo emite; o se pueden encontrar en los subtextos de lo no dicho de la literatura espacios para otros relatos secretos. No hay motivo para que las narrativas publicitarias se sustraigan de esta mecánica y mucho menos un spot publicitario estatal, ideado y realizado por las usinas comunicacionales del Poder Ejecutivo de la nación, que propone a través de la metáfora de la producción de una empanada una mirada distorsionada de nuestra sociedad, pero que a la vez dice demasiado acerca de cómo concibe el macrismo el papel de las instituciones sociales de la Argentina.
(Una digresión: ¿Qué necesidad lleva a la realización de un spot de campaña de Mauricio Macri y su Gobierno pagado con fondos estatales? ¿El spot de la empanada provee algún tipo de información relevante o se trata solamente de la continuidad de las publicidades electorales en tiempo no electoral y realizado con fondos públicos? ¿Es una distribución de la pauta oficial pero sin sentido informativo, sin utilidad pública ni social alguna, un mero intento de alcanzar una imagen simpática del oficialismo en medio del ajuste que lleva adelante y que sufren, en particular, los sectores populares? El spot de la empanada se trata de las innecesarias cadenas nacionales kirchneristas por otros medios). Continuar leyendo