Viento en contra

Hace tan sólo unos días, el Congreso Nacional de Brasil suspendió a Dilma Rousseff de la Presidencia de ese país y fue reemplazada por Michel Temer. Temer, escindida su alianza con el Partido de los Trabajadores, enfrenta ahora una durísima tarea institucional y económica, con escasa gobernabilidad, un liderazgo débil que debe construirse a sí mismo, además de una población dividida y movilizada.

En lo económico, el jefe de Estado tiene que tomar una decisión sobre el futuro económico inmediato de los brasileños. Por un lado, está el sector empresarial, que insta al presidente interino a presentar una política de shock que permita modificar drásticamente la economía y retomar la senda del crecimiento económico rápidamente, a expensas de un sufrimiento social.

Por el otro lado, los diferentes sectores sociales piensan que el ajuste debe hacerse en forma gradual y con esto esperar a las elecciones municipales de octubre, mientras se trabaja en la construcción de un mayor capital político. Desde el ministerio que controla Henrique Meirelles se dejó entrever que las medidas a adoptar van a ser duras, no se especificó qué tipo de medida y cuál será el impacto para la población.

En la coyuntura, el recorte de inversiones y la pérdida de competitividad de la industria por el alza de los costos de producción debilitaron la actividad, lo que llevó al país al actual espiral descendente. Para Meirelles, es clave un ajuste fiscal que reduzca el gasto del Estado (sin su subsecuente aumento de impuestos), que hoy se sitúa entorno del 10,00% del producto bruto interno (PBI). Otros indicadores de la economía, como la tasa de desempleo, se ubican en un área cercana al 10,8% y, por su parte, la deuda pública se sitúa en el 38,9% del PBI. Al mismo tiempo, la caída del PBI es de 3,8%, datos que preocupan a Temer y a los empresarios. Continuar leyendo

Vuelo con turbulencia para las pymes

El camino que se comenzó a transitar el pasado 10 de diciembre, desde que comenzó el actual mandato, hace recordar a la incertidumbre que se vive en un avión ante cada zona de turbulencia. La coyuntura económica heredada y posterior a la devaluación no hace más que generar turbulencia sobre el futuro económico argentino.

Si bien se procedió a la desactivación de los distintos procesos que distorsionaban el desarrollo normal de la economía, falta hacer que los individuos y la industria sientan una mejora económica que les permita recuperar la confianza, apuntalar el crecimiento y mejorar su desarrollo.

La caída de la actividad comercial y la inflación se vieron aceleradas por el incremento en los servicios públicos, los combustibles y los alimentos, dada la corrección de los precios relativos de estos productos. De hecho, aun cuando no existen mediciones nacionales fehacientes, se cree que la inflación anual estimada por el Gobierno en un 25% ya se quedó corta y es de esperar que, de no corregir su trayectoria, la inflación anual se sitúe en el entorno del 40 por ciento. Continuar leyendo

Sí, es condición necesaria, pero no suficiente

Desde el pasado 10 de diciembre, el Gobierno electo siguió la línea de regresar a la normalidad de la economía y, en este sentido, primero se decidió liberar el cepo, con la finalidad de devolver al mercado cambiario la normalidad que este tenía previamente, y al mismo tiempo se buscó que la economía recuperara la competitividad necesaria para reinsertarse en el mundo.

En segundo lugar, se procedió a la normalización del sector financiero externo y por ello se comenzó a negociar con los holdouts, a fin de volver al mercado financiero. Así, luego de extensas negociaciones políticas y judiciales, se salió al mercado financiero con la expectativa de obtener una cifra cercana a los 15 mil millones de dólares, a través de la colocación de diferentes títulos a tres, cinco, diez y treinta años, con una tasa cercana al ocho por ciento. La sorpresa se dio cuando el mercado respondió rápidamente y ofertaron unos 67 mil dólares, lo que posibilitó bajar la tasa de colocación y terminar en una tasa promedio del 7,50 por ciento.

Ante esta coyuntura, el Gobierno colocó 2.750 millones de dólares a una tasa del 6,50%, con un horizonte de tres años; a cinco años se colocaron 4.500 millones de dólares, con una tasa de 6,87%; a diez años el importe colocado fue de 6.500 millones de dólares, con una tasa de 7,50% y a treinta años se colocaron 2.750 millones de dólares, con una tasa de 7,62 por ciento. Continuar leyendo

¿Es el camino correcto, pero con poca información a futuro?

El primer semestre del año es y será muy difícil para todos. Desarmar las restricciones dejadas por la antigua administración no es fácil. Ya se transitó la salida del cepo cambiario, se corrigieron por shock las tarifas de los servicios públicos con la finalidad de reducir el déficit fiscal, se incrementó fuertemente la tasa de interés como anclaje del tipo de cambio y se comenzó con la normalización del sector externo, y es de esperar que en los próximos días se deje atrás el problema de los holdouts. Como si fuera poco, a este escenario económico interno se le suma la coyuntura económica y política de Brasil, nuestro principal socio económico en el exterior.

En este sentido, y utilizando los tan anunciados cien primeros días de gobierno, se procedió a la normalización económica como medida necesaria para devolverle a la economía el dinamismo que necesita para volver a la senda del crecimiento económico.

Así, los aumentos en los servicios públicos anunciados esta semana van camino a ordenar las variables económicas dentro de una normalidad aceptable. A pesar del descontento social, totalmente justificado, es necesario como país que se deje de gastar más de lo que se recauda. Ninguna sociedad o individuo puede subsistir en el tiempo con este déficit. Por otra parte, sí considero que hay que reequilibrar el poder adquisitivo que la gente pierde por esta normalización y espero que esto se logre en las próximas paritarias. Continuar leyendo

¿Cómo entender la crisis de Brasil?

Brasil, sin duda, es la gran locomotora a nivel económico y tracciona muy fuerte sobre la economía de la República Argentina y de toda América Latina, dados sus acuerdos. Por su parte, Brasil es la novena economía mundial y representa un tercio del PBI de América Latina. Al mismo tiempo, es el PBI más grande del Mercado Común del Sur (Mercosur). Los 202 millones de habitantes hacen de Brasil el quinto país más poblado del mundo y una debilidad para empresas multinacionales, que ven al mercado interno de Brasil como su deseo.

Pero el gigante sudamericano está atravesando una fuerte inestabilidad económica y política que se debe a varias razones. Ya en el 2015, el PBI se contrajo un 3,8% y las expectativas para el 2016 son que el PBI vuelva a retroceder en el entorno de los tres puntos porcentuales. Esto marcaría la peor recesión en un cuarto de siglo y la primera vez que el país pasa dos años consecutivos de recesión desde 1930-1931, cuando el mundo sentía los efectos de la Gran Depresión.

Entonces, ¿cuáles son las causas por las cuales la economía está sufriendo? Se puede diferenciar un sinfín de problemas, pero podemos enumerar entre los principales el agotamiento del plan económico, la crisis política que se vive por los casos de corrupción y una crisis de confianza.

En primer lugar, el agotamiento del modelo económico es más que evidente en los últimos años. La economía brasileña tuvo una fuerte expansión que se dio principalmente por el aumento sostenido en el consumo por parte de las familias. Continuar leyendo

¿Quince es el objetivo?

En los últimos días, el dólar volvió a acaparar la atención de todos en el mercado. Si bien no tuvo grandes sobresaltos durante el primer mes del año, el incremento en el tipo de cambio se intensificó en las últimas horas.

Durante el mes de enero del corriente año y luego de la salida del cepo, el dólar se devaluó aproximadamente un 6%, situación que se aceleró durante febrero, donde hubo un incremento en un 12% debido a diversas causas coyunturales.

Ante el aumento del tipo de cambio, en las últimas horas, el Banco Central (BCRA) comenzó a operar en el mercado con la finalidad de contener el alza. De hecho, tuvo “una posición vendedora de 119 millones de dólares durante el día martes” y, de la misma manera, el día miércoles volvió a operar para empujar al tipo de cambio a la barrera de los 15 pesos por dólar.

Por otra parte, y dentro de la política de realinear los saldos monetarios dentro de los objetivos establecidos, el Banco Central volvió a emitir Lebacs (son letras del BCRA de corto, mediano y largo plazo y que licita la autoridad monetaria todas las semanas) por un importe de 32.849 millones de pesos. Al mismo tiempo, convalidó incrementos de tasas de entre 0,50% y 1%; de esta manera, busca atesorar pesos y mermar la presión sobre el tipo de cambio. Continuar leyendo

No hay soluciones mágicas

La Argentina viene sufriendo en los últimos años los efectos adversos de un viejo problema que el mundo solucionó con éxito. Digo viejo problema porque durante los años ochenta la economía argentina sufrió una fuerte exposición a la hiperinflación que terminó en la salida del entonces presidente, Raúl Alfonsín. Con la sucesión de Gobiernos, el problema se mantuvo en niveles bajos y pasó a ser un mal menor de la economía nacional. El problema al que me refiero es la inflación.

Semanas atrás, cuando el objetivo era la salida del cepo cambiario, todo el mundo me consultaba acerca de cuál era el tipo de cambio de equilibrio y cómo se iba a lograr la tan ansiada salida. Ante la consulta, la respuesta fue siempre la misma: “No miren el tipo de cambio, miren la inflación”. Porque si yo mañana llevo el dólar a 20 y la inflación galopa al mismo tiempo y con la misma velocidad, en un corto tiempo estamos hablando de un nuevo tipo de cambio de referencia y volvemos a discutir otra corrección.

Entonces, ¿qué se puede esperar de la inflación para los próximos años? Como el título de la nota lo indica, no hay soluciones mágicas para controlar la inflación. Esto no se va a solucionar de la noche a la mañana y va a llevar un tiempo normalizar esta situación. Continuar leyendo

Sobresaltos en la economía brasileña y su efecto en Argentina

Empieza el año 2016 y si bien la expectativa sobre la economía argentina comienza a cambiar, no hay que descuidar la sucesión de situaciones externas que pueden perjudicar o al menos complicar el devenir natural de los acontecimientos económicos. La desaceleración china, la contracción del Producto Bruto Interno (PBI) de Brasil, el incremento en las tasas de interés de referencia son temas a tener en cuenta.

Brasil, sin duda, es la gran locomotora a nivel económico y tracciona muy fuerte sobre la economía argentina dados sus acuerdos económicos que datan del año 1991. Por su parte, Brasil es la novena economía mundial y representa un tercio del PBI de América Latina. Al mismo tiempo, es el PBI más grande del Mercado Común del Sur (Mercosur). Los 202 millones de habitantes hacen de Brasil el quinto país más poblado del mundo y una debilidad para empresas multinacionales y multilatinas que ven al mercado interno de Brasil como su deseo.

Por esto, no es difícil pensar que una contracción de la economía de este país no desacelere el crecimiento económico de los países asociados, especialmente los países del Mercosur. Según estimaciones del Banco Mundial, para el 2016 se espera que la economía del Brasil entre en recesión, por segundo año consecutivo, en el entorno del tres por ciento. De ahí es que el impacto sobre Sudamérica y en especial sobre el Mercosur sea inevitable y digno de ser analizado. Continuar leyendo

La secuencia correcta

Hace un tiempo describí el accionar del próximo gobierno en el área económico era como aquella persona que desarmaba una bomba y que todo pasaba por la secuencia y las expectativas que la gente fuera creando ante cada paso dado.

Toda la secuencia tenía un solo objetivo; el de devolver la normalidad a una economía que dejó de crecer en los últimos años, que se aisló del mundo. Al mismo tiempo esto debía hacerse sin tener un costo social fuerte entre las clases de recursos más bajas. Entre los puntos a enumerar podemos encontrar las tarifas de los servicios públicos y el incremento de los precios, la liberación del CEPO, el déficit fiscal, la inflación, etc.

Desde la antigua administración, se dijo en reiteradas oportunidades que el incremento de los precios y la colocación del cepo se daban en una coyuntura de crisis internacional que redujo el nivel de crecimiento, no solo en el país sino que en toda la región. Este discurso (más político que económico) no es del todo exacto ya que hubo países en la región que crecieron en promedio un 4%, habiendo recibido el mismo impacto de la crisis internacional que la Argentina. Continuar leyendo

Un frente externo

La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) decidió en las últimas horas incrementar el tipo de interés de referencia de dicha economía de 0,25% a 0,50%, según anunció Janet Yellen, la presidente de dicha entidad. Esta es la primera suba de tasas desde la crisis financiera que azoto al país años atrás.

Durante una conferencia de prensa se hizo hincapié en que la suba futura de la tasa de interés se haría de forma gradual, es decir, sin tener ningún tipo de plan estipulado y que esta respondería a las necesidades futuras de la economía, las cuales se evaluarían paso a paso.

Pero esto no es solamente una noticia que involucre a la economía norteamericana. La noticia debe ser extremadamente observada por el actual ministerio de Hacienda para analizar qué efectos reales y financieros tiene para la economía argentina en un momento tan especial como este.

En las últimas horas y después de más de cuatro años, el Gobierno nacional liberó el cepo cambiario que distorsionaba la economía. Un incremento en la tasa de interés de referencia de los Estados Unidos generaría mayor presión sobre el tipo de cambio en nuestro país. Esto se produciría porque los inversores extranjeros que hoy buscan rendimientos en dólares superiores a los obtenidos en los Estados Unidos se retirarían hacia mercados más seguros, lo que provocaría un cambio en los flujos de divisas entre los dos países. Continuar leyendo