Si uno se toma la tarea de leer a la mayoría de los periodistas políticos de estos tiempos, uno por uno, incluso cientistas sociales que presumen de análisis de alto vuelo, descubrirá indefectiblemente que sus escritos giran en torno a qué debe hacer o hará Mauricio Macri con el peronismo o, mejor dicho, con el abanico de propuestas peronistas. ¿Profundizar la división? ¿Negociar con uno o con otro según la circunstancia y los humores? ¿Avanzar sin preocuparse por la oposición? En esta suerte de posibilidades se inscriben los debates que me parece que tocan tangencialmente la esencia del problema político actual.
Para ponernos en clima, viene a cuento una potente frase de Leonardo da Vinci que el general Juan Domingo Perón solía usar para elevar la calidad del debate: “La teoría es el capitán y la práctica, el soldado”. Aunque hoy podríamos sustituir la noción de práctica por el poroteo. ¡Tan bajo cayó la política!
Veamos el asunto desde otra óptica que no creo que sea la mejor pero sí distinta. ¿Qué le conviene a Mauricio Macri? Naturalmente, tener éxito. ¿En qué consiste este éxito? En que las políticas que está implementando, bastante duras por cierto, finalmente alcancen logros potentes. Continuar leyendo