Por: Oscar Aguad
Sr. Leopoldo Moreau
Presente
Estimado Correligionario:
El radicalismo, por su historia, los valores que defiende y su responsabilidad institucional, debe prepararse para conformar una alternativa al populismo estatista que ahoga la creatividad en libertad.
Para ello debe atender las demandas sociales y canalizarlas con propuestas que miren hacia adelante, donde se encontrarán más coincidencias que atrapado en elideologismo y los desencuentros del pasado.
Hacer más radicalismo es una consigna de identidad, necesaria pero insuficiente para quienes no ven a nuestro partido como el instrumento elegible, para afrontar los profundos cambios que la realidad nos impone.
El desarrollo económico y social es una tarea pendiente y un desafío para convocar y mancomunar voluntades. El funcionamiento dela Republica y el federalismo configuran columnas de una Nación con igualdad de oportunidades y plena vigencia de los derechos humanos.
Con los instrumentos planteados en la mitad del siglo pasado, tal el caso del programa de Avellaneda, inadecuados para el mundo que vivimos, podremos agitar, denunciar y desnudar las mentiras del relato, pero difícilmente podamos plantear una alternativa capaz de construir el mundo donde anhelan vivir la mayoría de los argentinos.
Tenemos que despojarnos de las anteojeras ideológicas que fueron planteadas como categorías del siglo XVIII o resignarnos a estar alejados del poder y autolimitados para abordar los problemas estructurales y cotidianos que acontecen vertiginosamente.
Ese debate amplio nos reencontrará con sectores sociales y franjas etarias y nos preparará para emerger del subdesarrollo y el empobrecimiento. Si lo intentamos sin prejuicios ni descalificaciones, seremos noticia por las incorporaciones de los que vienen a nutrir nuestras plataformas electorales; situación más constructiva y promisoria queintentar disciplinar a quienes no encuentran un lugar para desplegar su talento y militancia en el partido al que no dejan de pertenecer.
La alternativa es proponer un cambio, ser visibles y confiables para el intento. Ese perfil se adquiere poniendo cada política bajo la lupa del interés nacional, corrigiendo para hacerla eficiente, sin caer en las trampas del chantaje emocional y simbólico. Al kirchnerismo no se le debe oponer por derecha ni correr por izquierda, porque el radicalismo acredita vocación para disputar el poder y éste se delega democráticamente en quienes son vistos como capaces de superar lo agotado.
Cada momento histórico obligó al radicalismo a interpretar los hechos y ejercer la representatividad popular, pero esa soberanía se logra abriendo los ojos, el pensamiento y la acción política. En esa encrucijada estamos y bienvenidos los que sumen y aporten, sin mezquindades internistas ni actitudes oportunistas.
Estamos autoconvocados a elaborar una estrategia para acceder al poder y plantear que sabemos como utilizarlo con equidad, en paz y sin exclusiones.
Oscar Aguad
Diputado Nacional