Por: Sabina Covo
Hace unos días estuve en el pediatra de mis niños y me llamó mucho la atención cómo en un lapso de una media hora entraron cuatro hombres con sus hijos pequeños a la consulta. Era horario laboral, alrededor de las diez y media de la mañana. Uno de ellos llegó en short y camisa, atuendo que reflejaba que lo más probable es que estuviera en casa con los niños, no que hubiera salido de la oficina. Otro de ellos llegó con un bebé recién nacido y una niña de aproximadamente dos años, y los otros dos a juzgar por la vestimenta parecían haber salido de sus oficinas para llevar a sus chicos al médico. No estaban acompañados por sus mujeres y se desempeñaban como pez en el agua en el rol de papá con pañalera al hombro, chupete, o juguete en el caso de los mayorcitos. Hace no mucho tiempo exclusivamente las mujeres eran las que usualmente cumplían con las funciones “de mamá”.
Hoy día aunque sigue existiendo en nuestra sociedad, sobre todo entre los hispanos, o los más conservadores, el estereotipo alrededor de cómo se conforma una familia, ya no hay funciones de “mamá” y de “papá”, simplemente hay funciones. La familia no necesariamente se conforma ya solo por ambos sexos, hay muchas madres solteras y un poco más padres solteros, o parejas del mismo sexo criando niños. Independientemente de si estamos de acuerdo o no con esto, es una realidad que va en ascenso. Y más que eso, en familias conformadas por padre y madre hay un fenómeno que viene en ascenso desde los años 60, la mujer en la fuerza laboral está cada vez más presente y preparada. Un informe reciente del Centro Pew lo confirma.
Marcando un récord histórico, el 40% de los hogares norteamericanos está conformado por mujeres que traen el pan de cada día a casa, con una gran porción de este grupo conformado por mujeres que ganan más que su pareja. Y es que con todo y que muchas empresas son cautelosas al contratar a madres por temor a que no ejerzan sus labores con la misma dedicación que si no tuvieran hijos por falta de tiempo, el fenómeno de las mujeres con hijos menores de 18 años en la fuerza laboral va en ascenso y se ha convertido en un motor económico importantísimo. Cada día se prueba más que el hecho de que una mujer quiera o tenga que trabajar, y sea madre, o pareja y ama de casa, no afecta su desempeño laboral. Con todo y que todavía no existe una ley que remunere a la mujer en igualdad al hombre cuando desempeñan las mismas funciones.
El informe del Centro Pew muestra cómo en Estados Unidos, según datos del censo del 2010, las madres de hijos menores de 18 años que traen el “pan a casa” son en su gran mayoría madres solteras (8.6 millones), ya sea por elección o por azar, pero también hay un número importante de madres que trabajan y ganan más que sus esposos (5.1 millones). Otro fenómeno que se está comprobando es que ya son menos las mujeres que temen elegir tener hijos sin estar en pareja con todo y que saben que les pudiera tocar a nivel económico mucho más duro.
Todos factores importantes que muestran el progreso y desarrollo de una sociedad con más igualdad de sexos y con menos estigmas alrededor de las elecciones de cada cual. Realidades que piden a gritos que en materia de leyes se ajusten las del país acorde a dicha realidad. La protección de la mujer en la fuerza laboral debe ser inminente, más cuando en muchos casos ya papá no le teme al cambiador del bebé.