Por: Sabina Covo
Una mujer que sale de un bar y es violada y apuñalada por tres hombres que se encuentra en el camino. U otra que es violada en un estacionamiento de un bar, presuntamente por una persona que estaba con ella compartiendo dentro del mismo. Otra que es agredida en la parada de un autobús, forzada a entrar a un auto y llevada a un lugar remoto donde la violan y la golpean, o tres mujeres que después de 30 años son encontradas en una casa en cautiverio, o una mujer que era maltratada por su marido en silencio hasta que un día cualquier éste la asesinó. Todas historias reales que son noticia cada tanto en nuestras comunidades ya que desafortunadamente, sin importar a qué lugar del mundo miramos, ninguno está exento de padecer de casos de violencia hacia la mujer. Violadas por desconocidos, o violadas por conocidos y maltratadas o en el peor de los casos asesinadas después de una violación.
Recientemente en Bogotá, Colombia, se ha generado una gran controversia por una joven de 19 años que fue presuntamente violada en el estacionamiento de un popular restaurante de la capital colombiana. Digo presuntamente porque la investigación está en curso. Se trata de una pareja que compartió dentro de un bar, y que supuestamente por el exceso de alcohol, según declaraciones del presunto violador de 35 años, y de un testigo que estaba dentro del bar, tuvieron una relación consentida.
Pero la joven ha denunciado que fue violada. Lo que sí está confirmado es que dicho hombre, después de la relación sexual dejó a la joven abandonada, inconsciente, en el estacionamiento. Lo que ha generado más controversia en Colombia y el mundo, de todo lo que pasó, es el hecho de que el dueño del restaurante dijera a los medios de comunicación colombianos lo siguiente: “estudiemos qué pasa con una niña de 20 años que llega con sus amigas, que es dejada por su padre a la buena de Dios. Llega vestida con un sobretodo y debajo tiene una minifalda, pues a qué está jugando. Para que ella después de excomulgar pecados con el padre, diga que la violaron”. En Colombia, mujeres han protestado y han tildado la declaración de machista. Me uno a esas mujeres.
No importan los detalles del caso, nada justifica el maltrato. y que es peor, ¿qué nos enfoquemos en el machismo de la historia, que sin duda existe, o que no prestemos atención al hecho de que en el momento que una mujer dice no, ya es violación? No importa si es un desconocido o es su pareja, un “no’’ significa “alto’’. El próximo 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (o DIEVCM), aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Hagamos de ese día, todos los días, apoyando y fomentando que las mujeres hablen y denuncien para que las mujeres maltratadas no se marginen. Para nosotras, las mujeres, cualquiera puede ser víctima y para los hombres, tengan en cuenta que una mujer maltratada puede ser su madre, su hija o una vecina.
Una víctima de violación esta semana dijo una frase que me pareció triste pero que describe y expone gran parte de la problemática: “yo denuncié porque me apuñalaron 37 veces, y así se enteraron, pero si no hubiese pasado de pronto me hubieran violado y no hablaría”. No a la violencia contra la mujer, no importa si vestimos de minifalda, pantalones o si portamos un yihab, nada justifica la violencia. Nada.