Por: Carlos De Angelis
Toda elección, conlleva dos instancias: la difusión de los resultados y su interpretación.
Los números, puros y duros, en elecciones limpias como sucede en Argentina, no suelen ser sometidos a interpelación, salvo en algún caso excepcional.
En cambio, la interpretación de los resultados suele traer más polémica y tener más aristas. Los analistas, periodistas y encuestadores listan ganadores y perdedores, enumeración que llamativamente suele contener a actores políticos que no participaron como candidatos pero que en verdad pueden quedar debilitados o fortalecidos con los resultados en el gran juego de la política.
En las elecciones de este año en Argentina, se suma otro factor a los datos y a su interpretación, que es la apropiación de los resultados: es decir, qué candidato presidencial puede decir “ganó mi candidato”, un inventario que se supone sumará en octubre.
De la forma en que ha quedando conformado el cronograma electoral, las elecciones en las provincias como Salta, Mendoza y Santa Fe, en las semanas anteriores, y en la ciudad de Buenos Aires y Neuquén en el próximo fin de semana, parecen configurar aproximaciones sucesivas y en cámara lenta a las presidenciales.
La apropiación de los resultados fue particularmente notorio en las PASO de Santa Fe del domingo 19 de abril. Entre las 22 y las 23, Mauricio Macri salió por televisión, junto con el candidato a la gobernación Miguel Torres Del Sel y Carlos Reutemann, a hacer propio el triunfo de la elección en la provincia de ese día, sin tener muy en claro los resultados finales. El espectador no muy avezado en estos artilugios, se fue a dormir pensando que Santa Fe tenía nuevo gobernador, y quizás que el macrismo es la principal fuerza política en esta etapa de la Argentina.
Pero observando los datos a la luz del día, el porcentaje de votos obtenido por UNION PRO que llevaba al ex Midachi de candidato fue el 32,19%[1] sobre el total de votos afirmativos, mientras que el Frente Progresista, Cívico y Social quedó segundo con el 31,82%, sumando los votos de Miguel Lifschitz y Mario Barletta. Es decir, a una distancia del 0,0036%. También se pueden presentar la diferencia en términos de votos: La fórmula de UNION PRO le sacó a la alianza entre socialistas y radicales 5493 votos de un total de 1.694.775 santafecinos que fueron a las urnas.
Con estos datos, se podrían hace mil análisis, pero no se puede afirmar que Santa Fe decidió un nuevo gobernador, no por una cuestión normativa (la PASO elige simplemente candidato por fuerza), sino porque la diferencia es realmente ínfima.
Es cierto que Del Sel mejoró ampliamente sus performances electorales respecto a la elección de 2011, y que los socialistas han tenido muchos problemas es su gestión de gobierno, especialmente por la cuestión del narcotráfico. Pero los resultados empiezan a perfilar un dato central para Santa Fe pero para el país en general: se deben construir alianzas políticas y electorales.
En Santa Fe en particular, las negociaciones buscarán captar los votos del Frente Renovador, que entre Cachi Martínez y Eduardo Buzzi reunieron el 7%, en una pobre performance para el massismo, pero un número que podría volcar la elección.
También puede preguntarse qué pasaría si parte de los buenos números que obtuvo Omar Perotti por el Frente Justicialista para la Victoria (casi 22%), se volcaran al candidato socialista, para evitar el triunfo del macrista. O si por el contrario Barletta, el radical en las PASO con Lifschitz decidiera sumarse a la alianza nacional del PRO con el radicalismo.
Finalmente se puede considerar que hará el “voto-chiquitaje”, como el de Omar “El Negro” Palma (25.796 votos), o los un poco más que 13.200 votos de Raúl Castells. Ambos pueden descompensar la balanza.
Tampoco se puede dejar de señalar, que la lista a diputados del actual gobernador Bonfatti obtuvo el 47% de lo votos, lo que indica un corte de boleta de magnitud y con un claro mensaje a los candidatos a gobernador. En la capital Santa Fe y en Rosario también el triunfo fue para la alianza socialista-radical (31,4 y 34% respectivamente). Como se deduce, Miguel Del Sel reunió sus votos en el interior de la provincia.
Por lo analizado, el panorama santafecino se presume de alta complejidad electoral, y las apropiaciones rápidas corren riesgos de tener altos costos en esta larga carrera hasta el 25 de octubre.