Por: Carlos Maslatón
La solicitada que publicaron hoy 1000 artistas y trabajadores de medios audiovisuales del país en favor de las políticas del gobierno kirchnerista hacia la cultura, el cine y la televisión, es sencillamente repugnante, estatista y fascista. Sujetos como Gastón Pauls, Pablo Echarri, Alfredo Alcón, Mercedes Morán, Cecilia Roth y Darío Grandinetti, entre otros, salen a defender los subsidios a la producción con fondos públicos, o sea, extraídos de nuestros impuestos, del endeudamiento público o sufragados con falsificación de moneda causante de la inflación.
Rechazo todos los subsidios a la cultura, porque no sólo implican uso indebido del presupuesto nacional y malversación de caudales del estado, sino porque permiten que el régimen elija determinados “artistas” con el fin de que se conviertan en personeros de la propaganda oficial con sus manifestaciones o con sus actuaciones. Es vergonzoso que a casi 70 años de la caída del nacional-socialismo, todavía se intenten prácticas totalitarias de estas características en Argentina y me comprometo, desde el Congreso Nacional, a votar en contra de todas y cada una de las partidas presupuestarias al servicio de los fines políticos y económicos que alaban hoy quienes publicaron esta indignante solicitada.
La cultura no es un área donde el gobierno deba intervenir. La cultura debe quedar siempre liberada a la creación espontánea de las personas, como única garantía posible de la diversidad y de su desarrollo genuino, ya que subsidiar a unos implica perjudicar a otros y atentar contra la esencia misma del sistema democrático.