Por: Christian Castillo
Con el lanzamiento de los spots gratuitos en televisión y radio, la campaña para las “primarias” de las elecciones legislativas de 2015 entró en su última fase. En las publicidades predominan la falta de planteos políticos, sólo imágenes que muestran a candidatos entre la gente, besando niños al ritmo de cumbia o slogans vacíos que buscan resaltar algún atributo del candidato. Igual que en 2011, y como reconocieron varios observadores que no simpatizan con nuestras ideas, los spots del Frente de Izquierda resaltan por su creatividad y por ser los únicos que plantean reivindicaciones sentidas del pueblo trabajador.
El gobierno optó por una campaña donde Cristina es la gran protagonista, tanto que el primer candidato en la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, casi no aparece. La idea central es que la presidenta “eligió” defender los intereses populares y ahora son los votantes quienes deben elegir al igual que lo hizo Cristina. Pero lo cierto es que el oficialismo, que espera hacer jugar a su favor cierto mejoramiento coyuntural de los índices económicos, llega a esta elección debilitado por la división que significó la ruptura de Massa y por presentar un candidato poco conocido en el principal distrito electoral del país. El otro flanco débil donde se hace sentir la división del peronismo es en la burocracia sindical, donde sectores de la CGT oficialista se pasan a la oposición (como amenazan en estos días la UTA y La Fraternidad).
Pero sobre todo, ha sido alto el costo político que está pagando el gobierno por haber designado a un represor de la dictadura como César Milani, el acuerdo entreguista con la Chevron y la protección dada al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, procesado en numerosas causas por corrupción. El tratamiento del pliego de ascenso de Milani para el cargo de teniente general en el Senado se transformó en una crisis para el gobierno cuando el Centro de Estudios Legales y Sociales, que preside el periodista oficialista Horacio Verbitsky, presentó el mismo día que se trataba el tema en el Senado un informe con nuevas pruebas a partir de las cuales recomendaba no otorgar el ascenso al flamante Jefe del Ejército. Los senadores del bloque del Frente Para la Victoria debieron retroceder y pedir un cuarto intermedio. Poco después, por orden de la Presidenta, que defendió a Milani por cadena nacional, se postergaba la discusión hasta diciembre.
El gobierno se corrió tan a la derecha que permitió que hicieran gala de cinismo y demagogia “por izquierda” los que lo corren por derecha, de los radicales al mismo Macri. Todo esto ha sido un golpe importante para los sectores, muchos de ellos jóvenes, que apoyaron al gobierno desde la izquierda o el progresismo.
Por otra parte, hasta el momento, las encuestas dan ganador a Massa en la estratégica elección de provincia de Buenos Aires, aunque habría un leve repunte del candidato oficialista, con la intervención activa de Scioli y Cristina en la campaña. Pero aún cuando el intendente de Tigre lograra una concentración mayor del voto opositor en octubre esto no dirime por sí mismo la sucesión del peronismo ante las tendencias al agotamiento del ciclo kirchnerista y la casi segura imposibilidad de reelección de la actual presidente. La batalla continuará luego de las elecciones y cada contendiente tratará de obtener el mejor posicionamiento posible. El espacio pan radicalbinnerista, por su parte, apuesta para el 2015 a una división del peronismo que le permita una chance de disputa en la presidencia.
Para la clase dominante y sus políticos las elecciones son parte de sus proyectos sobre cómo lograr una sucesión del peronismo no traumática para sus intereses; para nosotros se trata de dar una batalla en un terreno desfavorable (ellos cuentan con los recursos del aparato de Estado o de los grupos mediáticos empresariales) por la conciencia política de los trabajadores y la juventud.
El Frente de Izquierda avanza con su campaña militante. El PTS viene de realizar actos importantes en La Plata, La Matanza, Avellaneda, San Miguel, Campana y Mar del Plata, y este sábado haremos grandes actos en Capital Federal y en la estratégica zona norte del Gran Buenos Aires.
En los tres primeros spots de campaña (discutidos políticamente por representantes de los tres partidos que conformamos el FIT y realizados técnicamente por los compañeros de TVPTS y El Ojo Obrero) planteamos la denuncia del impuesto al salario, la precarización laboral que sufren millones de trabajadores y planteamos el camino de la movilización de masas tomando el ejemplo de las marchas en Brasil. En estos días comienzan a salir el que denuncia la burocracia sindical, el que demanda el 82% móvil a los jubilados, el que ataca a la casta de políticos profesionales que defiende los intereses de los empresarios (con el planteo de que todo funcionario político gane lo mismo que un docente) y uno de los ferroviarios antiburocráticos planteando la nacionalización bajo gestión de trabajadores y usuarios del sistema ferroviario.
Hay otros más en gestación, para fortalecer la última semana de campaña y estamos permanentemente atentos a qué podemos mejorar en nuestra agitación de masas, para precisar lo que queremos transmitir a millones de trabajadores y jóvenes. Los elogios de los analistas políticos y los publicistas profesionales no nos dejan conformes. Queremos que todos los militantes y simpatizantes de nuestro partido y del Frente de Izquierda opinen si la agitación masiva que estamos realizando está a la altura del programa y la perspectiva más general por la que luchamos. En los spots resaltamos puntos que son parte de la plataforma de 26 puntos programáticos del FIT para esta campaña, que amplían y actualizan la declaración original de dos años atrás. Un programa que reivindica la independencia política de la clase trabajadora respecto de todos los bandos patronales y se plantea la lucha por una salida de fondo, por un gobierno de los trabajadores.
Hemos tratado de expresar la necesidad de la unidad de la clase trabajadora tomando la denuncia del trabajo precario, que afecta a más de la mitad de los asalariados que ganan $4000 o menos, así como la lucha contra el “impuesto al salario”, que afecta hoy a un 30% de los trabajadores. A horas de reunirse el Consejo del Salario, de lo máximo que se habla es de subir el mínimo vital y móvil un 25%, alrededor de $3600, la mitad de la canasta familiar.
A diferencia de los candidatos de los partidos de los capitalistas, desde el PTS y el Frente de Izquierda contamos con una militancia que lucha cotidianamente por los planteos que levantamos en la campaña electoral. Queremos diputados de izquierda y de los trabajadores en el Congreso y en las Legislaturas para fortalecer la pelea por los reclamos obreros y populares, y para favorecer el avance de la conciencia de los trabajadores hacia su independencia política. Para el PTS la batalla política que implica la campaña electoral va acompañada de nuestros esfuerzos por intervenir en las luchas que se vienen dando y en el impulso a la coordinación del activismo obrero.
Redoblemos los esfuerzos para que en las primarias la clase obrera y la juventud no voten a los candidatos de los patrones y, por el contrario, apoyen a la única opción que se plantea poner en pie una alternativa política de los trabajadores.