La Argentina tiene mucho para aprender de sus vecinos

Iván Cachanosky

El oficialismo ha reiterado en varias ocasiones que Argentina logró crecer pese a que “el mundo se le cayó encima” debido a la crisis internacional. Pero ¿cuánto de cierto hay en esto? Para analizarlo es conveniente centrarse en dos puntos:

  1. El contexto histórico de la Argentina en los últimos 15 años.
  2. ¿Qué ocurrió con el resto de la región en los mismos años?

El kirchnerismo alcanzó el poder en 2003 con un país que se encontraba en crisis. Sin embargo, el contexto internacional logró dar el empujón inicial necesario para que la Argentina pudiera salir de su situación al elevarse el precio de la soja, debido a los mínimos históricos de las tasas de interés internacionales. Esto se encuentra muy bien explicado en un artículo publicado por Emilio Ocampo, consejero académico de la Fundación Libertad y Progreso, donde muestra que la Argentina tuvo “viento a favor” a partir de 1999 pero ese viento de cola se dispara fuertemente en 2002, mismo año en que las tasas internacionales dejan de tener variaciones positivas. Como consecuencia, los precios de los commodities comenzaron a dispararse por ser más demandados generando un contexto internacional favorable para América del Sur. Por otro lado, el tipo de cambio de Brasil se apreciaba, lo que jugó a favor de la Argentina ya que, al ser relativamente más caro Brasil, el mercado internacional compraba a Argentina en vez de a Brasil.

Por si esto fuera poco, Argentina se encontraba en la fase de su ciclo económico que recién salía de tocar un piso e inevitablemente continuaría la etapa del “rebote”, que se inició en el segundo trimestre de 2002. En otras palabras, era muy difícil que entrado el 2003, Argentina no continuara una etapa de recuperación.

Es por esta razón que si se observa el crecimiento del PBI a precios constantes de Argentina entre 2003 y 2007 (ver gráfico) se apreciará que creció a una tasa muy alta en comparación con sus vecinos (un caso muy similar se observa en Venezuela sólo que en el caso de ellos el producto que los favorece es el petróleo y no la soja). Entre 2003 y 2007, el PBI de Argentina obtuvo el segundo mayor crecimiento de la región.

Ante la presencia de tasas altas conviene preguntarse, antes de sacar conclusiones apresuradas, el año base contra el que se está comparando. Por supuesto que si el año a comparar es uno en que recién se comenzaba a salir de la crisis, las probabilidades de tener altas tasas de crecimiento es mayor. El punto es que mayores tasas de crecimiento no necesariamente equivalen a mayor producción. Por ejemplo, si un país “A” posee un PBI de 100 y produce 10 unidades extra en el siguiente año, su crecimiento es del 10%. Si un país “B” posee un PBI de 100.000 y produce 1.000 unidades extra en el año entrante, su crecimiento es del 1%, pero sin embargo produjo más unidades que el país “A”. En el caso de Argentina, el elevado 40,29% experimentado entre el 2003 y 2007 no corresponde todo a crecimiento, gran parte corresponde a recuperación.

Algo que llama la atención es que los tres países con mayor crecimiento en este período (Venezuela, Argentina y Uruguay) tuvieron variaciones negativas si se toma el quinquenio anterior (1998-2002). El otro país que obtuvo una variación negativa en ese quinquenio fue Paraguay (el último de la tabla).  Si bien Paraguay no logró tener el desempeño de Venezuela, Argentina y Uruguay, por lo general, después de una etapa de crisis o de variaciones negativas, es mucho más factible obtener tasas de crecimiento mayores; y es esto lo que ocurrió con estos países.

Una vez superada la etapa de recuperación, cabe preguntarse cómo fue el desempeño de Argentina con respecto a la región nuevamente, pero para el período 2008-2012. Esta vez, sin tener en cuenta que el año base a comparar no es uno de crisis, el desempeño no fue tan bueno. Eso sí, el oficialismo enseguida se ocupó de disparar culpas contra la crisis internacional. Es cierto que todos los países se desaceleraron en el período 2008-2012, pero sólo Argentina y Venezuela tuvieron una desaceleración tan fuerte. Estos dos países cada vez se empeñan en tener más similitudes de baja calidad institucional y los resultados ya son visibles para el tercer período a analizar.

Tomando el período 2008-2012, la Argentina fue el segundo país que menos creció en ese período al expandirse en esos años un 9,37%, el peor fue Venezuela con un 6,01%. A continuación se puede observar un gráfico en donde se ven los crecimientos de los países analizados para los tres períodos:

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Fuente: LyP en base a institutos nacionales y estimaciones propias

Del gráfico pueden sacarse algunas conclusiones. En primer lugar, los dos países que más crecieron en el segundo período analizado (2003-2007) son los que menos lo hicieron en el tercer período (2008-2012); esto viene relacionado a que son los países que se encontraban en una mayor fase de recesión en el primer período y entonces es mucho más probable que sus tasas de crecimiento hayan sido elevadas para el segundo período.

Segundo, todos los países se desaceleraron en el tercer período. Sin embargo, salvo Argentina y Venezuela, tuvieron un comportamiento más uniforme. Es decir, en ninguno de los otros países se vio la abrupta pérdida de ritmo del nivel de actividad que sí se observó para Argentina y Venezuela.

Por último, si realmente el mundo se cayó encima de la Argentina como sostiene el oficialismo, ¿por qué el resto de los países (a excepción de Venezuela) logró crecer por encima del 10% mientras que aquí en Argentina no se logró ese crecimiento. En conclusión, ¿por qué sólo se le cayó el mundo encima a Argentina y no a Perú, Uruguay, Colombia y Chille?