Por: Juan Cruz Sanz
Ante el inevitable hundimiento del buque Santísima Trinidad, el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, asegura que se le cae la cara de vergüenza. Algo muy particular.
En 2009, El Periódico Austral, el folleto color del Frente para la Victoria, propiedad del chofer Rudy Ulloa, publicó en su portada la posibilidad de que el ex gobernador, en ese entonces interventor de Fabricaciones Militares, hoy ministro, Arturo Antonio Puricelli, fuera candidato a diputado nacional por Santa Cruz por el Partido Justicialista. La nota no tenía mucho sentido, y vendió la primicia como una suerte de rumor político.
No hace falta irse muy lejos para poder contar la historia de Puricelli y encontrar grietas inmanejables. En 2003 fue candidato a diputado nacional dentro un sublema de Convergencia Por Santa Cruz, que llevaba como candidato a la gobernación al actual senador Freddy Martínez de la Unión Cívica Radical.
Nacido en 1948, Arturo Puricelli fue electo gobernador de Santa Cruz en 1983. Luego de Carlos Menem y Rodríguez Saa en la Rioja y San Luis, fue el gobernador electo por el mayor margen en todo el país, el 56% de los votos, además de convertirse en el gobernador más joven de la Argentina. Fue el primer gobernador electo de la provincia que logró finalizar el período constitucional de cuatro años en forma completa. En ese entonces la Constitución Provincial no permitía la reelección y a Puricelli nunca se le ocurrió reformarla para permitir la suya.
Surgió como candidato luego de una interna en la que se enfrentó con el ex presidente Néstor Kirchner. A los efectos de dar una imagen de apertura, ya como gobernador nombró a “Lupín”, su rival, al frente de la Caja de Previsión de la Provincia.
Pero el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno. A los pocos meses de asumir, en abril de 1984, Puricelli lo echó ante la negativa de Kirchner de transferirle fondos de la Caja de Previsión para cubrir el déficit provincial. “Yo estoy acá para proteger el dinero de nuestros jubilados y no para financiar el Estado”, fustigó Kirchner luego de pegar el portazo.
En 1987, en las internas del PJ por la candidatura a presidente de la Nación entre Antonio Cafiero y Carlos Menem, Puricelli, presidente del PJ provincial, juntó a todo el espectro del peronismo renovador. Con Rafael Flores y Néstor Kirchner apoyaron a Cafiero, entrentándose con el gobernador santacruceño Ricardo Del Val. ¿El resultado? Una derrota aplastante.
Luego del triunfo de Menem en la provincia, más del 80%, Puricelli renunció a la presidencia del PJ y la misma noche de la derrota dijo por LU12 de Río Gallegos: “Reconozco la derrota pero mis principios no me permiten hacer campaña por Menem. No saldré a pegar un solo cartel”. En las elecciones legislativas de 1989, consiguió el triunfo y se convirtió en diputado nacional por el Partido Justicialista.
Puricelli vuelvió a ruedo político provincial en las elecciones de 1991, ya con la ley de lemas vigente en Santa Cruz, y formando un sublema dentro del Partido Justicialista, Movimiento Federal Santacruceño” (Mofesa), que luego se convertiría en partido, enfrentó a Néstor Kirchner y fue derrotado aunque la suma de sus votos le permitieron a Kirchner superar a la candidata radical, Ángela Sureda.
En una muestra más de su versatilidad, Puricelli se convirtió al menemismo más recalcitrante. Cuando se desató el escándalo del caso María Soledad Morales, que terminó con el gobierno de Saadi y la intervención de Catamarca en 1991, fue de los pocos diputados que apoyaron a Saadi por pedido de Menem. Por este caso se destituyó como diputado nacional a Ángel (“El Gordo”) Luque, padre del principal acusado por la muerte de Soledad, Guillermo Luque, por el cargo de “inhabilidad moral para ejercer el cargo”.
El propio Luque marcó su destino al haber pronunciado una de las frases que han pasado a la triste historia del Congreso Nacional: ”De saber que mi hijo -acusado entonces de violación seguida de muerte- hubiera cometido el delito, hubiese utilizado mi poder para hacer desaparecer el cadáver de la víctima”.
Puricelli asesoró a la defensa de Luque y, junto con Leonor Alarcia, Eugenio Morales, Irma Roy, Emma Tacta de Romero y Enrique Vallejos, fue uno de los siete diputados que se abstuvieron en la votación. La destitución fue votada el 17 de abril de 1991 por 130 votos contra 2, y las 7 abstenciones ya mencionadas.
Por su lealtad al menemismo, Puricelli fue nombrado interventor de Encotesa, encargado de privatizar el Correo Argentino y entregarlo a manos de Franco Macri, padre de Mauricio. En otra rara vuelta del destino, Puricelli firmó la privatización y Kirchner, en 2003, firmó la reestatización del Correo Argentino. Luego fue designado vicepresidente del Orsna, el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos.
En 1997 ingresó como diputado provincial en la lista del Mofesa, y fue uno de los pocos diputados opositores de la legislatura provincial. Sin embargo, en una actitud poco comprensible entonces, con su voto junto con el oficialismo kirchnerista permitió aprobar en la legislatura una ley que brindó a los famosos fondos de Santa Cruz, y a su manejo, un estatus legal extrapresupuestario. En las elecciones de 1999, el Mofesa volvió a participar de las elecciones, ya como partido provincial, y formó parte de la Alianza, que lo llevó como candidato a gobernador de Santa Cruz y a De la Rua a presidente de la Nación.
La jugarreta con el radicalismo a Purcelli no le iba a resultar gratuita. Por presión de Menem, Kirchner, ya ganador absoluto en Santa Cruz, lo expulsa del Partido Justicialista por “desleal”: “No pueden seguir en el justicialismo dirigentes que, siendo integrantes del máximo organismo de ejecución (por la actuación de Puricelli en el consejo nacional partidario), se presenten junto con la Alianza en una convergencia para ganarle al justicialismo”, sentenció Carlos Saúl.
En 2002, en otra vuelta de tuerca, Puricelli se vuelve leal funcionario de Eduardo Duhalde, a quien solía aborrecer en su época menemista, y es nombrado secretario de Relaciones con las Provincias, dependiente del entonces ministro del Interior Jorge Matzkin. Renuncia al cargo cuando Duhalde elige a Kirchner como el candidato oficialista a Presidente de la Nación. Por pedido expreso a Duhalde, como alguna vez le hizo a Menem, “Kirchner denunció que Matzkin y Toma estaban “tirando abajo” su campaña para favorecer a Menem” y le pidió a Duhalde que los echara.
En su renuncia, Puricelli declara: ”Mis diferencias con el candidato elegido por el Gobierno (por Kirchner) han sido y son irreconciliables”.
Pero las diferencias irreconciliables duraron hasta 2006, cuando Néstor K lo designó como interventor de la Dirección General de Fabricaciones Militares mediante el decreto presidencial 1170/06. “Quiero dejar absolutamente claro que el presidente va a tener en mí al más leal, sacrificado e interesado en que la misión se cumpla de la mejor manera posible”, dijo Puricelli en el momento de su designación. Algunos aseguran que su desembarco en el kirchnerismo fue coyuntural. Su ex mujer era nada más y nada menos que la fiscal Rita Molina, a cargo de la causa contra Ernestina Herrera de Noble por la adopción de sus hijos Felipe y Marcela.
Su buena relación con las Fuerzas Armadas lo llevaron a la cartera de Defensa. En su gestión ya le embargaron una Fragata y se le hundió un buque. Viene parejito, igual que su carrera política.