Por: Juan Gasalla
Avanzado casi un tercio del 2013, los indicadores empiezan a trazar un panorama concreto del recorrido de la actividad económica para todo el año y evidencian que varias de las proyecciones enunciadas hace apenas unos meses atrás parecen de difícil cumplimiento. Los pronósticos más optimistas auguraban un crecimiento económico marcado, después del avance modesto del año pasado. Sin embargo, el rebote de la economía muestra apenas un ligero sesgo positivo, aún sobre una base de comparación que estuvo lejos de las “tasas” chinas.
En 2012, el PBI de la Argentina creció 1,9% según el Indec y para los analistas privados osciló entre el estancamiento y la caída. La consultora Orlando J. Ferreres y Asociados estimó que la actividad se contrajo 0,3% el año pasado frente a 2011. En el primer bimestre de 2013, las cifras oficiales mostraron un avance en el Estimador Mensual de Actividad Económica del 2,8% interanual. En una comparación trimestral, Ferreres registró una mejora de 0,7% contra el período enero-marzo de 2012.
Un mayor volumen de cosecha esperado para este año fue otro de los argumentos más ponderados por los analistas. En diciembre se especuló con una producción entre 53 y 54 millones de toneladas de soja para la actual campaña, aunque estos días las estimaciones se ubican más cerca de los 48 millones de toneladas. Esta proyección final es 20% superior a la recolección de 2012 (39,9 millones de toneladas), pero sensiblemente inferior a los cálculos iniciales. Un mejor panorama se advierte para el maíz: la producción no estará lejos de las 26 millones de toneladas previstas, un 21% más que el ciclo anterior, con un cupo exportable de 17 millones de toneladas.
Los precios internacionales de los granos continúan elevados y permitirán recaudar con estos volúmenes unos u$s9.600 millones por retenciones, aunque el monto es un 15% menor que el esperado al comienzo de 2013. La consultora Quantum Finanzas coincide en esta visión de “un sector externo más deteriorado” por la baja en las proyecciones para la soja de 14% en cantidades y 5% en precios, y la menor actividad esperada en Brasil, a la que le atribuye una mejora inferior al 3% anual.
En ese aspecto, el arrastre del crecimiento de Brasil para la actividad local se diluye. El gobierno del país vecino, principal socio comercial de la Argentina, redujo su previsión de alza del PBI para 2013 a un 3,5% desde el 4,5% presupuestado. A la vez, subió la tasa de interés de referencia por primera vez desde julio de 2011 al 7,5% anual, debido a que la inflación acumuló un 6,59% en los últimos 12 meses, por encima del techo de la meta oficial de 6,5 por ciento. La industria argentina, en particular las automotrices y autopartistas, dependen de la demanda brasileña para expandirse. Que el gobierno brasileño priorice frenar la inflación a promover el crecimiento económico no es una buena noticia para nuestro país.
La reducción del déficit energético asoma como otra materia que quedará postergada. El saldo negativo entre las exportaciones e importaciones de petróleo, gas, electricidad y derivados, que alcanzó los u$s3 mil millones en 2012, podría superar los u$s7 mil millones en 2013. Según estimaciones del sector privado basadas en la tendencia del primer bimestre, las importaciones totales de energía podrían ascender a u$s15 mil millones este año, casi 50% por encima de los u$s10.679 millones de 2012 que registró el Balance Cambiario del Banco Central. Aún con estancamiento de la actividad general, las compras de energía del primer bimestre subieron un 52% interanual. Además, el incendio en la refinería de YPF en Ensenada elevará 6% las importaciones de combustibles, por unos 400 millones de dólares. La consultora Empiria afirma que “el déficit energético adicional supera el ingreso incremental de divisas de la soja”.
Por los motivos expuestos antes, la recomposición de reservas del Banco Central será otro objetivo difícil de alcanzar. Las expectativas se concentran en el ingreso de divisas del segundo trimestre del año, época de la liquidación de exportaciones por la cosecha gruesa. Sin embargo, los activos líquidos del BCRA quedaron la semana pasada debajo de los u$s40 mil millones por primera vez en seis años y es poco probable que recuperen los u$s43.290 con los que empezaron el 2013.