Por: Malú Kikuchi
¿No le llamó la atención que durante el Mundial de Fútbol en Brasil, nuestro seleccionado y los espectadores argentinos tararearan el himno sin cantarlo? ¿Qué pensó? Yo creí que en vez de ser una moda estúpida, simplemente no conocían la letra del himno nacional. Y tenía razón.
No sólo no conocen la letra del himno, los argentinos han perdido el concepto que expresa la letra del mismo. Dice: “¡Oíd, mortales, el grito sagrado, libertad, libertad, libertad! Oíd el ruido de rotas cadenas…”. ¿Era así? Porque yo escucho ruido de cadenas que no se rompen, se cierran.
En cuanto a “libertad”, de acuerdo al diccionario es, facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar. Está en nuestra Constitución Nacional y en los acuerdos internacionales a los que adherimos en la reforma 1994. “La libertad es un derecho básico”. ¿Acá también?
¿Qué entenderá por “libertad” la presidente? ¿Creerá que es un bien muy personal, de esos que no se comparten? ¿Creerá que sólo ella y su mesa chica tienen derecho a la libertad? Eso pareciera cuando pretende aplicarle la ley antiterrorista a una empresa, que tuvo el descaro de quebrar y envía al congreso una nueva ley de abastecimiento, donde la libertad, sin el debido proceso, ni defensa, va presa.
Delirante y fuera de toda lógica.
La imprenta Donnelley, americana, fundada en 1864, una de las más importantes del mundo, se instaló en Argentina en 1992, Panamericana km 36,7, Garín, provincia de Buenos Aires, 400 trabajadores. Presentó la quiebra, según la presidente, el viernes 8/8 y el juez (sin nombre) la otorgó el lunes 11/8. De ser cierto, es raro, nuestro poder judicial es muy lento.
Si la imprenta quiebra en serio, es porque las condiciones económicas del país empeoran por minutos, la gente no tiene plata para comprar revistas. Si la empresa quiere irse del país a rumbos más redituables, sin inflación y con seguridad jurídica, debe poder hacerlo. Salvo que Argentina haya decidido tener a las empresas de rehenes, para evitar el inevitable estallido social que vendrá, si siguen con estas políticas económicas.
Y si la quiebra es fraudulenta, ¿qué tiene que ver la ley antiterrorismo? En ese caso es un simple delito que compete al poder judicial, fueros penales y comerciales. Es más, se podría calificar de terrorismo de estado el hecho que el ejecutivo viole abiertamente la división de poderes y juzgue.
Ya sé que es exagerado, pero cómo se puede calificar a personas que deciden que los montoneros terroristas eran “maravillosos muchachos idealistas”, al tiempo que una quiebra real o fraudulenta es “un acto de terrorismo económico, para aterrorizar a la población”.
Y la ley antiterrorismo pedida por el *GAFI, de diciembre 2012, es una violación flagrante a los DDHH. A tal punto, que apenas salió la ley, el 15/12/2012, desde la presidencia de *FIDH que agrupa 178 organizaciones de DDHH de todo el planeta, se le pide a la presidente que derogue la ley, “ya que esta vulnera los DDHH y las libertades fundamentales”.
Está de más aclarar que Cristina nunca contestó. Y ahora, por primera vez se pretende aplicar la ley contra… una imprenta! Demencial y feroz. Grave.
En cuanto a las “innovaciones” a la ley de abastecimiento, ha tenido una única virtud, ha logrado unir a todas las entidades empresarias, las rurales y los bancos. Todas esas entidades (el campo queda fuera) que hasta antes de ayer aplaudían y asentían con la cabeza cual perritos de luneta en la Rosada cuando hablaba la presidente, hoy están desesperadas. Con razón.
Las “innovaciones” son simples: el estado decide qué va a producir, cómo, con cuántos trabajadores, a qué precio va a comprar, qué margen de ganancia le está permitido, a quién puede venderle, a cuánto y cuando. La empresa, industria, negocio o lo que fuera, pasa a ser un apéndice del estado y el o los propietarios pasan a ser empleados ad honorem del estado. ¿Y la libertad? No sabe/ no contesta. La encuesta no la registra.
Usted se preguntará cómo y por qué hemos llegado a este punto. Es una buena pregunta. Quizás, si pensamos qué estábamos haciendo mientras estas leyes salían del congreso con mayoría gubernamental, recordaremos que sólo lo comentamos socialmente escandalizados. Hasta ahí. Si nos lo hubiésemos tomado en serio, se podría haber parado.
La gente puede. La gente paró la 125. La gente repuso a Campagnoli en su puesto de fiscal y le devolvió a su equipo. La gente tiene el poder de decidir. Pero tiene que tener ganas, involucrarse, jugarse. Sin libertad la vida es sólo existencia, como los vegetales. Estamos permitiendo que nos conviertan en vegetales.
No desesperar, faltan sólo 481 días. Mañana faltarán 480. Finalmente llegaremos al 10/12/2015, más pobres, sin amigos externos, sin honor como país, pero más sabios. Habremos aprendido que el populismo es una lacra y que nunca más volveremos a creer en él. Quiero creer.
Y volvamos a cantar el himno con todas sus palabras, pensando en el sentido que tienen.
*GAFI, Grupo de Acción Financiera Internacional.
*FIDH, Federación Internacional de DDHH, la más importante del mundo.