Hacia el difícil camino electoral

María Teresa Romero

Finalmente los voceros del gobierno venezolano tuvieron que anunciar la verdad de la muerte del comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías. Es poco probable que los venezolanos  lleguemos a saber cuándo realmente el presidente  murió, si hoy mismo o desde hace días o semanas. Tampoco sabremos si permaneció o no en Venezuela  desde la anunciada salida de La Habana el pasado 18 de febrero,  si falleció en el Hospital Militar o en Fuerte Tiuna, o en La Orchila o en La Habana. Será difícil que el gobierno, a puertas de unas nuevas elecciones, de pruebas de “su” verdad.

De lo que no cabe duda es que  las crecientes manifestaciones estudiantiles en varias ciudades del país pese a la represión brutal de las fuerzas bolivarianas, las presiones de todos los sectores de la oposición venezolana por saber la verdad de la salud presidencial, así como las provenientes desde el exterior, fueron esenciales en el anuncio oficial.

Los dos más recientes comunicados  públicos del gobierno venezolano  prepararon el terreno del anuncio de hoy. El comunicado del actual ministro de Comunicaciones, Ernesto Villegas, de este lunes 4 de marzo fue muy revelador. Después de varios días asegurando una mejoría, finalmente se informó que el presidente Chávez presentaba una “nueva y severa infección respiratoria”, por lo que se encontraba en peores condiciones que hace dos semanas. Mientras que la segunda comparecencia gubernamental del martes 5 de marzo, esta vez del propio Vicepresidente Maduro hablando por una hora y acompañado del alto gobierno, la cúpula militar y los gobernadores y dirigentes del partido oficialista PSUV, fue aún más claro en torno a la gravedad presidencial al afirmar que “estas horas eran las más difíciles desde la última intervención de Chávez en diciembre pasado”.

En ese acto realizado en el Palacio Presidencial, Nicolás Maduro se presentó como todo un Presidente de la República, comandando las fuerzas civiles y militares, tomando decisiones –como la de expulsar a dos miembros de la embajada de los Estados Unidos en Caracas, ambos de la agregaduría de la Fuerza Aérea de ese país- y, al buen estilo verbal del propio Hugo Chávez, atacando a la oposición nacional a quien acusó, nada más ni nada menos, que de “inocularle el cáncer” al enfermo Comandante.

Este evento, ahora lo sabemos,  no sólo fue la antesala del anuncio de la salida de Hugo Chávez del mundo y del  escenario político venezolana, sino también  la entrada de su sucesor elegido por él mismo, Nicolás Maduro. En realidad, puede decirse que fue el acto de proclamación del nuevo candidato del proyecto bolivariano. Una de las cosas más importantes que dijo el ungido Maduro en el mismo, es que se respetará el marco constitucional que fue marcado por Hugo Chávez antes de partir en diciembre pasado. Es decir que, como manda la Constitución vigente, se anunciará  la falta absoluta del Presidente.  Y al optar por ella,  el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello -que pasará a tomar las riendas del gobierno- procederá en los próximos días a la convocatoria de nuevas elecciones generales a celebrarse en un plazo de 30 días.

Nicolás Maduro seguramente se enfrentará al ex candidato presidencial unitario Henrique Capriles Radonski.La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aún no ha hecho público este anuncio y es cierto que han habido debates sobre quién debería ser el nuevo candidato, en vista de que algunos factores de la oposición no están de acuerdo de que sea nuevamente Capriles. No obstante, es sabido que la mayoría de los partidos opta por Capriles quien, según la encuestadora Datanálisis, es el que tiene mayores posibilidades de ganar en unos comicios que no tendrán mucho tiempo de campaña. Capriles es el opositor más conocido en todo el país y el que puede salir al ruedo con una base de 6 millones y medio de votantes.

La próxima elección puede ser más difícil e incierta que la del 7 de octubre. Es cierto que el candidato del gobierno parte con mejor pié en vista que es el heredero de Chávez y de sus símbolos, que tiene el aparato estatal a su servicio, y que su estrategia de campaña se realizará bajo el duelo presidencial. Sin embargo, Capriles podría dar realmente una sorpresa porque muchos de los chavistas no militantes se pueden sentir desilusionados ante una figura de poco carisma y ante la evidencia de que a las elecciones pasadas, Chávez sí fue enfermo y que por tanto mintió a sus seguidores. De por sí, ya hay mucho desencanto ante la devaluación, la inflación, la represión policial, la inseguridad y otros problemas a cargo de Maduro como vicepresidente. También se deben contar las divisiones dentro del chavismo que podrían dar al traste con lo planificado  por la cúpula chavista e incluso hacer posible una intentona militar por parte de aquellos generales no totalmente comprometidos con la candidatura de Maduro avalada por el régimen cubano.

La situación venezolana seguirá difícil.

 

Fuente: Infolatam