“…La gente quería una salida del peligro y la falta de ley que veían a su alrededor. No podían caminar desde su departamento al subte sin ser agresivamente mendigados o amenazados por alguien. No podían caminar en espacios públicos sin ver a alguien drogado o borracho usando la vía pública como baño. No podían parar el auto en un semáforo sin que algún personaje apareciera con un lampazo o trapo sucio y le ensuciara su parabrisas exigiéndole plata a cambio. Estos “limpiavidrios” gobernaban la ciudad. Solía bromear diciendo que el monumento más importante de la ciudad debía cambiar teniendo en su mano un lampazo…La ciudad estaba devastada, y estaba la sensación de que nadie hacía nada al respecto.
Aun con mas policías en la calle, muchas generaciones de escándalos de corrupción policial parecía que los habían dejado sin voluntad para combatir el crimen. La jefatura cuidaba sus puestos ordenando no entrometerse en los lugares peligrosos.
El crimen, decía la teoría, era causado por problemas en la sociedad, esto lo compartían académicos, sociólogos, aun criminólogos. La policía no podría hacer nada al respecto.
Les iba a probar a todos ellos que estaban equivocados…”
Parecido a lo nuestro, ¿no? Pero éste no es un relato actual de Buenos Aires, las palabras son de mediados de los 90, y fueron dichas por Bill Bratton, el hombre que al servicio de Rudolph Giuliani, fuera el creador de la inteligencia aplicada a la forma de hacer policía, conocido aquí como “Tolerancia Cero”. Los resultados ya los conocemos, hoy se camina con mucha más tranquilidad en New York o Los Angeles ( los departamentos policiales manejados y transformados por este Jefe Policial, otrora altamente peligrosas), que en muchas de las ciudades que se niegan a aplicar métodos probados, como Buenos Aires, Rosario o Córdoba.
¿Por qué entonces no aplicamos las mismas recetas que hoy se han expandido por el mundo ? ¿Qué queremos inventar? La miseria que hoy vivimos en materia de seguridad ya la vivieron otros antes países. Aprendamos de la experiencia ajena.
Se tardó unos 15 años desde su aplicación en el mundo hasta que llegaran a montarse en Buenos Aires Centros de monitoreo de cámaras en la vía pública (el viejo COMPSTAT de NY), una mera herramienta tecnológica de las muchas que se utilizan en la lucha contra el delito. Falta mucho más y la ciudadanía espera ver resultados concretos.
A modo de ejemplo, todavía no entiendo (más allá de la mera mezquindad política) qué hace un Gobierno Federal pretendiendo dar seguridad en una Ciudad Autónoma, cuando debería dejar esa tarea en manos de la policía local (traspasándole la parte metropolitana de la Policía Federal y manteniendo las Delegaciones del Interior) y ya estar pensando en un esquema propio de prevención y represión de importantes delitos federales, especialmente el narcotráfico por ser el principal motorizador de violencia urbana, pero también los secuestros y la trata de personas, al estilo del FBI .