Por: Mundo Asís
El Dinero-Ducto de Enarsa (II): La Argentina energéticamente hipotecada por diez años.
escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella
“Baratta entregó a los gerentes”, confirma la Garganta.
Ocho Gerentes fueron oportunamente renunciados en “El Dinero Ducto de Enarsa”.
Es la empresa estatal-artificial que merece ponerse de moda. Inventada por Néstor Kirchner, El Furia, en 2004. Contiene el venerable objeto de “explorar hidrocarburos sólidos, líquidos y gaseosos, transporte, almacenaje, distribución, comercialización e industrialización”.
El Licenciado Roberto Baratta es uno de los escuderos fundamentales de Julio De Vido, el Ex Superministro.
De Vido mantiene un (casi literario) litigio por posiciones de poder con Axel Kicillof, El Gótico.
Kicillof opera, en Enarsa, otra vez, a través del doctor J.J.Carbajales, El Renunciador.
Carbajales actúa en nombre de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Pero “podía haber sido Sushi, o de La Coordinadora”, confirma otra Garganta.
El Renunciador se encuentra ansiosamente decepcionado, según nuestras fuentes, por no haber sido designado aún Presidente. En reemplazo de Ezequiel Espinosa, el ingeniero cordobés. Al que Carbajales se había cargado (por instrucción de Kicillof, que le ganó la pulseada Enarsa a De Vido).
Contó Carbajales con la inestimable colaboración de El Sociólogo, muy bueno para los números. Es Ghioni, en adelante también director.
De Vido y Baratta operaban, en cambio, a través del renunciado Espinosa. El Cepillado.
Para emparejar las fuerzas en pugna, Baratta logró imponer, en el directorio, a Walter Fagyas, un recurrente amigo de la facultad de Luján.
Armisticio
Al trascender, en el Portal, los detalles más pintorescos de la lucha interna por El Dinero Ducto, brotaron los ánimos apaciguadores.
“Paremos porque, lo que arranca con Rocamora, puede terminar mal”, confirma la Garganta que alguien dijo en el piso decisivo.
“Y Davidson no nos puede parar ni un taxi”, agregó. Por el señor Davidson, aparente encargado de tratar, entre sus competencias, con “la prensa”, que en general está en b… de los desastres que transcurren en la institución.
Se imponía entonces el entendimiento inteligente entre los “directores” Carbajales y Fagyas. “Bajar un cambio”.
Ambos se conocen desde el inicio de la catastrófica confiscación de YPF. Cuando Kicillof, en el furor del reparto, lo colocó a Carbajales, para ocuparse “de las Participadas”.
Y la dupla De Vido-Baratta lo colocó a Fagyas. Para “ocuparse del crudo, y de la comercialización de los combustibles”.
Aunque mantiene juego propio, y a pesar del conveniente armisticio, Baratta sabe que se encuentra personalmente sentenciado por Kicillof.
Consta que en un vuelo del Tanguito, mientras La Doctora hojeaba la revista Caras, Kicillof no vaciló en decirle, en tono relativamente alto, a De Vido:
“Tenés que deshacerte de esos dos, que son dos c…”.
Uno, era Baratta. El otro, Olazagasti, que también reclama su espacio. Que espere.
“Pero De Vido no los entregó. Los bancó”, confirma la Garganta.
En cambio Baratta -según recriminan los renunciados- los entregó sin vacilar.
El armisticio transitorio entre Baratta-Carbajales, o De Vido-Kicillof, o Kirchnerismo histórico-La Cámpora, posibilitó que, en el epílogo de una jornada intensa, después de una asamblea, Carbajales llamara a cada uno de los ocho gerentes espinosistas. Para decirles, por separado, la frase más doliente:
“Tiene que dejarme su renuncia ya mismo”.
Alguna dama, relativamente obesita, le dijo:
“¿Y quién c… sos vos para pedirme la renuncia? Sólo renuncio ante el Presidente y vos no sos”.
Pero -por influencias acaso del renunciado Mazola- la dama aflojó.
Comerse la carne
En materia energética, el cristinismo es comparable al carnicero que tenía carne de sobra pero inconscientemente se comió todos los churrascos.
La jactanciosa “recuperación del rol activo del Estado” deriva, en la Argentina actual, en desastres generalizados. Por la combinación de inoperancia, carencia de profesionalismo y pasión efectiva por la venalidad.
A los 800 millones de dólares anuales que se dilapidan a través del Dinero Ducto de Aerolíneas, deben sumarse hasta los miserables 100 millones de dólares que se desperdician inexplicablemente en el Correo, donde se llega al extremo de idolatrar, comparativamente, a los Macri (ampliaremos).
Mantiene su turno también para el tratamiento la decepcionante confiscación de YPF, que hoy orientan el empeñoso Galuccio y la Tía Doris, el auténtico canal hacia La Doctora.
“En los condenables noventa se superó la frontera del autoabastecimiento”, confirma la Garganta.
De exportador de hidrocarburos, en el descenso, se pasó a la irresponsabilidad de ser importador de gas.
“En los próximos diez años, la Argentina hipotecada va a tener que importar también petróleo”, prosigue el lamento. Tienta a reproducir el último documento de los ocho ex secretarios de Energía. A los que Tía Doris califica de “empleados de Clarín”. Como se lo dijo, de frente, según las fuentes, a Montamat.
En 2013 serán 83 los barquitos que proceden desde Trinidad y Tobago. O desde Qatar. Hacia los puertos de Bahía Blanca, o de Escobar. Para ser “alijados”. Enchufados en el buque regasificador, para disparar los tres millones de BTU, a 16 dólares cada uno. Hacer la cuenta.
Los barquitos los opera YPF pero los paga Enarsa, aunque ya sin la complejidad de Enarsa Servicios. Es la empresa doblemente artificial que le servía, al renunciado Espinosa, para sortear las trabas administrativas que le imponía la dupla Carbajales y Ghioni, transformados en sheriffs, créditos de La Cámpora que no sólo querían verla pasar.
Hoy el abogado y el sociólogo comparten el directorio de la Empresa de Energía (que Romero llamaba En Farsa) con el solvente odontólogo del sur, con el eterno diputado de Santiago del Estero (de varios mandatos cumplidos) y con la agradable escribana de Río Negro. Más Walter Fagyas. Otra vez juntos, con Carbajales, en bandos contrarios. Como en YPF.
Licitación a la carta
En 2014 los barquitos serán 90. En 2017, a este ritmo, alrededor de 110. A 16 dólares el millón de BTU que al eventual generador argentino del Neuquén se le pagaría 6. Y a Bolivia 11.
Por el Dinero Ducto de Enarsa. Hasta que se agote el último dólar de los varios miles de millones de dólares que se derrochan imperdonablemente por año.
Hasta que el argentino subsidiado (y siempre inocente) contemple la hornalla, de pronto, con incierta melancolía. Y la perilla de la luz con la sagrada invocación hacia el milagro.
En la Argentina energéticamente hipotecada, moralmente despojada, se asiste al eclipse del relato.
Menos mal que la caída furtiva del espinosismo acelera, en YPF, el llamado de la licitación a la carta.
A los efectos de escoger una agencia marítima que brinde el servicio de atender a los barquitos. Los que llegan a enchufarnos, en Bahía Blanca o Escobar.
Ya no los atenderá exclusivamente la Agencia Maritima Meridian. Al costo módico de quinientos mil dólares cada barco.
Aunque la Marítima Meridian se presente, trasciende que la licitación a la carta, según nuestras fuentes, la va a ganar la Agencia Nabsa. Inapelablemente impulsada por los unificadores ideológicos del consorcio Cammesa. Entidad armónica, manejada, también, por La Cámpora.
Oberdán Rocamora