Daniel, Mauricio, Sergio (y Milton)

Mundo Asís

La Doctora impone a Milton Capitanich, como cuarto actor de nuestra miniserie.
sobre Informe de Consultora Oximoron
Redacción final de Carolina Mantegari

Introducción
Retroceso y contraofensiva

El penúltimo regreso sorprendió a La Doctora acaparada. Ante la incertidumbre de la sociedad en banda, que vive pendiente de sus deseos. Ante la impotencia de una oposición que se limita a formular comentarios. O indignarse.
La ausencia, como estaba previsto, la ausencia coincidió con la dramática frivolidad de la derrota.
Escenario, de todos modos, el de la derrota, súbitamente envejecido. Sirvió de marco para ilustrarnos acerca del retroceso de la política.
Durante la convalecencia de La Doctora ausente, se registró el avance frontal de la Iglesia.
Fue seguida por la Justicia, que sobreactúa la independencia en las instancias de transición. Cuando se huelen los cambios del poder.
La Iglesia y la Justicia plantearon la inconcebible gravedad del narcotráfico. Flagelo que signa el destino estratégico de la Argentina.
La cultura del narcotráfico se reprodujo hasta la exasperación durante la “década ganada”.
Las “cocinas” se multiplicaron por los pueblos y los barrios. Como se multiplicaron los consumidores (y próximamente también los muertos).

Los que pretenden suceder a La Doctora -para Consultora Oximoron- distan de encontrarse preparados para combatir el fenómeno totalizador del narcotráfico.
Ni para intentar, siquiera, interrumpir la expansión. Cuesta estructurar un acuerdo intersectorial para combatirlo. Más allá de las palabras.

El furor por las designaciones parece atenuar la trascendencia del retroceso.
Los nombramientos y desplazamientos que decide La Doctora -junto a Máximo y Zannini- parecen situarla en el centro de una contraofensiva de la política.
Si no resuelve (la política) el drama subrayado por la Justicia y la Iglesia, al menos se alcanza a sacarlo transitoriamente del primer plano. Del lugar que hoy más interesa. Los medios (desesperados) de comunicación.
Meros arrebatos del país declinante que se desgasta entre las recriminaciones orales. Y morales.
Es de esperar -concluye Oximoron- que la contraofensiva que llega con las designaciones sirva para encontrar un rumbo. Que se vaya, de pronto, hacia alguna parte. Así sea conjeturalmente detestable.

Osiris Alonso D’Amomio
Director Consultora Oximoron

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MILTON, EL CUARTO ACTOR

“Daniel, Mauricio y Sergio” -los tres protagonistas de la consagrada miniserie del Portal- están en problemas.
Sienten que La Doctora -ya sin perspectivas de permanencia pero con ineludible protagonismo, y capacidad para influir- les acaba de plantar al cuarto gran actor.
Para 2015. O acaso en 2014.
Es Milton Capitanich, El Montenegrino Denso. Gobernador de Chaco. En adelante, El Premier.

Los tres contemplaban la proyección de los actores secundarios, de reparto, con ambiciones de ser figuras principales. Cabezas de elenco.
Los acosa Julio Cobos, El Cleto No Positivo. Se impone con facilidad en Mendoza pero pierde pronto en una trenza partidaria.
O el natural (eventual) aliado de Cobos. Con quien recíprocamente se resiste.
Es Hermes Binner, el John Wayne de El Hombre Quieto.
Ambos -Binner y Cobos- se encuentran en el podio de los presidenciables del “no peronismo”. Categoría que no significa necesariamente antiperonismo. Como el que enarbola la señora Carrió, La Empresaria en Demoliciones. Y que tienta también, de un tiempo a esta parte, a Mauricio Macri, El Niño Cincuentón.
Con la superioridad de su retórica, La Demoledora atrae la atención. Con desbordes efectistas, en denuncias excesivas que la descalifican.

Antes de Milton emerge también Domínguez, El Lindo Julián. Desde la matriz peronista, El Lindo Julián se anota en el bolillero de los presidenciables. Ya no sólo por los mecanismos constitucionales que aluden a la tempestad sucesoria. Como lo anotan, a su pesar, desde antes de Milton, al doctor Ricardo Lorenzetti, la Eminencia Calva que cautiva corazones sensibles de abogadas que aún sueñan.
También, en la etapa pre-Milton, asomó la cabeza Florencio Randazzo, El Ex Killer. Eterno adversario interno de El Lindo Julián, en la Cuarta Sección Electoral de la provincia (inviable).
Randazzo se consolidó finalmente con el sellado de pasaportes. Y con la tendencia emancipadora que lo instiga a tomar, por su cuenta, decisiones. Y también con las tribulaciones memorables ante interlocutores veloces de la magnitud de Aldito Roggio, El Renovado Total, y de Gabriel Romero, El Todo Para Mí, que suele llevársela históricamente en pala, sobre todo con la Hidrovía. Ampliaremos.
En cartel francés, para la estrategia de la dispersión, y debajo del trío protagónico, junto a El Ex KIiller y El Lindo Julián, también estaba Milton. Casi amontonado, agazapado, aguardaba El Montenegrino Denso. Detrás de Sergio Urribarri, el Padre del Marcador de Punta, que se sentía catapultado por Carlos Zannini, El Cenador, hacia le jefatura de gabinete.
Pero La Doctora, al desembarazarse de El Abalito, como Premier lo prefirió a Milton. Para escalar hacia el poder central. Y encontrarle un poco de sentido, un rumbo, al congelado aburrimiento del archipiélago cristinista.

Del Trío Los Panchos al Cuarteto Imperial

“Daniel, Mauricio y Sergio”. En problemas, el Trío de Los Panchos Presidenciables deben convertirse, por la llegada de Milton, en El Cuarteto Imperial.

Al legitimado Sergio Massa, Aire y Sol II, viene Milton a disputarle la centralidad.
En desmedro de Mauricio Macri, El Niño Cincuentón (desplazado por Massa pero preferido, como adversario, por La Doctora).
Y para taponarlo a Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol I (vencido).
A Sergio hoy le basta con la casualidad programada de una fotografía para convertirse en la atracción (y simultánea decepción) de los diarios del domingo.
Pero la gravitación de la fotografía con Martín Insaurralde, El Barrilete de Plomo, no logró eclipsar el dato que alude al extraño rebote que le cuesta admitir.
La reticencia para recibirlo de Francisco, el Papa Girado. Aunque Francisco suele recibir a la totalidad de la dirigencia aventurera que se desplaza, en clase turista, hacia Roma.
Sin embargo trasciende que Francisco no tiene tiempo (o sea ganas) de recibirlo en el Vaticano a Aire y Sol II.
En audiencia privada, como la que concedió a los dos competidores iniciales de la miniserie.
De divulgar el traspié en off se encargan, según nuestras fuentes, los múltiples detractores de La Franja de Massa.
Aunque Sergio, en el almuerzo ofrecido por el empresario poderoso de Miraflores, aclaró que no planifica visitar, por ahora, a Francisco. El inquilino de la nueva Puerta de Hierro que hegemoniza la cuestión redituable de la espiritualidad.

La Tercera Vía

El desplazado -Mauricio- aún se siente cómodo con el infantilismo de la Tercera Vía.
Una originalidad que candorosamente intentaron también, con suerte relativa, Francisco Manrique, en los 70, Domingo Cavallo, en los 90, y Ricardo López Murphy, en los dos mil.
De los tres antecedentes, el único que se propuso estrellarse, en el sustancial derrotero de la provincia de Buenos Aires, fue López Murphy.
Para armar algo digno en Buenos Aires (donde tampoco Milton tiene nada), El Niño Cincuentón cuenta con Jorge, El Primo (que era) Pobre.
Minigobernador de Vicente López, pero Jorge presenta el inconveniente natural de apellidarse igual.
También cuenta con Carlos Melconián, el vigoroso caudillo de Valentín Alsina.
De todos modos, El Niño Cincuentón prefiere desplazar, desde el Artificio Autónomo de la Capital, a su vicejefa de gobierno.
La señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Oliverio Girondo. A los efectos de encarar la penetración sociopolítica que se resistió, en su oportunidad, a impulsar la señora Gabriela Michetti, La Princesa de Laprida.
En realidad, al desplazar a María Eugenia, la “chica” del poema de Girondo dedicado a Flores, El Niño Cincuentón elimina, con astucia primaria, a otra principal competidora para la sucesión porteña.
Ocurre que la sucesión es el vals prometido para Horacio Rodríguez Larreta, El Carismático de Pompeya. Aunque invariablemente El Carismático de Pompeya tendrá que vérselas, primero, con Michetti. Para reanudar la antigua interna que conmueve las estructuras fijas del macricaputismo. Y después, por lo que trasciende, enfrentarse a Martín Lousteau, si es que no sucumbe el Engendro UNEN.

Daniel compró la quiebra

Por su parte Daniel Scioli, Aire y Sol I, es, para la tribuna, el principal afectado por la irrupción de Milton.
Al comprarse sin beneficios de inventario la quiebra del cristinismo, Daniel se diplomó como agregado cultural en la derrota de Insaurralde. El vencido que precipitadamente corrió para fotografiarse con su vencedor y las mujeres, que complementaban la escenografía para el diario del domingo.
El gran problema de Scioli -que desde antes de Milton se imagina como sucesor natural- radica en que La Doctora, la dama a suceder, no tiene el menor deseo que Daniel la suceda.
Por lo tanto con Carlos Zannini, El Cenador, y con Máximo, En el Nombre del Hijo, se encargan de producirle una serie de candidatos de punta.
Urribarri, El Lindo Julián, El Loco Randazzo, y ahora, por si fuera poco, Milton.
Para ocultar que el sucesor preferido es Mauricio.
Ya que La Doctora -como El Furia, el marido extinto- estimula también la idea del Macri propio.
Aunque Mauricio se resista, hasta el cierre del informe, a ser catalogado como un dirigente de derecha. Como el cristinismo lo prefiere. Para mantener la ficción de creerse, a pesar de todo, progresistas, revolucionarios, casi de izquierda.

Carolina Mantegari
Consultora Oximoron, redacción final