Por: Myriam Bregman
La campaña se llena de símbolos. La justicia porteña falló a favor del PRO autorizando el uso de pistolas Taser por la Metropolitana. Por su parte, este 24 de marzo Hebe de Bonafini llegó a la Plaza con Aníbal Fernández, y Estela de Carlotto llamó a votar con la memoria. Es una memoria selectiva porque olvida a Milani, Proyecto X o el gendarme “carancho”.
Las Taser fueron presentadas como armas no letales, pero sus fabricantes aclaran que pueden provocar la muerte, mientras que organismos internacionales las denuncian. Nada de esto conmueve al PRO que encontró un arma de tortura portátil que no deja rastros en el cuerpo, lo que dificulta la denuncia.
Macri eligió el cuestionado predio de La Rural para cenar con empresarios que supuestamente aportaron a su campaña. Que haya sido una maniobra para blanquear los millones que usa cada día para su campaña, no quita que fue una apuesta fuerte para decirles que con él tendrán negocios garantizados. A la par, le prometió a los burócratas sindicales que los ayudará a “correr a la izquierda” de los gremios.
La alianza que selló con Carrió y con la UCR es un intento de plantear una salida por derecha al kirchnerismo. Este acuerdo no está exento de contradicciones: varios candidatos que se presentan como opositores en la Ciudad van en alianzas con el PRO en otros lugares como es el caso del partido de la diputada Victoria Donda, que en la ciudad de Mendoza va en una ¡lista común! con el partido de Macri. Lousteau y Ocaña -que ha coqueteado con el 99% de los partidos existentes- prácticamente son una colectora del PRO luego de que Macri sumara a los radicales.
El kirchnerimo resignó la Ciudad y prefiere jugar un rol opositor mientras le garantiza gobernabilidad al PRO. Sus principales candidatos Mariano Recalde y Carlos Tomada (y hasta Aníbal Ibarra), plantean la campaña en términos de quién gestiona mejor. Recalde es denunciado por las tercerizaciones en Aerolíneas e incluso por casos de persecución sindical. Tomada viene de jugar un papel antiobrero en el conflicto de los trabajadores de Lear, donde el Ministerio armó una emboscada junto con el SMATA y la patronal para dejar ilegalmente a las familias obreras en la calle. El prontuario de los candidatos K es interminable. El propio Aníbal Ibarra fue destituido como Jefe de Gobierno después de la masacre de Cromañón que se llevó 194 vidas.
Desde el FIT enfrentamos todos los días al macrismo y sus políticas de negocios privados, inmobiliarios y de la obra pública.
Desde el PTS apostamos a realizar una gran campaña militante. Junto con los compañeros del subte que conforman una oposición al kirchnerismo y al macrismo. Con las trabajadoras y trabajadores de las privatizadas discutiremos qué hacer con los servicios públicos colapsados. Una campaña junto con los trabajadores y trabajadoras de las fábricas que padecen las condiciones de salubridad como en la Textil Elemento y los talleres clandestinos, con los trabajadores estatales que padecen la tercerización y salarios miserables en la Ciudad. Con nuestros compañeros delegados en las villas.
Queremos desplegar la fuerza de los docentes, para que sean ellos lo que planteen cómo defender y mejorar la escuela pública y terminar con los subsidios a la educación privada. Con la fuerza de las trabajadoras y trabajadores de los hospitales porteños que cobran vergonzosos salarios y trabajan extensas jornadas.
Desde el Frente de Izquierda vamos con la fuerza de las mujeres, los trabajadores y la juventud.