Por: Pablo Ferreyra
La complejidad del electorado porteño es innegable. Para algunos, representa la expresión más acabada del progresismo no peronista, para otros constituye un distrito esencialmente “gorila”, pero la mayoría acuerda en que su comportamiento es una verdadera incógnita. Nadie da en el clavo en los análisis.
De reciente conformación, el Frente UNEN reúne a personajes tan dispares como Elisa Carrió, Fernando “Pino” Solanas, Alfonso Prat Gay, Victoria Donda y Ricardo Gil Lavedra. Fuerzas políticas como Proyecto Sur, la Coalición Cívica, la UCR, Libres del Sur, el Partido Socialista, el GEN, Podes y el Partido Socialista Auténtico, todas unidas por la necesidad estratégica de confrontar al kirchnerismo a cualquier costo. En su lavado discurso ideológico, intercalan posiciones antagónicas con el macrismo a fin de no dejar en evidencia su furioso antikirchnerismo.
Un rejunte que busca emparentar al oficialismo de la ciudad con el gobierno de Cristina Fernández y así nacionalizar una elección que se plantea como plataforma para la de 2015. Humberto Tumini, dirigente de Libres del Sur, lo expuso con mucha claridad: “Estamos buscando la mayoría política en la ciudad de Buenos Aires”. “Felicitaciones por lo que hicieron”, congratuló Jorge Lanata desde una de las radios más escuchadas al cineasta y diputado de Proyecto Sur Pino Solanas, quien competirá en las PASO con el personero de los intereses de sectores financieros internacionales Alfonso Prat Gay. Mientras, los porteños siguen rehenes de la nefasta gestión macrista.
Recientemente, el diputado nacional y referente de la CTA opositora Claudio Lozano rompió el Frente Amplio Progresista en la Capital Federal. Desde Libres del Sur no se resignaron e intentaron tentarlo públicamente: “Estaríamos muy contentos en que esté Lozano, pero él no quiere”, insistió Tumini. La respuesta del dirigente de Buenos Aires Para Todos no se hizo esperar y rechazó la opción de un “rejunte opositor”. Sin embargo, el espacio de Lozano se pliega a una estrategia similar de “rejunte”, en sus propias palabras. En la Legislatura, junto a la mayoría de los legisladores de Proyecto Sur salvo la honorosa excepción de Rafael Gentili, su bloque brindó los votos necesarios para la designación de la jueza Inés Weinberg de Roca como nueva integrante del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la ciudad.
La camarista propuesta por el macrismo fue señalada por Gentili como una candidata que “refuerza un TSJ de perfil esencialmente conservador y restrictivo en el reconocimiento de los derechos sociales, económicos y culturales de todos los habitantes de esta ciudad”. El legislador esgrimió también varias denuncias contra Weinberg: “Hemos confirmado que durante los últimos años ejerció un cargo en las Naciones Unidas, omitiendo los pasos necesarios para adquirir la autorización para desempeñar ese cargo”. En medio de escandalosas denuncias de sueldos dobles, la jueza es la garante del DNU de Mauricio Macri a favor del Grupo Clarín, maquillado en forma de ley por Julio Raffo y votado posteriormente a esta designación.
Porteños al fin, los ciudadanos de Buenos Aires no son responsables de una limitada oferta electoral que los subestima una y otra vez. Una ciudad que alberga un “progresismo” evidentemente corrido hacia la centroderecha.