Irán sigue en la mira diplomática y militar de Estados Unidos como la cuestión internacional de la mayor prioridad y preocupación, de acuerdo a expresiones del Presidente Barack Obama en una indicación que hasta el mismo conflicto con Siria sobre las armas químicas es de orden secundario frente al riesgo que Teherán construya un arma nuclear. La mención sería también una señal al presidente de Irán, Hassan Rohani, en el sentido de que ya es hora de encarar el tema del programa militar nuclear, en particular el cese de la producción de uranio enriquecido.
Hasta el momento, las indicaciones de mayor flexibilidad anunciadas por Rohani en la campaña electoral como al asumir no han tenido seguimiento diplomático. Fuentes de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) señalan que Irán continúa con la fabricación de uranio enriquecido a gran escala. Muchas de las nuevas membranas empiezan a funcionar y es probable que para fin de año Irán disponga de 17 mil en estado operativo para lograr una cascada que pueda aumentar considerablemente el grado de enriquecimiento. Un arma nuclear necesita uranio enriquecido al 90%. Irán ya podría enriquecer al 30%.
El G-6 (compuesto por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad más Alemania), que ha concentrado las negociaciones con Irán en los últimos años, aún no habría recibido indicaciones sobre las perspectivas de reanudar las conversaciones. Tampoco habría indicios que Estados Unidos e Irán hayan avanzado bilateralmente. Las referencias del presidente Obama confirmaría esta suposición.
El presidente de Irán, que fuera negociador nuclear iraní hace más de una década, parecería inclinado a un arreglo diplomático que disminuya los efectos de las sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sin embargo, no se conoce con precisión el alcance de la supuesta flexibilidad. Hasta ahora sólo ha expresado disposición política a la negociación aunque ha enfatizado que el enriquecimiento de uranio es un derecho inalienable de Irán. La expresión no permite mayor optimismo.
Sin embargo, Hassan Rohani ha logrado que el líder religioso supremo, Ali Jamenei, autorice que las negociaciones sean encaradas por la Cancillería iraní. Ese paso es interpretado como uno en la buena dirección. Por el momento habrá que tener paciencia. El problema radica en que el reloj no parece estar favor. Todo indicaría que ni Estados Unidos ni Israel estarían dispuestos a que Irán sacuda al mundo con un arma nuclear como ya ocurrió, hace unos años, sorpresivamente con Corea del Norte.
Es de esperar que se imponga la diplomacia e Irán acepte, como lo hacen todos los demás Estados no nucleares parte del Tratado de No Proliferación (TNP), cumplir con las obligaciones y salvaguardias derivadas de ese instrumento.