Por: Sabina Covo
La revista Vanity Fair junto con la CBS han hecho una encuesta a hombres de varias edades con el fin de investigar la posición de las mujeres en diferentes ámbitos de nuestra sociedad. Revelan por medio de cifras que más de un 39 % de los encuestados piensan que una mujer debe ser una buena madre y que eso es lo más importante para ellos en el momento de formar una familia. También revela la encuesta, que a la vez fue hecha a mujeres acerca del papel masculino, que tan sólo para el 1 % es importante la belleza, y que para un 33 % es importante la inteligencia. Hasta ahí, no muy sorprendentes los hallazgos. Pero más adelante la cosa cambia.
En la historia, y de acuerdo a antropólogos, tanto para hombres como para mujeres tener una buena madre o padre para sus hijos es una de las principales cualidades en una pareja. La encuesta pregunta por el rol de la mujer en la fuerza laboral, y ahí sí que viene una cifra asombrosa: tan sólo un 11 % de los encuestados se siente cómodo con tener a una mujer como jefe. Una cifra sumamente baja si incluimos el factor de que día a día más mujeres entran a la fuerza laboral en cantidades asombrosas y son cabeza de familia. Pero ojo, porque si se toma en consideración que tan sólo un 5 % de acuerdo al Departamento del Trabajo de los Estados Unidos, de los jefes son mujeres, entonces la cifra no es tan insólita.
De acuerdo al buró de economía nacional de Estados Unidos, hoy día se gradúan de la universidad más mujeres que hombres. Entre los años 70 y los 2000, hubo un incremento en las mujeres que estudian de un 44 %. Así es que no hay que ser feminista ni experta en los temas de desigualdad de género para darnos cuenta de que si pocos hombres se sienten cómodos con una mujer como jefa, algo anda mal. ¿Será que hay machismo detrás de las respuestas de los encuestados?¿O será que entre las mismas mujeres hay machismo y por eso prefieren no aspirar a altos cargos? Prefiero pensar que es un proceso de adaptación.
El sociólogo Alejandro Angee, del Miami College, me explicaba que el hecho de que en la historia el hombre hubiera sido visto como el proveedor del hogar hace que la sociedad esté programada de cierta manera, pero que poco a poco está cambiando. Muchas mujeres sienten que siempre encontrarán obstáculos para llegar a altos cargos, mientras que algunos hombres no se sienten cómodos en ser mandados por el sexo opuesto, al menos no en el trabajo. Tan sólo hay que mirar el Congreso de los Estados Unidos para darnos cuenta de que hay pocas mujeres en cargos públicos. Y, si las mujeres encuentran pocas voces en el gobierno es difícil que se legisle en pro de una mayor comodidad para la mujer profesional.
Pero sin duda, las condiciones sí están cambiando, es una lástima que no proporcionalmente con la cantidad de mujeres que hoy día deciden estudiar y trabajar. Encuestas recientes muestran que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton le ganaría a cualquier candidato de ambos partidos. ¿Cambiaría la percepción si en Estados Unidos llegara a la presidencia una mujer? Probablemente.