Por: Santiago Maggi
Puede que varios indicadores de fuerza relativa señalen que el mercado mantiene momentum, pero también es cierto que el mercado podría perder ímpetu si las negociaciones se asoman a la punta del precipicio.
El índice S&P 500 cerró la semana en 1.413 con una leve caída de 0,03 por ciento en la semana y una pérdida en lo corrido del mes de 0,18 por ciento.
A decir verdad, era de esperarse una mayor volatilidad en la primera mitad del mes y, sobre todo, un mercado más decepcionado como el actual, pero ante el juego político entre partidos, los mercados financieros no han pasado cuenta de cobro por la falta de resolución en la mesa de negociaciones. El mercado actualmente resiste el gran nivel de incertidumbre al que nos enfrentamos en materia fiscal, incluso a pesar de los comentarios del vocero republicano John Boehner, el representante demócrata Harry Reid y el presidente Barack Obama, que muestran una solución lejos de “la vuelta de la esquina”.
Mientras la negociación bipartidista continúe, el rally esperado del mercado accionario está cada vez más en riesgo. Puede que varios indicadores de fuerza relativa indiquen que el mercado mantiene momentum a pesar de la cercanía al abismo fiscal, pero también es cierto que podría perder ímpetu si las negociaciones se asoman a la punta del precipicio.
Los últimos dos días el mercado no logró romper niveles de soporte importantes y todavía queda espacio para que fluctúe sin preocupar a los que le apuestan a la subida de final de año. Por el contrario, una sorpresa positiva sobre una resolución antes de lo que esperamos, aunque sea un escenario poco probable, pondría el mercado en buen momento para las últimas 10 sesiones del año.