Por: Adriano Mandolesi
Comenzando el último bimestre del año, el aumento de costos, la pérdida de competitividad por las tensiones cambiarias y la ralentización de la actividad económica comienzan a afectar la situación financiera de las empresas de la región. Los proveedores de insumos presionan por los plazos de préstamos, los banco revisan al alza las tasas, las cobranzas se demoran y hay mayor cantidad de cheques “rebotados”. Factores que complican el escenario de cara al 2014.
Por cierto, según el Banco Central la cantidad de cheques rechazados creció 33% en septiembre respecto al mismo mes del año anterior. De esta forma se totalizaron $ 3.094 millones en cheques sin fondos acumulando 23 mil millones de pesos en lo que va del año cuando el año pasado alcanzaba 18 mil millones de pesos a la misma altura.
En el interanual, la variación en el total de cheques rechazados trepó algo más de un 72%, dando cuenta de un complicado mes de septiembre para las empresas. Si bien el porcentaje de estos instrumentos impagos es 2,88% del total, la tendencia creciente enciende una luz de alarma para los encargados de las finanzas de las principales empresas de la región por los problemas en la cadena de pagos que este indicador anticipa en la cadena de pagos.
Al momento de repasar las principales cuestiones que impactan en las interrupciones de los pagos se destacan las menores ventas, los ajustados márgenes de rentabilidad y el fuerte incremento de la presión tributaria sumado al diferencial entre el tipo de cambio oficial, al que se liquidan las exportaciones y el informal, que supera la barrera de los $10.
Ante este panorama en el cual las PyMEs se ven obligadas a extender el plazo de los cheques emitidos que pasó de 90/120 días a intervalos mayores, del orden de los 120 a 150 días, trasladando el problema a sus proveedores. Además, esta situación es acompañada por una suba en las tasas de interés de cuenta corriente que pasaron del 22% al 27%, mientras que la financiación utilizando descuentos de cheques ya supera el 50% anual en las distintas financieras.
Sin dudas, es evidente el aumento del rechazo de cheques recibidos en los últimos meses. Esto da cuenta de una creciente problemática en las cobranzas que se traslada entre los eslabones de la cadena comercial de distintos sectores y golpea con fuerza alicaídas economías regionales que se encuentran en un complejo panorama de restricciones externas, tensiones de costos y menores márgenes.
Si bien los alarmantes niveles alcanzados cuando se disparó la crisis vivida a comienzos de la década de 2000, el salto observado en el monto total de cheques rechazados es una señal de alarma. La principal incógnita pensando en los próximos meses es cuánto impactará un menor crecimiento en la actividad económica y cuál será el camino para revertir esta situación.