El regreso del duhaldismo

Alfredo Vega

Como dijimos en la entrega anterior, la combinación de serios problemas en la economía y pérdida de capital político hacen tambalear a cualquier gobierno. El actual no es una excepción. El mismísimo Carlos Kunkel acaba de decir que los cambios en el gabinete responden a una lectura atenta de las dos últimas derrotas electorales.

Ésa es la respuesta al porqué de los cambios que se están produciendo y que aparentemente no han finalizado. Sin embargo, todavía falta responder dónde se originaron los nombres de los nuevos funcionarios que ya integran el elenco gubernamental.

No es una tarea fácil establecer cuáles fueron los hilos ocultos que se han movido detrás de cada uno de esos nombres, pero sí se puede decir que quien más resonancia ha causado es el flamante jefe de Gabinete, Jorge Milton Capitanich, un hombre que supo contar con la máxima confianza del ex presidente Eduardo Duhalde. Capitanich fue nombrado a inicios de 2002 en el mismo cargo que ocupa ahora: jefe del Gabinete de Ministros. Aunque luego se adhirió fuertemente a los postulados del kirchnerismo, se dice que nunca perdió contacto con su mentor inicial.

Sergio Massa, hoy enfrentado fuertemente con el kirchnerismo, fue director de la Anses durante el gobierno de Duhalde. Actualmente en el equipo de Massa militan dos de los ex ministros más importantes de Duhalde: Roberto Lavagna, quien en abril de 2002 fue nombrado ministro de Economía, y José Ignacio de Mendiguren, ex titular de la cartera de Producción. De Mendiguren se había acercado al cristinismo desde su cargo de presidente de la Unión Industrial, pero finalmente decidió pasarse a las filas del massismo.

No resulta ocioso recordar que el actual gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien se declaró presidenciable ya hace tiempo, fue secretario de Deportes en la gestión de Duhalde.

Luego de la segunda derrota electoral, la de octubre, hubo una urgente reunión de gobernadores y algunos intendentes peronistas del ala conservadora para analizar las causas del fracaso y adoptar medidas que permitan revertir la situación con miras a las elecciones de 2015. De allí habrían salido las principales líneas directivas que se están llevando adelante.

Lo primero es diferenciarse de la actual gestión, puertas abiertas con el periodismo, dialogar con otros sectores políticos, del campo y de la industria. Evitar la caída de reservas internacionales y moderar el ritmo de la expansión monetaria.

Todavía hay una incógnita: si hay una impronta duhaldista, ¿cómo llegó Axel Kicillof al Ministerio de Economía?. La respuesta la dio el mencionado Kunkel, cuando señaló que un millón de los votos perdidos pertenecen a sectores de izquierda decepcionados con las políticas de Cristina. De todos modos no las tendrá todas consigo. El perfil del nuevo jefe del gabinete, Capitanich, está fuertemente vinculado a la economía. Allí tendrá que ir a exponer qué se hace con la inflación, con el cepo cambiario y con la deuda externa. Seguro que se hará todo lo más alejado posible de las concepciones de Guillermo Moreno, quien no concurrió a la asunción de los nuevos funcionarios.