Por: Claudio Zin
Pobres y empobrecidos, por el empecinamiento del Estado argentino (el Banco Central de la República Argentina- BCRA-) al no aceptar que si Italia manda euros para pagar las jubilaciones y pensiones de sus pensionati al estero, esa es la moneda que deben recibir y no una versión devaluada que antojadizamente inventa.
Traducción, para quienes no conozcan el tema: los 33.789 jubilados italianos residentes en Argentina, que reciben una pensión promedio de 356 € por mes, cuando cobran en ventanilla del banco local, les descuentan las comisiones pertinentes y les pagan en pesos al cambio oficial, perdiendo el 40% de su dinero.
Y en este caso en particular no hay “fuga de divisas”, hay retención indebida de ellas, el BCRA se queda con los euros que manda Italia.
Más allá de haber plantado este tema a Dios y María Santísima, desde Papa Francesco, hasta el último vicepresidente del BCRA, pasando por todos los ministros italianos que tiene que ver con el tema, tratando de explicar que hay un acuerdo/convenio/ley del año 81/83 ( 22861) que vela por la intangibilidad de estas pensiones en ambos países, que es sistemáticamente, mes a mes, violado desde el 2011 por las autoridades monetarias nacionales, ahora aparece la luz al final del túnel. En verdad hay dos luces no una.
1) Un fallo excepcional del juez federal Alfredo Lopez del Juzgado Nº 4 de Mar del Plata, de noviembre pasado, hace lugar al pedido de recurso de amparo de una jubilada italiana y ordena al BCRA que pague como corresponde la pensión de la señora V.B., responsabilizando a los “funcionarios a cargo del PEN de los daños y perjuicios irrogados a la amparista, para ser tratados en sede penal por la comisión de diversos delitos, abuso de autoridad, violación de los derechos”, etcétera. Bien por Lopez.
Van a ver ustedes que en algún momento se hará justicia y no solo cobrarán del modo más conveniente, si no que habrá que indemnizarlos por los daños, alimentario, físico y moral causado.
2) Eugenio Semino y Duilio Ferlat, de la Defensoría de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, han hecho 11 presentaciones de amparos casi simultáneas en los juzgados federales nacionales (ahora sí competentes), tratando de conseguir fallos similares al de López, e ir creando la sensación de un amparo de clase. Bien por ambos, al di la, de sus orígenes “tanos”.
Conclusiones:
a) Los jubilados italianos en Argentina no son los responsables de la existencia de un mercado paralelo del euro, dólar o yen, en el país.
b) Quieren cobrar, lo poco que les corresponde, de la mejor manera posible.
c) Necesitan ese dinero, para: comer, comprar remedios, vestirse, y mantener la dignidad frente a sus nietos, que no es poca cosa. Solo eso, le quiero decir a quien corresponda.