Por: Darío Epstein
Estamos viviendo en el “Reino del revés” de la querida María Elena Walsh: si a la economía le va mal, los mercados suben, pero si mejora estos se desploman. Y es así por la convicción de los operadores de que la Reserva Federal de EEUU seguirá inyectando dinero ante las señales negativas y viceversa.
Esta semana me llamó la atención un comentario de Bill Gross: “En cinco años de estímulo monetario (QEs) EEUU no ha crecido más del 2,5% anual en dichos periodos” y cerró: “Creo que la FED ya es parte del problema y no de la solución”. El comentario toma importancia cuando consideramos que Gross junto a Mohamed El-Erian manejan PIMCO, firma que administra los fondos de deuda más grandes del mundo.
Los bonos tienden a reaccionar más rápido que las acciones a señales macroeconómicas. Debe ser muy difícil estos días administrar un fondo de bono del tesoro de EEUU. Con esta política monetaria, EEUU logró frenar un ciclo recesivo, pero no ha sido suficiente para lograr recuperarse desde el pico de la caída.
Si tomamos como base el empleo al comienzo de la crisis, veremos que todavía no se ha recuperado, luego de aproximadamente 60 meses, a los niveles del comienzo. Y esto representa una de las recuperaciones más lentas (sino la peor) de los ciclos recesivos en EEUU.
A esto debemos sumarle Europa, que está peor que EEUU (en términos de crecimiento) pero que su política monetaria es menos agresiva. Esto lleva a que el euro se mantenga fuerte frente a monedas de países como Japón, EEUU, Inglaterra, y complique más la mejora económica, sobre todo de países como España, Portugal, Grecia, y otros periféricos.
Como vemos entonces, los mercados desarrollados tienen muy bajo crecimiento y son los emergentes, de la mano de Rusia, China, India y Latino América, los que traccionan el mayor porcentaje del crecimiento mundial. (¿Otra vez el “Reino del Revés”?)
Seguiremos pues monitoreando el consumo, el empleo y el sector de bienes raíces de los países desarrollados, para seguir la evolución de sus economías. Los países desarrollados están exportando la crisis a través de los fondos que envían a los países emergentes haciendo que se aprecie su moneda. Esa es la forma más simple que tienen los países desarrollados de exportar el costo de las crisis. Los países emergentes deben estar atentos a los cambios del cambio.