Cinco gráficos que preocupan a los inversores

Darío Epstein

Argentina se encuentra nuevamente frente a la posibilidad histórica de reinsertarse en los mercados financieros internacionales y de bajar sensiblemente su prima de riesgo. Las cotizaciones de los bonos han ido reflejando este escenario durante todo el año.

Pero las cosas no han mejorado tanto para Argentina a nivel macroeconómico, por lo que podría decirse que dicha mejora en las cotizaciones se basa en la expectativa de un cambio.

Cuando se habla de atraer inversiones genuinas, muchos inversores, tanto locales como internacionales, encuentran ciertos reparos.

A continuación, cinco gráficos que ilustran los principales problemas económicos que preocupan a los inversores.

Gráfico 1: Festival de tipos de cambio. Al no haber un tipo de cambio único, tanto el ingreso de divisas como su posterior repago tienen un alto impacto discrecional por parte del Gobierno. Ningún inversor quiere lidiar con eso.

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Gráfico 2: Tipo de cambio real. Mide la fortaleza de una moneda con respecto al resto del mundo. En los últimos años, el peso argentino se ha fortalecido en términos reales, mientras que la región y los socios comerciales han depreciado sus monedas.

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Gráfico 3: Reservas internacionales. Han vuelto a los valores de cuatro años después de la devaluación de 2002. Han sufrido una caída ininterrumpida desde comienzos del año 2012, momento en el que tocaron un máximo de la serie.

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Gráfico 4: Balance comercial. Mide el saldo de la cuenta que registran tanto las exportaciones de bienes como de servicios, netas de las importaciones de las mismas partidas. Se puede observar el efecto de un tipo de cambio menos competitivo, así como las consecuencias de peores términos de intercambio por la caída en el precio de los commodities (en especial agrícolas).

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Gráfico 5: Inflación minorista. Mide la evolución de los precios al consumidor. Más abajo se expone la evolución del nuevo índice elaborado por Argentina en colaboración con el FMI tanto en su medición oficial como el dato privado para observar la brecha que existe entre las dos mediciones.

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Podríamos citar el déficit fiscal, que mide la brecha entre los gastos y los ingresos del Estado. Si bien los ingresos crecen en forma interanual, e incluso a una tasa envidiable para cualquier país, tienen un alto impacto inflacionario y es superado por el crecimiento de los gastos. Hoy representa el 6% del PBI proyectado para 2015.