Por: Diego Kravetz
Como conté en varias oportunidades, el deporte que practico es el taekwon-do, versión ITF, que es la no olímpica. Sin el glamour del olimpismo, esta versión es totalmente amateur en Argentina.
Es una disciplina marcial moderna, menos rígida que otras artes marciales, pero deportivamente más completa. Empecé de grande y soy claramente un competidor regular. Lo tomé como una carrera y llegué a cinturón negro.
En este sentido el taekwon-do es como la carrera de abogacía: (aclaro que soy abogado) hasta el más negado, si sienta el culo, obtiene su título. Yendo al tema del título de la nota, la teoría del poder en el taekwon-do tiene varios elementos, pero me voy a concentrar en dos:
1) La ley de Newton, que dice que toda fuerza ejercida genera una fuerza igual y opuesta. Es decir, si golpeamos una pared con 90 k, la pared devuelve 90 k. Si la fuerza supera la resistencia de la pared, se rompe.
2) La concentración del impacto en un punto o, como me gusta decir a mí, “hacer foco”.
Esto quiere decir, concentrar el golpe en un lugar exacto y con una pequeña superficie de impacto, desde una parte del cuerpo idónea, por ejemplo, nudillos, para ejercer la mayor presión posible.
O sea, para romper una tabla, por ejemplo, hay que dar un golpe certero, veloz, desde una parte del cuerpo idónea y concentrado en una superficie no extendida capaz de quebrar la resistencia de la tabla.
El kirchnerismo, en este ensayo, es el objeto a romper, la pared supongamos. Quebrar la resistencia de una pared formada por 12 años de poder, con todas las herramientas del Estado a su disposición, sumado a un enorme poder territorial, es difícil.
Requeriría acumular fuerzas, la máxima posible, y enfocarla en un candidato (no varios, que no lograrán más que dispersar energía), en el lugar exacto.
Ese lugar, el punto de impacto, parecería ser la provincia de Buenos Aires. Si se gana allí, no hay chance de que la pared no se rompa.
Como estamos, hasta las PASO, no hay chances de que esto suceda. Después esperemos que la oposición junte fuerzas, enfoque y rompa. Si no, la pared va a ser la misma, con una mano de pintura naranja.