Mentiras de alto vuelo

Fernando Morales

La más sangrienta, infame, maléfica, retorcida y organizada dictadura militar que padeció nuestra república; esa que cometió los peores crímenes, las más horrendas desapariciones de personas, las infames apropiaciones de criaturas constituyendo “un plan sistemático de apropiación de bebes”. La misma que contó con la colaboración de cerebros civiles, expertos en economía, finanzas, derecho, agricultura y ganadería, publicidad y cuanta otra disciplina podamos imaginar; la que montó servicios de inteligencia implacables y capaces de llegar por las buenas o por las malas a extraer de las mentes de sus prisioneros los secretos más celosamente guardados, esa, precisamente esa y no otra, registró todas sus maléficas “reuniones de directorio” en prolijas actas; las encarpetó con sumo cuidado y las depositó en un archivo de la Jefatura de la Fuerza Aérea Argentina, para que a más de 30 años de confeccionadas algún ordenanza haciendo limpieza las encuentre y accedamos por fin a la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Esos militares a los que solo “Él” pudo dominar tuvieron -antes que el “Él” llegará al poder para ordenar el país- veinte largos años para alimentar con esos folios infames la combustión de más de un horno quemador de inoportunas pruebas o al menos el insaciable hambre de una moderna trituradora de papeles. Pero al parecer nadie lo hizo…

La increíble recuperación de las capacidades operativas del complejo industrial Almirante Storni nos coloca a la vanguardia de la industria naval de la región (por no decir la del mundo), muy por encima -como todos sabemos- de Australia y Canadá. Por ello cuando en cualquier lugar del orbe construir un rompehielos lleva dos años de tarea y unos 100 millones de dólares de costo, nosotros hace siete años que intentamos reparar un rompehielos al que según los dichos de su por entonces comandante, se le había quemado el 15% de sus instalaciones. Llevamos además gastados en la eficiente labor 1000 millones de pesos y seguimos sumando.

Allá por julio de 2013 el abastecimiento de la base antártica Marambio estaba totalmente completado a pesar del fracaso en el cumplimiento de las tareas que tuvo el buque no apto para tal empresa contratado por nuestro Ministerio de Defensa a un costo de 89 millones de pesos . En declaraciones a una importante emisora radial de la Ciudad de Buenos Aires, el comodoro a cargo nos dejó a todos tranquilos al confirmar que la misión de abastecimiento había finalizado por completo. El mismo comodoro el día 27 de octubre, al referirse al desarrollo del acto comicial en la base, comentó que en el mismo momento en que le hacían la nota se estaba descargando un avión Hércules C130 que traía parte de las provisiones que correspondían al abastecimiento de la base, de la base que ya estaba abastecida…

Lamentablemente fuimos tan puntillosos a la hora de analizar la viabilidad de realizar ejercicios militares en el exterior durante 2013, que no llegamos a tiempo con la aprobación de la salida de nuestros modernos aviones de combate rumbo al Brasil para participar del ejercicio internacional Cruzex del que participan hasta nuestros hermanos uruguayos. Nos entretuvimos analizando si en Brasil nuestros aviones con tecnología de ultraavanzada, que dan envidia a las potencias militares más importantes del planeta, podrían sufrir algún embargo por parte de inescrupulosos fondos buitres. ¿En Brasil? Aunque parezca risueño luego de haber enviado irresponsablemente a la fragata Libertad a Ghana, ahora desconfiamos de lo que pueda pasarnos hasta en la laguna de Chascomús o en el Aeródromo de San Fernando. Algunas versiones mal intencionadas dicen que la demora se debió a que no sólo no tenemos aviones de combate en condiciones de operar con seguridad y sobre todo de no dañar instalaciones militares extranjeras, sino que aun cruzando los dedos para que no fallen, tampoco tenemos los casi siete millones de dólares previstos originalmente en el presupuesto nacional para operaciones militares en el exterior….

Hablando de la fragata Libertad, este año hemos decidido preservarla para ponerla en óptimas condiciones para la gran regata Velas 2014 de la que participarán varios grandes veleros. Es por ello que para 2013 hemos preparado un ambicioso plan de actividades a nivel local y que básicamente implica que la fragata esté amarradita en el puerto de Buenos Aires, para deleite de grandes y chicos…

Nuestra flota de mar está operativa prácticamente al 100 por 100 de sus capacidades, simplemente no la hacemos navegar para no agitar demasiado las aguas y posibilitar el apareamiento de las ballenas; por otra parte, el hecho de que en 2012, prestos a participar de un ejercicio combinado en la República de Sudáfrica (ejercicio Atlasur), tuviéramos que cambiar dos veces de buque por averías y que el tercero que finalmente pudo llegar (Corbeta ARA Espora) estuviera luego más de dos meses varado en la base naval de Simon’s Town no solo por las averías sufridas sino por la negativa de la empresa contratista de repararlas hasta que se abonara una deuda anterior, es simplemente un rumor sin fundamentos que como tantos otros tienen su origen en algún grupo mediático…

Los planes de formación y capacitación de nuestro personal se cumplen de manera óptima, asimismo tareas complementarias como la formación y capacitación del personal de nuestra marina mercante se desarrollan con normalidad, gracias al apoyo económico de organizaciones gremiales privadas que pagan desde los uniformes de nuestros cadetes (los que por otra parte también contribuyen trayendo desde sus casas la comida y se agencian los uniformes que les obligamos a lucir), hasta los sofisticados equipos didácticos que la normativa internacional obliga al país a tener disponibles…

El Ministerio de Defensa ha determinado hace ya unos años que resultaba totalmente impropio que las fuerzas armadas manejaran entes tales como el Instituto Geográfico Nacional, el Servicio Meteorológico Nacional, el Servicio de Hidrografía Naval y el control de las torres de vuelo de los aeropuertos. En un significativo paso para la consolidación de la democracia, colocó a todos estos establecimientos en las manos adecuadas; que son prácticamente las mismas manos que antes pero revistando ahora bajo otra dependencia. No obstante, a poco de andar nos dimos cuenta que el tema aviones era mejor dejárselo a los muchachos de la fuerza aérea y en unos días más le devolveremos a los marinos el control del Servicio de Hidrografía Naval, porque es demasiado complicado el tema para que lo entienda alguien que no está para estas pavadas.

Amigo lector, podríamos hacer esta lista tan extensa como densa, podríamos rellenarla con los ambiciosos planes de construcción de modernas naves para nuestra Armada, con los de la creación de una nueva empresa naviera con barcos también nuevos y que dependerá del área de defensa y deleitar nuestros oídos durante horas escuchando al actual ministro del área explicar que más vale que nos tengan miedo porque estamos afiladísimos.

También podemos entrar a las páginas web de las fuerzas armadas de Chile, de Brasil, de la propia Venezuela, y despertar a la cruda realidad.

Debe ser natural que la gimnasia parlamentaria haga que quienes la practiquen durante mucho tiempo hagan del “fabolare” (una de las vertientes del vocablo francés parlament) un arte magistral; así es que podemos afirmar sin sonrojarnos que el glorioso destructor “Santísima Trinidad” no está hundido, sino que reposa en el fondo (afortunadamente bajo fondo) de las aguas de Puerto Belgrano. No perdimos la guerra de Malvinas sino solo una batalla y todo lo que usted se atreva a imaginar.

La gran pregunta es: ¿a quién queremos engañar? Seguramente no al mundo que nos mira una y otra vez sin llegar a entender muy bien qué nos pasa; mucho menos las fuerzas armadas vecinas y no vecinas, que obviamente conocen al dedillo las capacidades y potencialidades militares de aliados y adversarios en un mundo en el que la tecnología satelital por poco no muestra en pantalla gigante el color de nuestra ropa interior a miles de kilómetros de esta bendita nación.

La debacle militar tal vez sea en gran parte responsabilidad de los propios militares, de la misma forma que los males de la Argentina en general son en buena parte responsabilidad de nosotros mismos. Sería injusto achacar a este ministro, o todos los ministros de Defensa de este gobierno, el actual estado de deterioro, de obsolecencia o de la falta de adecuada preparación en el terreno de nuestras FFAA. Es una pena que un submarinista, un aviador, un tanquista o un navegante no puedan expresar cuán lejos están de poder alcanzar un estándar mínimo de entrenamiento que les permita llegado el caso, llevar adelante una operación militar con un aceptable grado de posibilidades de éxito. En esta Argentina siempre pendular, pasamos de contar con Generales que decidían que era lo que podíamos pensar, mirar o soñar a la actual realidad en la que solo se les permite abrir la boca para cantar el himno nacional .

Y quizás sería mejor que quien tiene a su cargo la responsabilidad de un área tan particular como la defensa de la patria, de sus bienes y de sus habitantes, asumiendo que no es el responsable del estado de situación que heredó, se concentre más que en el “fabolare” en el “actuare”. El día que ello ocurra seremos muchos los que desde el ferviente e incondicional apoyo o la respetuosa y sana critica, estaremos dispuestos a darle una cálida y generosa ayuda.

 

N. del E.: La presente columna repasa algunas de las afirmaciones realizadas el jueves por el ministro de Defensa Agustín Rossi en diálogo con InfobaeTV.