Por: Franco Rinaldi
La mejor nota que uno podría, y desearía, escribir es aquella que revele dónde está el Boeing 777-200ER matrícula 9M-MRO que el 8 de marzo a las 12:41 de la noche, de Malasia, despegó desde Kuala Lumpur rumbo a Beijing y que, 40 minutos después sobre el golfo de Tailandia, próximo a ingresar al espacio aéreo de Vietnam, desapareció de los radares. Salió de su ruta original, y 24 días después nadie sabe dónde está.
Después de tres semanas de búsqueda, es dable asumir la posibilidad de que esa nota, nunca será escrita. O que tal vez pueda pasar mucho tiempo antes de poder contar con certidumbre la ubicación y, más aún, qué pasó con el vuelo 370.
Independientemente de cómo se resuelva –si se resuelve- el misterio del vuelo 370 de Malaysia Airlines (MAS) es indudable que habrá cambios en la aviación comercial-civil mundial. De hecho, algunos ya comenzaron. Hay dos niveles de preocupación, a partir del misterio que deja en el limbo a 239 personas y a un jet de 260 toneladas, hace más de 3 semanas.
El primero está directamente relacionado con las oficinas que custodian la seguridad nacional de las potencias occidentales y las alianzas entre estos países. También, esa potencia económica y militar que es, China tiene buenas razones para estar preocupado. Sólo siete días antes de la desaparición del vuelo 370 de Malaysia Airlines tuvo, en otro medio de transporte –tren-, un atentado terrorista que dejó al menos diez muertos.
El origen de la preocupación de las oficinas de seguridad está básicamente anclado en lo más evidente que surge de la asombrosa desaparición del vuelo 370. Que al menos en algunas ciudades (capitales) del mundo robarse o secuestrar un Boeing 777 no es tan difícil y menos aún imposible. Un avión comercial es, sobre todo, después del 11 de setiembre de 2001 un arma de destrucción muy poderosa.
El 17 de febrero de 2014, las oficinas de seguridad tuvieron una alerta que, sin embargo, no pudo prevenir el drama que hoy sacude a Malasia, China, Estados Unidos, Australia, entre otros países centrales. El copiloto del vuelo 702 de Ethiopian Airlines secuestró el vuelo que cubría la ruta entre Addis Ababa y el aeropuerto de Roma. El primer oficial del avión secuestró el Boeing 767 con 202 ocupantes abordo, se los llevó a Ginebra donde esperaba conseguir asilo político.
Desafortunadamente la evidencia de esa vulnerabilidad fue insuficiente para tomar nuevas medidas que ahora llegan. Tal vez por el “final feliz” en donde el co-piloto del vuelo 702 fue arrestado y no hubo plan suicida llevado acabo ni víctimas del secuestro.
Aún bajo la débil, pero no imposible, hipótesis de que el MH370, no fuera secuestrado si no que su desaparición esté vinculada con una falla mecánica masiva, evento que no pudo ser satisfactoriamente explicitado por ningún experto con suficiente consistencia, la alarma sigue siendo enorme debido a que pasados 23 días de una “cacería” sin precedentes en la historia de la aviación mundial, que involucró a 26 países, el 370 no aparece.
El domingo 30 de marzo, Malaysia Airlines anunció mediante una circular oficial nuevas y estrictas medidas de seguridad en todos sus vuelos, con especial énfasis en los vuelos internacionales. Se han plegado a esta refuerzo de controles y restricciones, los aeropuertos de Malasia, Asia en general y las autoridades de Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia están pidiendo a todas las aerolíneas y autoridades aeroportuarias reforzar las medidas de seguridad.
Entre estas nuevas medidas de control, hay un indicio relevante sobre qué hipótesis está trabajando la MAS sobre las causas de la desaparición del 370; se anunciaron medidas para la cabina de las aeronaves de la aerolínea. A partir de la fecha ningún tripulante –capitán y primer oficial incluidos- podrá quedarse solo en la cabina del avión. Aún si el piloto o copiloto toma un descanso o necesita ir al baño durante el vuelo.
El segundo nivel de problema que plantea la desaparición del MH370, está dado por la dificultad para rastrearlo y finalmente encontrarlo. Tanto Boeing, y las otras fabricantes, así como los organismos de seguridad aerocomercial y seguridad nacional están en vilo por algo que ha sorprendido a todos. Que en el 2014 una aeronave de 70 metros de largo con alta tecnología se pueda convertir en una máquina imposible de encontrar.
Es inevitable que sucedan cambios en el futuro cercano. Por ejemplo, es posible que se acelere, la implementación de las nuevas cajas negras con baterías que tripliquen la durabilidad de las actuales pasando de 30 a 90 días de duración, medida que estaba planificada para el 2015.
Viajar en el futuro cercano, posiblemente se vuelva más caro, incómodo y costoso para las compañías y para los Estados, los gobiernos, los tripulantes y los pasajeros.