Por: George Chaya
La noticia relevante con posterioridad a la llamada cumbre de Ginebra II sobre Siria ha sido que el presidente Assad ha llamado al dialogo. ¿Qué ha cambiado para que Bachar Al-Assad ahora esté pidiendo diálogo con la oposición? Es claro que hay muchos factores que se han movido, el más importante es el avance sobre el terreno del Ejército Sirio Libre (ESL) y su implacable persistencia. Ello a pesar de que indicadores recientes han puesto de manifiesto la abierta y flagrante interferencia iraní y del Hezbollah libanés en suelo sirio. La comunidad internacional teme la propagación del terrorismo debido a los crímenes de Assad y la interferencia de Irán, y pareciera que finalmente eso ha llevado al mundo a actuar. Parece que el paso más importante en este sentido ha sido, o será, permitir el flujo ilimitado de armas y tecnología militar a los rebeldes sirios, tal y como lo reveló recientemente el Washington Post, a pesar de que el periódico no anunció qué hay en realidad detrás de la oferta de ayuda a los rebeldes. Lo importante para el ESL es que el refuerzo armado se ha convertido en una realidad y esto se hará evidente en las próximas semanas. Todo esto representa lo que siempre he descripto como el único idioma que entiende Assad: el lenguaje de la fuerza y la acción, no de las palabras. Este lenguaje será el que se consolidará aún más después de la conferencia de Ginebra, sobre todo si Washington es serio en lo que señaló el secretario de Estado, John Kerry, quien declaró ayer que se están tomando las decisiones más firmes y terminantes sobre Siria no sólo en el marco del diálogo y que está llegando el tiempo de actuar evaluando otras opciones. Sin duda y más allá de la ineptitud demostrada por la administración estadounidense en la crisis siria, es esta situación la que está llevando a Bashar Al-Assad a pedir el diálogo con la oposición a la que anteriormente describía como terroristas. Ahora, incluso, estamos escuchando a Sergei Lavrov decirle al canciller del régimen baasista en Moscú que la oposición siria está actuando con sabiduría, mientras que en el pasado toda oposición al régimen sirio era descripta como un movimiento terrorista tanto por Moscú como por Assad. Estos acontecimientos no son el resultado de un sentimiento de culpa por parte de Assad o un sentido de responsabilidad por parte de los rusos, son el resultado de lo que está ocurriendo sobre el terreno y el creciente impulso internacional hacia Siria.
Los rusos son conscientes que las políticas dialoguistas de la administración Obama ya han concluido y hay acuerdos y negocios entre Washington y Moscú que no pueden sacrificar a favor de Assad, especialmente ante el desmoronamiento actual del régimen sirio. Esto sin mencionar la vergüenza sufrida por Moscú después de que Assad llamara al diálogo antes que sea demasiado tarde. Por tanto, para la comunidad internacional lo más importante hoy en Siria es neutralizar los movimientos islamistas apoyando al ESL para comenzar a desarrollar una estrategia para la era post-Assad pero bloqueando a los grupos yihadistas que han ganado espacio en la guerra civil siria. Esta es la tarea para la comunidad internacional, que a su vez no debe perder más tiempo y esfuerzo en el supuesto ‘diálogo’ a menos que se incluya la salida de Assad del poder, lo que es la principal condición para el ESL. Abrir nuevas rondas de dialogo con el régimen será más pérdida de tiempo y se estaría dando a Assad una posibilidad que no merece, pues desperdició todas y cada una de las oportunidades que le fueran otorgadas en los tres años que lleva la crisis siria, hoy devenida en abierta guerra civil.
Los sirios han sufrido demasiado el terrorismo de Bashar Al-Assad y es innegable que su régimen se enfrenta a un colapso absoluto en el corto plazo. La comunidad internacional debe velar por la seguridad del pueblo sirio preservándolo tanto de Assad como de los islamistas que han ganado posiciones en el conflicto, para ello, lo más sensato es apoyar a los grupos laicos conformados por el ESL.