Por: Jesús Cariglino
Hace un tiempo ya, durante una exposición frente a estudiantes en los Estados Unidos, la presidente de la Nación dijo textualmente refiriéndose a la inflación en nuestro país que “si la inflación fuera del 25% o el 26% el país estallaría por los aires”.
¿Premonición? Lamentablemente, no. Simplemente negaba la realidad de lo que sucedía, como se intenta esconder ahora frente al estallido policial y social, que sacude a todo el país, las verdaderas causas que expliquen el desborde en el reclamo de la policía.
A 30 años de haber recuperado la democracia, seguimos enfrentándonos entre nosotros mismos; esta vez no por razones ideológicas como sucedía entonces, sino como consecuencia de una descomposición en la sociedad que nos alcanza a todos. Atentamos contra la vida del otro, atentamos contra la propiedad privada del otro, atentamos contra el orden institucional. No se respeta ni valora vivir en democracia como tampoco se respeta la forma de gobierno republicana y federal que instituye nuestra Constitución.
Intento llamar a la reflexión. No se puede resolver un problema sin antes reconocer que existe el problema. “Si la inflación fuera del 25% o el 26% el país estallaría por los aires…”. He ahí el problema. Tiene nombre y apellido: se llama inflación. Ya no se puede esconder más, y es la madre de todos nuestros males.
La grave inflación que sufre el país es gran responsable de la inseguridad que estamos viviendo, y de la ola de violencia en la que estamos inmersos; es la que se come el salario de los trabajadores y le quita toda posibilidad de proyectar un futuro digno. “Si la inflación fuera del 25% o el 26% el país estallaría por los aires…”.
Es justamente esto lo que está pasando. En pleno festejo de los 30 años de democracia ininterrumpida, delincuentes saquean comercios, negocios, supermercados y también usurpan casas y lotes privados. Los comerciantes se ven en la obligación de tener que cerrar sus puertas para no seguir soportando saqueos. Provincias enteras tuvieron que suspender servicios por miedo al robo y la violencia.