Resignados a la sojadependencia

Juan Gasalla

El complejo agroindustrial continúa empujando a la actividad económica, por los volúmenes producidos, su penetración en los mercados externos gracias a su alto grado de competitividad, y el consiguiente ingreso de divisas que el país tanto necesita, junto con un aporte decisivo de fondos al fisco, principalmente por los derechos de exportación. Pero el sector también tiene flancos débiles, como la pronunciada volatilidad de precios y las altas y bajas en los rindes por factores climáticos, cuyas consecuencias impregnan irremediablemente al resto de la economía: las empresas nucleadas en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) contribuyen con un tercio  del total de las exportaciones del país.

Algunas de estas debilidades podrían materializarse el año próximo. Carolina Schuff, coordinadora de Análisis Sectorial de Abeceb.com, señala que “la proyección inicial para la campaña 2013/14 se encuentra marcada por precios internacionales que tienden a la baja y una cosecha que a priori será superior a la anterior para la soja y el trigo, y menor en el caso del maíz”. Para la experta, “el buen comportamiento de la soja llevaría al volumen de los tres principales cultivos a un incremento del 2,4% con respecto al ciclo 2012/13. Sin embargo, la tendencia a una baja de los precios internacionales tendrá sus efectos sobre el valor total de este nivel de producción, el cual tendría una caída del 5,5% contra la campaña pasada”, medida en dólares.

En el mismo sentido, Dante Romano, director del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, apunta que “un dato curioso en cuanto a las proyecciones del USDA (Departamento de Agricultura norteamericano) es que este año Brasil desplazaría a EEUU como primer país productor de soja. Más allá de la curiosidad esto muestra que hay muchas chances de que esta campaña sigamos en Sudamérica generando la famosa reconstrucción de oferta, que podría terminar debilitando los precios”.

La tendencia de precios bajista es continuación de la advertida en los últimos 13 meses y equilibrada por los rindes. Hace un año, concluido septiembre, las liquidaciones de exportaciones del complejo cerealero-oleaginoso alcanzaban el 80% del total del año, unos u$s18.396 millones sobre u$s23.069 millones al cierre de 2012. Con una cosecha récord de 105 millones de toneladas, la presente campaña, un 16,2% superior a la del año pasado, registró exportaciones por u$s19.206 millones en los primeros nueve meses del año, un 4,4% más en divisas. Si en el último trimestre de 2013 restara liquidar un 20% de las ventas, el año podría concluir con exportaciones agrícolas y agroindustriales cercanas a 24.100 millones de dólares.

Pese al récord de la zafra, esta sería la segunda marca histórica, por debajo de los u$s25.133 millones de 2011. La baja de los precios de este año explica por qué el ingreso de divisas muestra una modesta mejora a pesar del sensible incremento de volumen producido y exportado.

La sequía de la campaña 2011-2012 en las zonas productoras de Sudamérica se trasladó al Hemisferio Norte hacia el segundo semestre del año pasado, fenómeno que catapultó las cotizaciones en el mercado de Chicago. El 4 de septiembre del año pasado, la soja al contado alcanzaba el récord de u$s650,95 por tonelada, mientras que el contrato para noviembre -el más negociado de la plaza- ascendía también a un máximo histórico de 649,04 dólares.

Un año atrás (4 de octubre de 2012), el contrato de noviembre 2012 finalizó a u$s570,08 por tonelada. Este viernes la posición noviembre 2013 concluyó a u$s475,83 por tonelada, un 16,5% menos, cuando la producción de la oleaginosa, el principal cultivo del país, creció 23% (de 39,9 millones a 49,3 millones de toneladas). Sin embargo, los actuales son buenos valores de mercado: a principios de de agosto, la soja a noviembre en Chicago cayó debajo de u$s440 por tonelada, un precio mínimo para el contrato más activo desde el 31 de enero de 2012.

Otro frente adverso a considerar es el fuerte recorte de exportaciones argentinas de biodiesel debido a la suba de aranceles impuesta arbitrariamente por la Unión Europea. En este ítem, la caída de exportaciones este año superaría los u$s1.000 millones respecto del año pasado. Aunque a las ventas al exterior que realizan las empresas adheridas a la Cámara Argentina de Biocombustibles se les aplica un 5% de retenciones –poco relevante en el plano fiscal-, ese ingreso de divisas al país es significativo en este período de caída de reservas y “cepo” cambiario.