Por: Lisandro Varela
Estamos inventando al “Negro”, queremos tener terror. Argentina nunca tuvo problemas serios de discriminación racial. La canción Frutas Extrañas, de Billie Holiday, te cuenta sobre negros niños, mujeres y hombres, colgando de árboles en el Sur de Estados Unidos.
Siempre tuvimos excluidos y gente idiota que mira menos a alguien porque es pobre, del interior o de la villa. Pero tuvimos la suerte enorme de que esa tensión fue resuelta por Perón la noche de octubre en que inventó el peronismo.
Después los peronistas en el gobierno hicieron mucho mal. Pero el legado de Perón Juan Domingo fue ciudadanía para todos y todas.
Ahora estamos cocinando un problema gigante del que nadie habla en serio y que va a ser muy difícil de resolver, porque requiere de represión e inclusión al mismo tiempo, dos políticas que el Estado opera con lógicas opuestas.
El pibechorrismo es una forma de representación política, tiene una poética particular en la cumbia villera, un uniforme en la gorrita, la joggineta y las zapatillas caras que todos reconocemos con susto.
Ser pibe chorro es elegir ser alguien por la capacidad de dar miedo, poder mirar a la cara y que sea el otro el que tiene que bajar la cabeza.
Si no queremos tener pánico, tenemos que entender que los excluidos que están flojos de dentadura, que no van a la escuela o van a una donde no les enseñan, necesitan creer en la posibilidad de un trabajo y una vida sin quilombo.
Estados Unidos funciona en gran parte porque está anclado en el sueño norteamericano. Parte de nuestro problema es estar anclados en la queja argentina.
El sueño argentino tiene que empezar de abajo para arriba, para que los pibes de barrios que nosotros no podemos imaginar decidan seguir de largo de la esquina donde se juntan sus amigos que están practicando para ser parte de la fabrica del miedo.
Meter bala es fácil. La policía sabe como se hace. La clase media, antes progre, ahora pide bala y por las dudas un poco mas de bala. La política esta ocupada de llegar al Poder y en general en campana se promete livianito.