2013: se va el año de la serpiente

María Belén Chapur

Los años pasan, las caras se renuevan y todo cambia, para que al final del camino nada cambie, en un mundo plagado de incertidumbre y violencia. ¿Crisis económicas, crisis políticas o crisis de valores?  Una mezcla de todos estos ingredientes, en un mundo donde la corrupción va ganando terreno y copando ya no varios rincones, sino gran parte de la orbe. Un mundo azotado por desastres naturales cada vez más frecuentes, producto o no del calentamiento global, pero que parecieran a su vez castigos celestiales para hacernos reaccionar. Sismos, inundaciones, tifones y tornados, ocasionando miles de muertes y desacelerando así el crecimiento poblacional mundial. El desborde del Danubio, las lluvias del Monzón en la India, y las tormentas que en abril azotaron a nuestra querida Buenos Aires, provocando inundaciones sin precedentes que dejaron 63 víctimas mortales. Pero sin duda el tifón Haiyan, en Filipinas, fue el desastre natural más grave del año, provocando la destrucción de gran parte de ese  país, dejando un saldo de más de 3.000 muertos.

Pero pareciera que esto no nos fuera suficiente, y ayudamos a la madre naturaleza en la tarea de eliminar más seres humanos. Y si no lo hacemos, al menos miramos hacia el costado mientras otros lo hacen. En Siria mueren todos los días niños e inocentes. Pero como pasa al lado, nos anestesiamos y callamos. Ya murieron más de 140.000 personas y se han usado armas químicas terminantemente prohibidas en el ámbito internacional. Yo me pregunto: ¿cuántos más tendrán que morir para que el mundo reaccione? ¿Cuántos tuvieron que morir en los Balcanes en los años ’90, en aquella guerra cruenta, hasta que el mundo reaccionara? ¿Dónde están las Naciones Unidas y las voces en defensa de los derechos humanos? ¿ O los derechos son humanos sólo para una parte de la población del mundo?

Irak, Afganistán y Pakistán plagados de violencia, atentados y muertes.

Algunos países africanos, experimentando gran crecimiento económico, pero todos gobernados por dictadores donde la violencia está a la orden del día. Si bien parte de la población ha mejorado su situación, son sus gobernantes los que sin duda usufructúan más el producto de sus tiempos de bonanza económica. La brecha entre ricos y pobres, gobernantes y gobernados, se acrecienta día a día. Pero esto no sólo sucede en continente africano, sino en gran parte del mundo. La riqueza está cada vez más concentrada en unos pocos.

En Egipto la Primavera Árabe duró muy poco. En julio un golpe de estado destituyó del poder al presidente electo Mohamed Morsi y su hermandad musulmana, devolviendo el poder a los militares.

Algunos países de Asia crecen sin detenerse, mientras otros se detienen en el tiempo. Corea del Norte, cuyo mandatario, Kim Jong-un, coquetea con la locura,  anunció a comienzos de año, estar lista para una guerra total no sólo contra su vecina Corea del Sur, sino contra los Estados Unidos. Se vivieron momentos de alta tensión hasta que todo se disipó.

Pero no todo fue tan negativo. El nuevo presidente de Irán , Hasan Rouhani, quien aparenta ser más moderado, se comprometió frente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a no enriquecer más uranio con fines bélicos. Si esto es real lo sabremos con el tiempo. El premier israelí, Benjamin Netanyahu, se muestra escéptico y quiere convencer al mundo que si Irán no es destruido, su país corre serios riesgos de ser exterminado, algo que deja muy en claro que no permitirá. Mientras lidia con los iraníes, negocia la paz con los palestinos, con ayuda de John Kerry, secretario de Estado norteamericano, quien ha decidido cargar sobre sus hombros esta difícil tarea, y no parece querer fallar en su objetivo. En Medio Oriente los odios están muy enraizados. Pareciera más bien un sueño, donde tendrán que pasar años y muertes hasta convertirse en realidad.

Lo peor de las crisis en Estados Unidos y Europa parece haber pasado. Las bolsas suben, las empresas facturan y los índices de desempleo bajan. Pareciera que las crisis se han convertido más en políticas que económicas.  El Estado benefactor en sus diferentes versiones es el que parece estar de moda. Tanto republicanos en Estados Unidos, como Merkel en Europa, hacen de contrapeso a esta tendencia al gasto desmesurado.

Las monedas virtuales cobran fuerza . La tecnología avanza más en diseño que en contenido.

Se fueron Hugo Chávez y Nelson Mandela. Llego el príncipe Jorge de Cambridge, futuro rey de Inglaterra.

También por este año, para sorpresa y alegría del pueblo argentino, el cardenal Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el papa Francisco; y Máxima Zorreguieta, en reina consorte de Holanda. Así los argentinos, recuperamos ese orgullo, y el mundo nos miró aunque sea por un instante. La flamante Fragata argentina, detenida en Ghana , fue puesta en Libertad, haciendo honor a su nombre. Los malvinenses eligieron ser súbditos de la corona británica. El festejo navideño se vio empañado por los saqueos, sus muertos y la ola de calor acompañada de cortes de luz, producto del modelo exitoso, del abuso de usuarios , o simplemente , de la falta de inversión y control.

Así se  va el año de la serpiente en el horóscopo chino, cediendo su lugar al del caballo, que esperemos arranque brioso. Mi deseo: que podamos construir un mundo mejor, donde todos los gobernantes del mundo gobiernen “por el pueblo y para el pueblo”, en lugar de para sí mismos; donde reinen el amor, la paz y la libertad; y donde ningún niño en el mundo muera de hambre o víctima de la violencia.

¡Muy feliz 2014 para todos!