La semana pasada en Londres se lanzó el informe titulado “ Terminando las guerras contra la droga” , elaborado por reconocidas personalidades internacionales, y publicado por la London School of Economics. Luego de un intenso estudio del tema realizado por distintos expertos mundiales, se llego a la conclusión de que la guerra contra las drogas como se ha planteado hasta ahora, a través de la prohibición y la lucha militarizada ,ha resultado totalmente ineficaz y lejos de resolver el problema y obtener resultados, ha incrementado la violencia y el número de presos en las cárceles en diversas partes del mundo. El consumo mundial de drogas sigue en ascenso. Los países productores siembran y cosechan aún mayores cantidades de coca, opio y cannabis. Se suman nuevos países de tránsito en la cadena del narco incrementando la violencia y muerte en sus territorios.
Es por esto que el informe propone cambios en la manera de abordar el tema, y nuevas políticas para luchar contra este mal de una manera más efectiva. Sostiene que la legalización o despenalización es una salida, pero debe ser tomada con cautela ya que también tendrá un costado negativo que habrá que apalancar. Habrá algunos gobiernos valientes que tomen la delantera y se aprenderá de ellos en sus aciertos y desaciertos.
Como bien señala en sus páginas, la hasta ahora política promovida por las Naciones Unidas de prohibición y lucha militarizada, como única política para todos, que no contempla las diferentes problemáticas de cada país y su lugar en la cadena narco, no ha hecho más que fracasar. Se debe terminar la guerra violenta contra las drogas que ha resultado ineficaz, y masivamente redireccionar los fondos y recursos hacia políticas más efectivas basadas en evidencias y estudios económicos. La guerra militarizada contra las drogas ha producido un resultado negativo y ocasionado tremendos daños colaterales. Encarcelamientos masivo en los Estados Unidos, políticas altamente represivas en Asia, enorme corrupción y desestabilización en Afganistán y el oeste de África, incremento de la violencia en América Latina, epidemia de sida en Rusia, escasez de stock a nivel mundial de medicamentos paliativos para el dolor y una propagación sistemática mundial de abusos a los derechos humanos.
Esta estrategia ha fallado en sus propias bases y principios. La evidencia muestra que los precios de las drogas lejos de subir han bajado mientras su pureza ha crecido. Los países productores de coca, Bolivia y Perú, y de opio y heroína , Afganistán , siguen produciendo aún en mayores cantidades. Los países de tránsito se han modificada a medida que van siendo cercados. Al ganarse la batalla en Colombia , la base de operaciones de las principales organizaciones de tráfico de drogas se mudaron a México y países de América Central. El procesamiento de la coca se desplazo ( acento en la o) hacia Venezuela y Ecuador que cuentan con costos y materiales de producción menores. El comercio de drogas lejos de decrecer siguió en aumento y los países consumidores, Estados Unidos a la cabeza, Europa y Rusia, siguen demandando más que nunca. En muchos países debido a la violencia generada por las actividades narco , una parte de su población se ve obligada a migrar huyendo de la violencia , dejando sus hogares atrás, perdiéndolo todo pero ganando en seguridad.
Esta guerra , como lo indica el informe, se ha llevado enormes recursos y gastos sin obtener mayores logros. Es por eso que es necesario globalmente cambiar de estrategia y actuar de forma conjunta y coordinada entre todos los países del mundo, y no de manera individual, para poder avanzar en una solución eficaz. Se deben volcar esos recursos en educación, salud y prevención para que baje el consumo, y en generar oportunidades económicas para aquella parte de la sociedad de bajos recursos y medios que encuentra en el ilícito negocio del narco, la única salida laboral.
El informe describe muy bien a los diferentes actores de una cadena narco. Los países consumidores, los países productores, los países procesadores y aquellos de tránsito. Cada una de estas problemáticas requiere una solución diferente, y en muchos casos debe ser coordinada entre países ya que si no lo único que se logra es desplazar el problema de un lugar a otro. Exterminados los carteles de Cali y Medellín en Colombia , los carteles se trasladaron a México. Esto mismo sucede con los países de tránsito donde cercados algunos, como fue el caso de las Antillas holandesas, país de tránsito hacia Europa, se trasladó el negocio a países del oeste de África, como Ghana y Nigeria, entre otros. Irán, Turquía, Pakistán, China, Uzbekistan, Tajikistan y Turkmenistan son países de tránsito hacia Europa y Asia. Panamá, Nicaragua, Costa Rica, Honduras y Guatemala son países de tránsito hacia los Estados Unidos.
Ya son muchos los países que han tomado conciencia que la guerra contra el narcotráfico tal cual ha sido llevada adelante hasta ahora , ha fallado. Esto no implica bajar los brazos y entregarse , sino cambiar la manera de encarar la lucha con nuevas políticas innovadoras. Uruguay ha sido precursor , legalizando y regulando el uso de marihuana. También en Estados Unidos, los estados de Washington y Colorado han legalizado el uso de marihuana para fines recreativos y de uso personal. Hay una nueva tendencia en el mundo cuyos resultados veremos en el tiempo. Y si bien es verdad que en un principio puede hacer que el consumo se propague, el dinero que ingrese a través de impuestos puede ser utilizado para prevenir y educar a la población sobre el uso y abuso de las drogas, así como crear alternativas económicas para que parte de la población más desfavorecida no encuentra una única salida laboral en este negocio ilícito. Combatirlo desde la fuerza sólo causa más muertes pero no ha solucionado el problema. Debido a la magnitud del negocio y el dinero que mueve , va a ser difícil erradicarlo completamente , al igual que drogas licitas como el cigarrillo y el alcohol. Pero si se puede mejorar la situación actual que esta desbordada.
La corrupción que desencadena el negocio del narco, tanto en algunos políticos como en algunos integrantes de las fuerzas policiales que terminan optando por ser socios y facilitadores del negocio, es mencionado como otro de los tantos resultados negativos de la lucha llevada adelante hasta ahora, en este informe y no es un dato menor. Es por eso que es fundamental que en aquellos países que opten por el camino de legalizar, las leyes se cumplan a rajatabla, y quienes cometan actos de corrupción, sean juzgados y condenados sin distinguir fueros ni cargos.
Recomiendo a todos los que puedan leer este informe de 84 páginas lo hagan. Llama a reflexionar , aporta información fundamental basada en la evidencia y sugiere alternativas sobre las cuales actuar. Debería ser de lectura obligatoria para los dirigentes políticos del mundo entero que tienen una enorme responsabilidad en los destinos de cada país, y por sobretodo para aquellos cuyos países de alguna manera participa en esta cadena del narco.