Por: María Julia Oliván
Obvio.
Pero como ven, crecimiento no es desarrollo y pese a que la economía argentina viene de un ciclo muy positivo en los últimos 10 años, muchas de las obras de infraestructura que nos permitirían a los argentinos tener una vida mejor sencillamente no están hechas. Inundaciones, caminos, trenes y subtes, por ejemplo. ¿Culpa de la Nación o la Ciudad?. ¿De la Nación y la Ciudad?. ¿De la Ciudad y la Nación?. De la Nación. De la Ciudad. De los dos.
¿Importa eso frente a la contundencia de la desidia inapelable?
Volvamos a la pregunta de inicio.
Para entender qué se hizo y qué debería hacerse, detallo algunos datos.
La Ciudad de Buenos Aires (CABA) está atravesada por arroyos que desembocan en tres cursos principales que corresponden a los ríos Luján, Reconquista y Matanza-Riachuelo a partir de los cuales se estructura la mayor parte del drenaje regional (Atlas Ambiental de Buenos Aires).
Los arroyos son el Vega (atraviesa 17 kilómetros cuadrados de la CABA), el Medrano (18 kilómetros cuadrados), el Radio Antiguo (23,5 kilómetros cuadrados) y el más importante que es el Maldonado (50 kilómetros cuadrados).
En el sur, están el Ochoa, Erézcano, Cildáñez y Elía, adonde se proyectan mejorar los canales aliviadores.
Como ya saben, el entubamiento del arroyo Maldonado finalizó en 2011 y fue realmente un hecho destacable tras décadas de promesas incumplidas. Permitió un mayor escurrimiento en la zona de Palermo y parte de Belgrano y la mejora está a la vista.
Lo mismo sucedería en Saavedra y las zonas aledañas al Parque Sarmiento si se pusiesen en marcha las obras del arroyo Medrano, y Villa del Parque, Agronomía, Parque Chas, Villa Ortúzar y parte de Belgrano si se hiciesen las del Vega. Estas dos son las de mayor envergadura y, por lo tanto, las que más inversión requieren.
Ambas obras implican una inversión de 240 millones de dólares. El año pasado Mauricio Macri había gestionado un crédito con el Banco de Desarrollo del Brasil e incluso había llamado a licitación.
Pero todo eso fue una pérdida de tiempo porque cuando el gobierno nacional tuvo que avalar el pedido no lo hizo. La licitación se anuló y el crédito también.
Ahora, la esperanza está puesta en otro crédito del Banco Mundial sobre el cual Nación no antepuso ninguna objeción y que podría avanzar.
Si eso ocurre (por Dios que así sea) y la obra efectivamente se hace en tiempo y forma, en dos años y medio recién se podría ver algún resultado.
Todas esas obras están incluidas en el Plan Hidráulico de la Ciudad que tiene hasta un grupo de Facebook (con 1000 seguidores) que no se actualizó en los últimos dos años.
Ustedes bien podrían preguntar cómo fue que se hizo la obra del Maldonado si Macri dice que las demás están frenadas por falta de endeudamiento.
Con un crédito que había conseguido en 2005 en el Banco Mundial su antecesor, Aníbal Ibarra. Claro, en ese momento no existía la condición de que Nación avale los pedidos de financiamiento a los organismos internacionales de crédito.
Ese requisito se incorporó posteriormente a instancias del actual ministro de Economía, Hernán Lorenzino, que fue quien le llevó la idea a los Kirchner.
Es decir que cuando Macri llegó al poder estaba el financiamiento e incluso el llamado a licitación realizado.
Entonces volvemos al punto cero. ¿Tiene capacidad la Ciudad de financiar las obras con recursos propios o de endeudarse sin respaldo de Nación?
Desde el gobierno del PRO aseguran que en ningún lugar del mundo se utilizan gastos corrientes para hacer obras. Es cierto.
Pero también es cierto que el gobierno porteño emitió deuda y tomó créditos muchas veces desde que está en el poder. Sólo que no aplicó esos fondos para hacer las principales obras para inundaciones.
Ah, también subió impuestos. Sólo de ABL en 2012 recaudó 420 millones más que lo previsto en el presupuesto que, por cierto, es superavitario por ser Buenos Aires la ciudad más rica del país.
El más crítico del macrismo es su antecesor y ahora legislador porteño Anibal Ibarra: “Desde fines de 2007 a hoy, Macri nos endeudó a los porteños en 1.700 millones, o sea que no es que no pudo hacer la obra del Vega-Medrano que cuesta menos de 300 millones; no quiso hacerla”.
Con los fondos recaudados, Macri arregló escuelas, está haciendo peatonales en las principales calles del microcentro, desarrolló las famosas bicisendas, los pasos a niveles o sapitos, el carril exclusivo conocido como Metrobús, refaccionó el Colón, encaró algunas obras del subte y creó la Metropolitana, entre otras cosas.
¿Se equivocó en las prioridades?
Hoy parecería que sí. Más allá de que se trató de un desastre climático sin precedentes, el drama de los miles de afectados, las muertes y el desastre que se registraron no sólo en CABA sino también en la Provincia de Buenos Aires, se imponen como un rayo en un día como el de hoy.