La cuenta regresiva

María Julia Oliván

Tal como anticipó esta columna el 22 de abril, la pelea por la Provincia de Buenos Aires acercó al popular intendente de Tigre, Sergio Massa, a la Rosada mientras que el gobernador Daniel Scioli sigue siendo mala palabra en Olivos.

La presentación estelar de la tregua electoral fue ayer por la tarde con una de los famosas teleconferencias en vivo que conduce la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y en la que participó el intendente. Fue un diálogo cordial, en la que la presidenta incluso comentó: “Sergio, estás más flaco, me parece.  ¿Mucho trabajo?”.

Es un dato político si se tiene en cuenta que Massa participó en tres de estas conferencias en dos años (en la última ligó una silbatina de cancha como respuesta de rechazo de los militantes camporistas) pero esta semana la presidenta dispuso un reloading: dos encuentros televisados al hilo.

Massa salió en vivo desde el barrio Cina Cina en Troncos del Talar y la presidenta desde Ituzaingó. El jueves habrá otra teleconferencia: CFK en el Suterh con el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva en vivo y Massa desde la Universidad Tecnológica Nacional con sede en Pacheco.

La semana pasada el titular de la Anses, Diego Bossio, fue el encargado de llevarle al intendente el mensaje de tregua de la Rosada.

Mientras tanto, el intendente calcula: sus asesores (dos americanos y uno peruano) le dijeron que está instalado en la opinión pública como una figura de recambio, no necesariamente kirchnerista ni anti.

Le aconsejaron también que jugar en las próximas legislativas le generaría un desgaste innecesario porque la gente lo asocia con las tareas ejecutivas. Y que armar un frente que provenga de las intendencias y no recibir una unción que baje del poder de Nación es lo que más rédito político le daría. De Narváez y los pejotistas críticos con Hugo Moyano a la cabeza le piden que juegue, que se defina, pero eso parece estar lejos de ocurrir.

Alicia Kirchner, la actual referente del Frente para la Victoria en la Provincia de Buenos Aires, deberá enfrentar ahora en tribunales una denuncia en un sector sensible de su ministerio: el Plan Argentina Trabaja. La presentación fue realizada en diciembre de 2009 por la defensora adjunta de la Ciudad de Buenos Aires, Graciela Muñiz, y dispara contra el Inaes, el organismo encargado del control de los fondos para cooperativas. La causa fue archivada en primera instancia, apelada por el fiscal federal Federico Delgado y reabierta en la Cámara de Casación esta semana.

Se denuncia la presunta creación de “mutuales truchas que recibirían fondos del Plan Argentina Trabaja” para financiar el armado político territorial.

Hasta el momento se pudo determinar la inexistencia de dos cooperativas que estaban operativas y recibiendo fondos en el momento de la denuncia: la Asociación Mutual 11 de Julio, en cuya dirección hay un edificio cuyo encargado dijo desconocer la mutual, y la Asociación Mutual de empleados del PAMI, en cuya dirección funciona un supermercado chino, según consta en la causa judicial.

Sin embargo, hasta ahora, Alicia Kirchner no corre riesgo electoral: el núcleo duro K la votaría en las próximas elecciones y en el FpV saben que tienen asegurado su 30 por ciento del electorado.

Otro que a partir de hoy va a salir al ruedo es el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, que tuvo una rápida reacción positiva en el operativo de rescate de las víctimas de las inundaciones de La Plata que produjeron hasta el momento el trágico saldo de 60 muertes. Desde ese momento Berni es medido por la Rosada en territorio bonaerense.

¿Y Scioli?

La semana pasada se habló de una tregua con Nación. Por un lado el gobernador firmaba como autoridad del PJ bonaerense un documento de apoyo a la Reforma de la Justicia y Nación se comprometía a autorizar la emisión de deuda de la provincia de Buenos Aires.

La autorización fue ampliamente publicitada en los medios de comunicación pero en La Plata aseguran que sólo tienen una promesa y nada saben de una autorización real que les permita salir del ahogo financiero.

En las últimas semanas, el gobernador de Buenos Aires optó por el perfil bajo aunque son fluidos sus contactos con los miembros del frente del PJ disidente e incluso con Hugo Moyano, quien mandó a dirigentes de su riñón al lanzamiento del frente sindical que se presentó la semana pasada a instancias del jefe de Gabinete Alberto Pérez y el ministro de Trabajo Oscar Cuartango.

Pese a su perfil bajo, el problema más importante de la provincia sigue sin resolución. La peor inundación de la historia todavía no generó un anuncio de obras de infraestructura aunque el gobernador se reúne con los técnicos de la Universidad de la Plata, a quienes les encargó un estudio sobre las obras de infraestructura que serían necesarias para mejorar el escurrimiento de los ríos.

Y cuando ese estudio esté finalizado, ¿firmará Nación finalmente el aval para la emisión de deuda que le permita al gobernador obtener financiamiento para obras? ¿Podrá Scioli dar una respuesta de gestión en medio de este pandemonio político y económico?

No quiero caer en el lugar común de decir que la gente está en el medio pero mientras todo esto pasa, los inundados no han recibido subsidios directos sino sólo la posibilidad de endeudarse a tasas bajas que otorgó Nación y en menor medida el Banco Provincia, y nadie les ha dicho qué obras se van a hacer en caso que, Dios no lo permita, llueva de nuevo de manera feroz.

Arrancó la cuenta regresiva a casi un mes de la presentación de alianzas electorales para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). El dicho popular dice que los pingos se ven en la cancha y en ese partido ya empezó el tiempo de descuento.